Kiran Millwood bucea con su novela en Vardø, la aldea noruega donde quemaron a 91 brujas... y el resultado está lleno de luz

El nuevo libro de Kiran Millwood Hargrave, 'Vardø. La isla de las mujeres', bucea en el pasado tenebroso de este enclave noruego con una historia basada en un hecho real que, pese a su oscuridad, está llena de luz y fuerza. Hablamos con su autora.

Kiran Millwood Hargrave

Kiran Millwood Hargrave, la autora del libro 'Vardø. La isla de las mujeres'.

/ D. R.

A comienzos del siglo XVII, Vardø era una pequeña y remota aldea cuya población, en su práctica totalidad, se dedicaba a la pesca. Situada en el extremo más septentrional del noreste de Noruega, sus habitantes vivían sus duras existencias en paz hasta la Nochebuena de 1617, cuando se desató una tormenta extraordinaria que segó la vida de 40 hombres y hundió los diez barcos en que habían salido a pescar. En aquella aldea ya sin hombres, las mujeres comenzaron a realizar todas las labores que solían hacer ellos. Se organizaron y surgieron líderesas que demostraron que podían valerse por sí mismas. Aquello no gustó a las autoridades, que mandaron a un ‘lensmann’, representante real, para investigar qué pasaba, tanta mujer en plan independiente solo podía esconder oscuros tratos con el diablo.

Al poco tiempo comenzaron los juicios de brujas más sanguinarios de la historia de Noruega. Pronto, comenzaron las detenciones y las torturas. Hubo mujeres que confesaron haber tenido relaciones sexuales con el demonio mientras sus maridos pescaban en el mar, otras aseguraron haber encantado las cuerdas de los barcos para que se ahogaran los marineros. Todos estos testimonios se convirtieron en la excusa perfecta de los inquisidores para condenarlas.

A algunas les hacían la prueba del agua, las lanzaban atadas al mar y quien se ahogaba, era inocente, mientras que quien flotaba era una bruja, por lo que era condenada a morir quemada viva en la hoguera. En total, fueron sentenciados a muerte 91 mujeres y hombres. Esta historia real ha servido de inspiración a la escritora británica Kiran Millwood Hargrave para su primera novela para adultos, 'Vardø. La isla de las mujeres’ (Ático de los libros), una obra tan hermosa como dura, de esas que se te quedan dentro tras su lectura.

Portada de 'Vardo, la isla de las mujeres'.

Portada de 'Vardo, la isla de las mujeres'. 

/ D. R.

Medio mundo descubrió a la poeta Kiran Millwood Hargrave (30 años) con la novela juvenil 'La chica de tinta y estrellas’. Después llegarían 'La isla al final de todo' y 'El camino que pasó el invierno'. Sus tres obras la destacaron como creadora de unos personajes femeninos que destacaban por ser jóvenes fuertes e independientes, aventureras que decidían sus destinos.

Pese a pertenecer al género fantástico, esas tres novelas apostaban por adolescentes que se parecen mucho a las de verdad. Ahora confirma con 'Vardø. La isla de las mujeres’ su increíble arte para crear personajes llenos de fuerza, que crecen y se empoderan ante los ojos de quien lee sus obras. Se trata de una escritora exquisita y única, a la que le gusta tanto recibir cartas escritas a mano que da su dirección postal en su web y asegura responder, por escrito, siempre. También es una mujer comprometida, que ha tenido depresión y que habla de ello sin tapujos para ayudar a normalizar y visibilizar las enfermedades mentales. Además de en su blog, escribió un texto, tan honesto que emociona, en la revista de Oprah Winfrey, en el que cuenta cómo se recuperó tras un intento de suicidio. También comprometida con el feminismo, la autora señala que "todavía hoy se obstaculiza la lucha por los derechos de las mujeres por medio de salarios desiguales, la falta de derechos reproductivos y la violencia sexual”.

Solo en Europa, unas 70.000 personas fueron condenadas a muerte en las cazas de brujas entre 1580 y 1640. El 75% de ellas eran mujeres. Saberlo hace aún más emotiva la lectura de 'Vardø. La isla de las mujeres’, una de las novelas más conmovedoras del año, con un espectacular y ambiguo final que hemos pedido a Kiran Millwood Hargrave que nos aclare, pero, ojo, porque su respuesta contiene algún 'spoiler'. Si te interesa, tendrás que llegar a esa última pregunta de la entrevista. Si aún no has leído el libro, quizá es mejor esperar…

¿Cómo y por qué decidiste escribir la novela 'Vardø. La isla de las mujeres’?

Esta es la primera vez en mi carrera como escritora en la que una historia me ha ‘encontrado’, en lugar de que yo saliera en su busca. Un día en el que navegaba por la página web de la BBC, me topé con la impactante imagen de una silla de metal en llamas, rodeada por espejos de bronce. Entré en el artículo y descubrí que había sido la última obra de Louise Bourgeois. Soy una gran admiradora de su trabajo y decidí ir a verla en persona. Estaba dispuesta a viajar allí donde estuviera —suponía que se encontraría en Londres, Madrid o París—, y, al buscar dónde se encontraba, vi que estaba en una pequeña isla del círculo polar ártico, Vardø, el punto más al noreste de Noruega. Además, se hallaba en el lugar donde 91 hombres y mujeres fueron quemados en la hoguera en la caza de brujas más sangrienta de Escandinavia. Era la primera vez que oía hablar sobre los juicios de brujas de Vardø, y al investigar un poco más, descubrí que tres años antes de que se iniciara la caza de brujas se había desatado una tormenta terrible y repentina que mató a cuarenta pescadores en Nochebuena. Aún recuerdo cómo me sentí al leer sobre el tema: una sensación de reconocimiento y de urgencia. Quería escribir sobre lo que ocurrió durante esos tres años.

La investigación sobre los hechos que dan origen al libro debe haber sido tremenda. Aunque en aquel momento debía prevalecer la tradición oral, todo parece muy real y bien documentado en el libro. ¿Qué información queda de esos tiempos y cómo has accedido a ella?

Este libro no existiría sin la investigación de la doctora Liv Helene Willumsen, de la Universidad de Tromsø. Además de ser una experta en los juicios de brujería, es la primera persona en traducir al inglés los testimonios de las mujeres. Nos reunimos un par de veces y surgió la amistad entre nosotras. Gracias a ella pude leer los testimonios de las mujeres en los juicios, lo que todavía hoy me parece un milagro. Sin embargo, incluso ella admite que conocemos muy poco sobre cómo las mujeres vivían antes de que las mataran. La historia suele funcionar así: las vidas cotidianas de la gente ordinaria se pierden con el tiempo. Por ello, fue todo un reto dibujar con precisión los matices de la novela, pero era esencial que fuera precisa, ya que esta historia se basa en las experiencias de mujeres reales y no quería faltar al respeto a su memoria. Algunos detalles, como qué comían, podían identificarse al estudiar las condiciones de cultivo y el tipo de agricultura. Otros detalles, como los materiales que utilizaban para construir las casas, son más difíciles de determinar, ya que tan al norte no hay árboles, así que investigué las construcciones de otros lugares similares como las islas Shetland, donde quedan restos de los asentamientos. Pero, al fin y al cabo, esto es una obra de ficción y creé algunos detalles, aunque no hasta el punto de poner en riesgo la credibilidad de la historia.

¿Dónde y cómo encontraste a las protagonistas de la novela, Maren y Ursa, y a ese maravilloso personaje que es Kirsten? ¿Qué buscaste conseguir con cada una de ellas?

Maren llegó primero, en un sueño. Nunca tengo sueños interesantes, pero una noche, allí estaba: una mujer descendiendo por un acantilado hacia una ballena varada. Ella es un producto de su entorno; algunos lectores la han comparado con un crustáceo, duro y resistente, mientras que a Ursa, que ha crecido en sociedad en Bergen, la han comparado con algún tipo de criatura marina, como una estrella de mar. Disfruto de ese contraste, pero también me gusta cómo la novela muestra la forma en que ambas sacan a relucir cualidades opuestas la una de la otra. Gracias a su amistad, Ursa descubre su fuerza, y Maren se da cuenta de que es amable y tierna. Ambas son crustáceos y estrellas de mar. Kirsten, siguiendo con esta metáfora, es un erizo de mar, plagada de espinas en la superficie y blanda por dentro. Es uno de mis personajes favoritos, una líder en el sentido más amplio de la palabra, pero también es una mujer apenada por la muerte de su marido, una mujer frustrada por su sexo y su situación. Todas las mujeres de Vardø son igual de importantes para mí, incluso las mujeres de la iglesia, a quienes describo como piadosas y peligrosas. Todas ellas están traumatizadas, y las comprendo a todas.

¿Es la ‘magia’ más peligrosa en Vardø que en tus libros de género fantástico?

¡Esa es una pregunta interesante! No y sí, porque la magia no existe. La amenaza proviene del miedo y el recelo ante la magia, y no por el abra cadabra. ‘Magia’ es una palabra para designar todo lo que no entienden. Estoy escribiendo esto desde la Toscana, y esta tarde ha aparecido en el cielo un arcoíris extraordinario. Conozco la explicación científica para el arcoíris, lo que no eclipsa su belleza, por supuesto, pero ¿y si no tuvieras ninguna explicación para ello? Podríamos decir lo mismo de los cometas o, en el caso de Vardø, de la tormenta que mató a los hombres de la isla. La magia fue la única explicación racional para ellos. En mis novelas de fantasía, la magia es una bendición y una maldición. En Vardø, quizá sea más una maldición que cualquier otra cosa.

Aquellos que mataron a supuestas brujas, ¿tenían en realidad miedo del poder de las mujeres?

Cualquier cosa que representa un desafío, o que existe más allá de la experiencia del individuo o de su entendimiento, puede verse como una amenaza. Esta es la razón por la que la empatía es tan importante, y por lo que defiendo fervientemente la lectura, ya que, gracias a esta, podemos experimentar el mundo a través de los ojos de otros y desarrollar la empatía. Sin ella, es fácil etiquetar a los demás y rechazarlos. Por supuesto, el hecho de que las mujeres creen una sociedad sin hombres es aterrador e impío para los hombres en el poder. La idea de que las mujeres pueden ser independientes y, por tanto, actuar sin los hombres supone una amenaza para los puestos y el poder que ellos ostentan. El lensmann Køning no puede permitir que eso suceda. De manera similar, todavía hoy se obstaculiza la lucha por los derechos de las mujeres por medio de salarios desiguales, la falta de derechos reproductivos y la violencia sexual. Creo que este abuso sistemático del poder se utiliza como una herramienta para mantener a las mujeres en su lugar, porque aquellos que tienen el poder no desean compartirlo. No pienso que estas personas sean necesariamente malvadas, pero les han lavado el cerebro y tienen miedo.

Esta novela se ha quedado en mi corazón. Me impactó mucho la forma en que cuentas la historia. Y me pregunté, ¿cómo te sentiste y te las arreglaste después de escribir esta novela tan intensa, con tantas emociones?

Significa mucho para mí que ahora forme parte de ti. Todavía tiene un lugar muy especial en mi corazón, aunque hayan pasado años desde que la escribí. La experiencia de escribir esta historia fue extraordinaria, ya que sentía una necesidad imperiosa de hacerlo. El primer borrador tan solo me llevó seis semanas, y me tenía absorta, me sentía como si fuera un recipiente de la historia, sin ningún control sobre la forma en que salía de mí. Tras terminar el libro, sufrí una crisis física y emocional debido al cansancio y todos los sentimientos que volqué en la novela. Fue una experiencia única, aunque no podría, ni desearía, repetirla. Pero me alegra que pasara de esa manera; no creo que el libro hubiera sido igual sin esa urgencia.

Trece editoriales han querido publicar ‘Vardø’ e incluso se hizo una subasta. Se te considera una estrella literaria. ¿Qué sientes ante tanto interés?

Me siento profundamente agradecida, pero intento no prestar demasiada atención a toda la publicidad que rodea a este hecho. Si te obsesionas con factores que están más allá de tu control, como la prensa o las ofertas de las editoriales, puedes perder de vista lo que importa de verdad. La escritura es lo único que puedo controlar, y lo único que intento que me importe. Me emocionó, por supuesto, pero también va acompañado de cierta presión, y no es sano. Yo tan solo quería un editor que creyera de verdad en el libro, y no alguien que solo pensaba en ‘ganar’. Deseo tener una carrera como escritora, y estoy concentrada en esta carrera de larga distancia.

¿Ha llegado finalmente el feminismo a la literatura de ficción? ¿Cómo ves a tus protagonistas y qué quieres transmitir con ellas?

En la actualidad hay escritoras maravillosas que escriben ficción feminista. No puedo esperar a que llegue el día en que no tenga que especificar en inglés ‘female writer’ (mujer escritora), el día en que diga ‘writer’ (escritor) y el lector piense tan a menudo en una mujer como en un hombre. En la literatura, cada vez se representa más a las mujeres en todas sus formas, en lugar de como estereotipos o víctimas sin ninguna profundidad. Todavía queda un largo camino que recorrer para conseguir igualdad en el canon literario, pero estamos progresando. Intento ver a mis personajes no como portadoras de un mensaje, sino como personas reales que pueden ser ellas mismas y no solo representar algo específico. Mis obras son feministas porque yo soy feminista, pero no intento insistir al lector sobre el tema o ‘convertirlo’. Mi obra es feminista porque yo lo soy, y mi trabajo proviene de mi corazón.

¿Te preocupa el daño que nos hacen los mitos románticos que perpetúan los roles y estereotipos de género en la cultura?

Por supuesto. Cuando te dicen, desde el momento en que naces, que solo hay una forma de ser hombre —ser fuerte y poderoso— y una forma de ser mujer —dócil y servil—, es difícil romper con estas concepciones. Hemos avanzado mucho, pero todavía existen profundas desigualdades a nivel económico, social y cultural. Tanto hombres como mujeres son víctimas de ello. Por ejemplo, mira a Absalom en Vardø: está atrapado por su sexo y sus circunstancias. Para mí, la única forma de romper con esto es mediante la educación. Creo firmemente en que si se alcanzara la igualdad entre los sexos (y entre razas y orientaciones sexuales), conseguiríamos una sociedad mejor y más próspera.

En tu blog he visto que has escrito sobre enfermedades mentales y que has contado que has padecido depresión. He leído su texto en The Oprah Magazine. ¿Crees que deberíamos hablar más de esos dolores del alma, de una manera más abierta?

Desde luego. El hecho de que se invisibilicen las enfermedades mentales viene del miedo y de la vergüenza, y estas emociones tan solo empeoran el problema. Hablar sobre ello salva vidas, ya sea gracias a la terapia o al compartir tu historia. En cuanto se rompe el silencio, eliminas el miedo a la humillación, y lo que dices es: "No estás solo, puedes recibir ayuda, tienes amigos". Hablar abiertamente sobre mi salud mental es lo mejor que he hecho por ella.

He leído que, de niña, soñabas con convertirte en gato y ser la primera mujer en pisar Marte. ¿Qué queda de esos sueños en ti y con qué sueñas ahora?

¡Quiero dejar claro que superé la fase de querer ser un gato a los cinco años! Bueno, quizás a los seis. Pero todavía sueño con ir al espacio. Hay algo sobre las posibilidades que esto ofrece que me atrae enormemente. Hace poco leí que querían que la tripulación de la primera misión a Marte estuviera compuesta exclusivamente por mujeres para que los integrantes de la tripulación no tuvieran sexo entre ellos. Creo que alguien debería decirles que las lesbianas y las bisexuales existen. Sinceramente, si sigo con mi marido y me dedico a escribir historias hasta el fin de mis días (y tal vez tener siempre un gato), seré feliz para el resto de mi vida.

Cuando terminé de leer 'Vardø' me entristecí porque pensé que acababa mal. Sin embargo, al comentar la novela con mi cuñada María, me dijo que ella creía que tenía un final esperanzador. Espero que ella tenga razón, por el cariño que siento por los personajes, pero, ¿podrías aclararnos este final sin hacer 'spoilers'?

¡Es maravilloso oír que tu cuñada y tú teníais opiniones distintas! Quería crear un final ambiguo, que forzara al lector a implicarse activamente con la narración y a decidir qué haría el personaje en esta situación. Has conocido a los personajes a lo largo de la novela, así que creo que estás tan cualificada como yo para decidir el final. Personalmente, yo pienso que Maren fue a las montañas, creo que encuentra a Diinna y Erik y vive una vida nómada junto a ellos. Ursa, por otro lado, regresa a Bergen con el capitán Leifsson —¡quizá con una tórrida aventura de por medio!— y vuelve a vivir con su padre y su hermana. Pero te está permitido pensar diferente forma diferente.

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