Mauricio: turquesa y coral
Ahora ya puedes llegar a este paraíso en vuelo directo. En Le Touessrok te sentirás como una verdadera VIP.

Un pedazo de mundo donde el tiempo se detiene y la belleza eleva los niveles de serotonina hasta emparejarlos con el azul cristalino de este mar de coral. Un ‘break’ en Isla Mauricio tendría que ser prescrito por receta médica, y si el paréntesis se realiza en el Resort Le Touessrok, con diferencia el mejor complejo en este pequeño gran paraíso, el placer de la experiencia resultará difícil de olvidar. A medio camino entre Asia y África y con tan solo 65 kilómetros de largo y 48 de ancho, esta isla ha enamorado a sensibilidades artísticas como las de Baudelaire, Gerald Durrell o Mark Twain. Este último fue quien dijo «primero se creó Mauricio y después el cielo; el cielo es una copia de Mauricio.» No pecó de exagerado: la silueta generosa de sus playas, el curioso arrecife de coral que la rodea como un anillo de oro blanco, los verdes explosivos de las montañas, los cráteres extintos, el encanto de su gente y su pacífica filosofía de vida resultan una combinación deliciosa. La mejor época del año para disfrutarla es a partir de octubre, cuando allí comienza el verano; y la temporada más alta es en diciembre, en navidades. Ahora puedes planear una semana con tiempo y comodidad: ya hay vuelo directo Madrid-Mauricio. En 10 horas cambiarás medias y abrigo por biquini, y el tono blanco de tu piel por un radiante dorado.
Le Touessrok es ‘the place to be’ si la isla va a ser tu destino. Un resort de cinco estrellas, a 50 minutos de la capital, Port Louis, que es legendario entre vips y ‘celebrities’ por su privacidad, su aire chic y las variadas opciones de ocio que propone sin salir de la propiedad, de lo espectacular que es su funcionamiento. De hecho, te costará más de un día descubrir sus rincones, repartidos entre la costa y tres islas. La llamada Frangipani, donde se halla una buena parte de las habitaciones, junto al Fitness Center y el magnífico Spa Givenchy, con su diseño extremado y piscina templada; el Illot Mangénie (un islote bello y agreste, enteramente propiedad del hotel, con unas tumbonas a prueba de indiscreciones y un restaurante, el Robinson’s, que te permitirá comer un ‘brunch’ de lujo con los pies entre la arena, y por último la Ile aux Cerfs, donde se encuentra el magnífico golf de 18 hoyos, demás de una variada oferta de deportes, restaurantes y un mercado de ‘arts crafts’ donde se venden pulseras, collares de coral y otros ‘souvenirs’ típicos, como objetos de madera pintada y textiles de algodón. El servicio de barcas de Le Touessrok, perfectamente coordinadas, te llevan de las islas a la sede principal o se conectan entre ellas en diez minutos de trayecto, disfrutando de unas aguas y unas vistas maravillosas.
De hecho, en Le Touessrok es imposible aburrirse. Si lo que quieres es tumbona y sol, tendrás las opciones más refinadas y un servicio a prueba de exigencias (el personal del hotel, el colmo en eficacia, te traerá agua en cubiteras de champaña, te ofrecerá fruta o te limpiará las gafas de sol empañadas por el bronceador). Si lo tuyo es la acción, durante el desayuno se facilitan unos programas con una serie de actividades libres ‘non-stop’ que incluyen yoga, aerobic, recorridos en bici, cursos gratuitos de iniciación al golf o tiro al arco, ‘snorkeling’, etc. Por la noche, guarda el pareo y ponte guapa, porque cenar en alguno de los restaurantes que te propone el hotel es una experiencia: el Safran, cocina india exclusiva con estrella Michelin; a la romántica luz de las antorchas frente a la playa en el Barlen’s, o en el sofisticado bufet del Three-Nine-Eight, donde están representadas hasta nueve cocinas de todo el mundo. Después, lo más seguro es que se ofrezca un espectáculo, o una copa oyendo jazz en directo, o un paseo con tu pareja descalzos por la orilla. El cálido Índico se extiende a tus pies y huele a flores. Esto es vida.
Muy personal
Las habitaciones ofrecen un diseño contemporáneo, el cuarto de baño vestidor es un 10.
Recomendamos el Spa Givenchy por su atmósfera relajante y su excelente oferta de masajes e hidroterapia.
En el hotel no dejes de pedir el refresco del país: citronella natural, deliciosa y de efectos diuréticos. Fría o en infusión.
No te pierdas el servicio de té gratuito, cada día a las cinco, frente a la playa en el Barlen’s Bar. Ambiente ‘chill out’.
68 Deluxe rooms, 125 junior suites, 6 Ocean suites, una suite royal y 3 villas privadas.
Le Touessrok. Trou d’Eau Douce, Isla Mauricio. www.Letouessrokresort.com
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