Romántica y acogedora

E s un instinto primitivo: desde tiempos remotos, el ser humano siempre ha buscado un refugio donde sentirse a gusto. La interiorista Anouk Brands también lo tuvo claro. Eligió una casa de los años 30 situada en un tranquilo pueblecito holandés, Heemstede, a tan solo 30 minutos de la capital. Una casa adosada con jardín y 230 m2 llenos de confort. «Hoy en día muchos arquitectos se han olvidado de construir casas acogedoras. En mi opinión, los lofts, con enormes espacios abiertos, no crean sensación de intimidad.» Su casa, en cambio, resulta muy confortable, en gran parte por la presencia de la chimenea. Anouk reconoce que es muy sensitiva y recuerda que cuando se acercó por primera vez a la puerta la invadió un halo de energía positiva. «Estaba claro, la casa era para mí.» La vivienda no se había reformado desde los años 70, pero en cuanto la diseñadora vio los interiores se imaginó cómo quedaría restaurada. Y ya que los anteriores propietarios habían eliminado muchas de sus características originales, cuando comenzaron las obras no les preocupó en exceso si la vivienda perdía parte de su carácter. «Además, teníamos un plazo de tiempo realmente ajustado –explica Anouk–, recibimos las llaves en febrero y estaba previsto que nuestro bebé naciera en junio, fue una locura. Al final acabamos la reforma justo a tiempo. Yo pensé, incluso, que me podría tomar algunos días libres, pero justo acababa de desempaquetar las últimas cajas cuando nació Dominique: tres semanas antes, exactamente el día de mi cumpleaños.»

El secreto: elegir bien los elementos básicos

Uno de los grandes trabajos que se realizaron durante la reforma fue la construcción de una enorme chimenea, que esconde en su tiro una pantalla plana de TV y separa el comedor del salón. «Me encanta esta solución. Si tengo que trabajar en la mesa o estar con mi pequeña no quiero que me distraiga la televisión, y si quiero ver una película, Edmon puede quedarse tranquilamente en el comedor leyendo el periódico, sin que nos molestemos uno al otro.» En el salón, un sofá Gervasoni llama poderosamente la atención. «Esta marca es magnífica. Paola Navone es la diseñadora del imperio Gervasoni y yo soy fan suya desde hace años.» Y es que, para la propietaria, escoger bien las piezas es básico. Por ejemplo, los sofás son desenfundables (muy prácticos cuando hay niños), los colocado en espiga, al estilo parisino, y en las paredes se eligió un tono muy luminoso, entre gris y blanco, de la marca Painting the Past. Pavimentos y pintura, dos elementos fundamentales para construir el resto de los interiores. «Lo importante es ser fiel a tu estilo. En mi opinión, tu casa refleja tu talento, y lo mejor es mezclar estilos: piezas de diseño con otras que no lo son, detalles femeninos y masculinos... Es como escoger tu traje: si vistes de alta costura de la cabeza a los pies creas un efecto impecable, pero falso. Cuando te pones unos tejanos de marca y los combinas con un top y tus zapatos preferidos, entonces sí eres auténtica. Tu casa es igual.» «¿Un café?», pregunta Anouk de repente y da un salto del sofá para dirigirse a la cocina, pasando por el comedor. Allí, una gran mesa de piedra acapara todas las miradas. La propietaria inclina la cabeza como pidiendo disculpas: «Es un poco extravagante; en realidad está pensada para instalarse en el exterior, pero aquí encaja bien, ya que esta sala es una prolongación del jardín.» En su opinion, los muebles deben ser flexibles. «Es un gusto poder cambiar los muebles de sitio. Me encanta un sofá que puedas ubicar en un patio durante las tardes de verano y que además pueda estar dentro de la casa.»

Una decoración práctica, para sentirse bien

Continúa su andadura hacia la cocina y se prepara un expreso en la cafetera automática. Allí no hay armarios superiores, el mobiliario se estructura alrededor de seis cajones inferiores. «Son mucho más prácticos y ocupan menos espacio que los módulos colgados», apunta. Una alacena de madera decapada completa el almacenaje dejando a la vista la vajilla. En nuestro recorrido, una puerta se entreabre: es la habitación de la pequeña de la casa, y desde allí otra puerta da acceso al cuarto de Sara, la hija del marido de Anouk. «Ella pasa aquí el cincuenta por ciento de su tiempo, así que era importante que tuviera su pequeño refugio.» Y, sin más, llegamos al baño, lleno de luz y vistas, la única estancia que no se ha reformado. «Recuerdo que la primera vez que entré sentí una insólita sensación de felicidad.» Y es que en la casa de la diseñadora todo está pensando para disfrutar los espacios al detalle. Si te gusta su estilo, visita su web, no te defraudará: www.anoukb.com