Jane Birkin: una canción, una joya y un hotel que la hacen inolvidables

La cantante, actriz e icono de moda Jane Birkin ha muerto a los 76 años.

Adiós a Jane Birkin, esa imagen de belleza moderna y deliciosa enfudada en vaqueros y camisetas sin sujetador. También, una actriz y cantante de estela multicolor, a caballo entre una dulzura naive y una libertad sexual infrecuente que la convirtieron en musa de alguna de las películas y canciones más escandalosas del siglo XX (las cuales, eclipsaron en parte el resto de su obra, pero solo en parte).

Este domingo, la intérprete nacida en Londres hace 76 años fallecía en París, donde vivía desde la década de los 60. Deja dos hijas (su hija mayor murió en 2013): la cantante y actriz Charlotte Gainsbourg (hija de su relación con Serge Gainsbourg) y la modelo y cantautora Lou Doillon (hija de Jacques Doillon) y 6 nietos.

Jane Birkin.

Jane Birkin.

/ Gtres

Destacamos una canción, una película, un hotel y una joya que la hacen inolvidables.

Una canción para recordar a Jane Birkin: 'Je t'aime... moi non plus'

Lanzada en 1969, es una de las canciones más sexuales y polémicas de la historia. Su magnetismo y su belleza, sin embargo, logró que brillara durante décadas, hasta nuestros días. Interpretada a dueto con el que era entonces su pareja y autor de la composición, el artista Serge Gainsbourg, incluye sedosos jadeos orgásmicos, un título que habla de sexo sin amor ('Te amo...yo tampoco'), frases como "voy y vengo entre tus caderas" y... más suspiros.

Tal vez no sepas que la canción fue en un primer momento intepretada por Brigitte Bardott, quien vivió un fogoso romance con el compositor pero que, finalmente, pidió al músico que no la incluyera en su disco (el hecho de que ella estuviera casada entonces con Gunter Sachs y de que este amenazara con demandar al estudio de grabación, donde se decía que los artistas se habían "tocado" para cantar con verosimilitud el tema, tuvo que ver). Aún así, la canción ya interpretada por Jane Birkin, con voz más aniñada que la de su predecesora, logró convertirse en la primera canción de habla no inglesa en encabezar las listas de ventas, donde permaneció 33 semanas.

Una joya para recordar a Jane Birkin:

El lujo a buen precio podrás encontrarlo en páginas como Vestiaire Collective. Desde las últimas tendencias hasta clásicos.   Birkin, Hermés en Vestiaire Collective.

Bolso Birkin en Vestiaire Collective.

/ D.R.

La joya para recordar a Jane Birkin es, en realidad, un accesorio de lujo: el bolso Birkin de la firma Hermès. Dicen que su diseño nació de una 'colaboración' entre la firma y la actriz, después de que esta confesara al presidente de la compañía, Jean-Louis Dumas, sentado a su lado en un trayecto París-Londres, que no encontraba un bolso idóneo para viajar porque la mayoría eran incómodos para ella, una madre primeriza. "Su acompañante dibujó un bolso de viaje rectangular, flexible y amplio con un canto burñido y pespuntes de guarnicionero. Y con un compartimento para biberones", explica la firma.

Actualmente, es uno de los emblemas de la compañía y pueden superar los 40.000 euros en el mercado de segunda mano. Están considerados los bolsos más caros del mundo. El bolso Birkin más caro, el Himalaya Birkin, se vendió hace unos años por medio millón. Por cierto, en 2015 Jane Birkin pidió a la compañía que cambiara el bolso para hacer una modalidad más ecológica o que no lo llamara con su nombre tras conocer informes de PETA.

Una habitación del hotel Esmeralda, en París.

Una habitación del hotel Esmeralda, en París.

/ Hotel Esmeralda

El hotel Esmeralda, a pocos pasos de Notre-Dame, en París, donde Jane Birkin se alojaba en 1968 cuando Serge Gainsbourg vino a recogerla para ir a cenar a Maxim's. Dicen que cuando el artista la vio bajar por sus escaleras de caracol, se quedó fascinado. Allí se forjaría su romance. Se trata de un alojamiento de pequeño tamaño con encanto en un edificio del siglo XVII, con muros de piedra, suelo de baldosas y vigas vistas donde todas las habitaciones son distintas entre sí (y tienen vistas sobre las torres de Notre Dame, el Sena y la plaza de St. Julien Le Pauvre). Por cierto, hoy en día el hotel sigue sin ascensor.

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