Escapadas Semana Santa 2015: Granada

Playa, nieve, cuevas, historia... dedica unos días para ir más allá de la Alhambra y la ruta de tapeo. Sucumbirás al embrujo.

Escapada Semana Santa
Escapada Semana Santa

Si ya la conoces, sabes que volverás. Si aún no has caído rendida a la fascinación que ejerce esta ciudad andaluza en cualquier visitante novel, vale la pena que organices el viaje para disponer de unos días que te permitan descubrirla en todo su esplendor. Porque Granada es muy grande, como dicen los “granaínos”. Los alrededores de la capital son tan variopintos y sorprendentes –de las callejuelas empedradas de las Alpujarras a las casas cuevas de Guadix o las playas de la costa– que contar con una de las mejores estaciones de esquí del país, Sierra Nevada, es casi una anécdota. Aunque uno de sus picos sea el Mulhacén, el más alto de la península, y cuente con el mayor desnivel esquiable de España (1.200 m). ¿Que lo tuyo es el mar? Imagínate cómo serán sus playas que a pocos kilómetros tienes la denominada Costa Tropical, con arenales como La Rijana, en Castell de Ferro, donde se puede disfrutar de un baño en aguas cristalinas o de una puesta de sol. O la de La Joya, un paraíso para los nudistas. A solo siete kilómetros está Motril, con sus frutas tropicales y su pescaíto frito. Así es Granada, una tierra de contrastes y ensueño.

Edificios de tradición musulmana

Lo ideal es elegir la ciudad de Granada como punto de partida, y desde ahí plantear excursiones por la provincia. Así te aseguras visitar las maravillas históricas de la capital. Además de la Alhambra (el monumento más visitado de España), la fortaleza de los sultanes nazaríes, con acabados exquisitos y en un privilegiado entorno, hay otros edificios emblemáticos de visita casi obligada. Como el carmen de la Fundación Rodrígez-Acosta, que se alza sobre la colina del Mauror dominando el área sur de la ciudad. Por su estilizada silueta y sus volúmenes blancos, se le ha dado el apodo de Carmen de las Torres Blancas y Carmen Blanco, un blanco que contrasta con el verde oscuro de los cipreses que lo enmarcan, habituales en estas edificaciones de Granada. Los cármenes son casas urbanas con jardín-huerto, herencia de la tradición musulmana y que salpican barrios tan conocidos como el Albaicín o el Realejo.

Pero este responde a otros cánones, ya que fue construido entre 1916 y 1930 por el pintor granadino José María Rodríguez-Acosta como estudio y lugar de reflexión, adaptándose a la abrupta topografía. La joya es su jardín aterrazado, que abre la vista al paisaje de la ciudad y en el que destacan esculturas de Baco, Venus o Diana. Para muchos, tiene más de villa italiana que de casa granadina. El edificio, con su valioso contenido y sus jardines, se convirtió en fundación y está declarado Monumento Nacional (fundacionrodriguezacosta.com).

Después de una noche de tapeo en la calle peatonal Navas –ruta imprescindible–, a la mañana siguiente puedes visitar el barrio de Sacromonte, donde te sorprenderán las primeras viviendas cuevas, antes de partir hacia Guadix, en la comarca del Altiplano, considerada la capital europea de las cuevas, por sus más de 2.000 viviendas excavadas en las rocas, la mayoría aún habitadas, con todas las comodidades y mucha tranquilidad, y donde puedes incluso vivir la experiencia de un alojamiento con encanto (guadix.es).

Disfruta de otro día en Las Alpujarras, una zona montañosa muy atractiva, con sus preciosos municipios empedrados, como Capileira, con vistas a Sierra Nevada.

Y como despedida, un homenaje en un lugar único, que recomendarás una y otra vez: el restaurante Estrellas de San Nicolás, junto al famoso mirador de San Nicolás, que fue casa de Enrique Morente y su hija Estrella. Deliciosos platos de la cocina mediterránea aderezada con un toque francés, con una visión inolvidable de la colina de la Alhambra. Allí acabarás por descubrir lo que es el duende.

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