El boom de los libros ilustrados para adultos
Las librerías se enfrentan a un nuevo boom literario: los libros ilustrados… pero para los adultos.
Hace poco, hablando con una librera, me tranquilizó saber que no era la única obsesionada con los libros ilustrados. “Ahora mismo, están en pleno auge. No te imaginas la cantidad de títulos nuevos que llegan y lo que los adultos los consumen. Es muy bonito ver cómo los adultos se vuelven niños de nuevo”, me dijo. Y es cierto. Entrar a una librería y salir con un libro nuevo, para los lectores apasionados, es como para un niño salir de una zapatería con zapatos nuevos. Pero si a esto le sumas el añadido de que, de esa librería, sales con un libro ilustrado, la sensación es realmente una delicia. Un viaje al pasado.
Cabe destacar que no todos estos libros exquisitamente ilustrados, son para niños. De hecho, no lo son: ya sea por sus historias, por la oscuridad de sus ilustraciones… Y pongo como ejemplo mi caso. Dos de los últimos libros que he añadido a mi colección han sido los libros ilustrados de Carmilla, el clásico de Joseph Sheridan Le Fanu, ilustrado bellamente por Ana Juan y editado por Siruela o Yokai, el extraño mundo de los monstruos japoneses, escrito por Fleur Daugei, ilustrado por Sandrine Thommen y editado por Astronave. Si mi hija abre Carmilla ahora mismo, le creo un traumita.
Y aunque las ilustraciones de Yokai son muy originales, creo que tampoco está aún lista para leerse algunas de sus leyendas, con referencias a monstruos que se comen a los niños o destripan a las personas… o al menos, por ahora.
Me interesa mucho conocer este dato de los libros ilustrados con el que la librera me abrió un mundo de investigación y mi primera conclusión sobre este resurgimiento está clara: los lectores adultos ya no nos conformamos sólo con la lectura. Sumar a la trama todo un mundo ilustrado alrededor crea toda una experiencia mucho más rica y estimulante. Además, como amantes de la lectura y la literatura, este tipo de libros son tesoros. Su diseño es atractivo y está exquisitamente cuidado y realizado con materiales de alta calidad, lo que los convierte en auténticas piezas de colección.
Las ilustraciones apoyan al texto y tienen el poder de evocar reflexiones y emociones que quizás con una lectura no serían tan profundas. Y, por qué no, es bonito ver que, en un mundo eminentemente digital, esta expresión artística nos recuerda que los libros jamás morirán.
Es un hecho irrefutable que toda historia contada a través de imágenes ofrece una conexión emocional mucho más profunda. La combinación de texto e ilustración permite que los lectores, podamos interpretarlo de manera única y personal.
Pero no sólo de historias clásicas o leyendas se nutre el mundo del libro ilustrado. Muchas de estas obras abordan temas de bienestar, meditación, autocuidado… y utilizan ilustraciones que ayudan a crear un ambiente de lectura más relajante y accesible a la introspección. Todo el mundo, sea cual sea su interés, puede encontrar un libro ilustrado que resuene con él. Y esto, hace que ningún lector se quede fuera.
Y si antes hablábamos de que en la sociedad digital en la que vivimos, este tipo de libros son un refugio, no hay que olvidar que es precisamente por esa conexión permanente a través de las redes por la que ha fomentado un ambiente mucho más propicio a nivel visual para que hayan resurgido.
Bendito momento este en el que el arte y las palabras se funden. Ganas de la próxima visita a la librería…
Síguele la pista
Lo último