¿Cómo cuidar a las pacientes con cáncer de mama?
Este año, el Día Mundial Contra el cáncer de Mama queremos visibilizar el tema de los cuidados a las pacientes, tanto durante los tratamientos, como cuando estos acaban y te toca empezar a recuperar tus fuerzas. La Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé ofrece tratamientos de estética oncológica en hospitales y asociaciones de pacientes, de forma gratuita, una buena opción para dejar que te cuiden y aprender a cuidarte.
Cualquier paciente oncológico sabe que el camino, además de duro, es largo. Y no acaba cuando te dan el alta. Aunque comenzamos a ser conscientes de lo mucho que pueden llegar a afectar los tratamientos oncológicos, esos que te curan, y los amas, pero te destrozan, y los odias, aún queda mucho por hablar del proceso que se vive. Una vez superado el cáncer, con las revisiones por delante cada seis meses, comienzan a florecer una serie de efectos secundarios que pueden ser de incómodos, a incapacitantes. Por eso, saber a qué puedes recurrir, más allá de la medicina tradicional, aprender a cuidarte y, también y muy importante, a dejar que te cuiden y pedir ayuda, es fundamental.
Cuando el cáncer le toca a una persona cercana y querida, familiar o amiga, si no tienes experiencia, puedes sumar al miedo propio de esos momentos meteduras de pata varias. Aprender a cuidar a una persona con cáncer pasa por, primero, ser consciente de que te toca ponerte a su lado, ni detrás empujando, ni delante decidiendo tú, sino al lado, acompañándola. Así, podrás ayudarla a empoderarse y te será más fácil respetar su espacio, que lo va a necesitar.
Un paso adelante: la medicina integrativa
En una reciente conferencia del 'Tour del Cáncer', organizada por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) e impartida por Carlos López-Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, doña Letizia recordó que, en su primera estrategia, contra el cáncer, el Parlamento Europeo señala a la medicina integrativa. Por eso, la Reina preguntó por qué hay tanta resistencia de la medicina tradicional, ortodoxa, a aplicarla.
El doctor López-Otín le contestó que "la medicina integrativa es el futuro, porque el organismo es una integridad, la armonía viene de pieza a pieza”. Y, precisamente, tiene mucho que ver con el mundo de los cuidados. Si la tradicional es la que cura el cáncer, la integrativa engloba también a la medicina natural. El objetivo es tratar los aspectos globales del paciente, fisiológico, nutricionales, psicológicos y sociales.
La estética oncológica, más allá de la belleza
Con la medicina integrativa se consigue mejorar en buena medida la calidad de vida y evitar efectos secundarios que pueden causar dolor en las articulaciones, pérdidas de memoria, problemas de insomnio o acabar con un hombro, literalmente, congelado… Entre las opciones, la estética oncológica es una reciente especialidad creada para mejorar la calidad de vida de las personas en terapia oncológica y posteriormente. Ofrecen tratamientos para la piel, la ansiedad o el cansancio intenso.
Por ejemplo, el masaje oncológico cuenta con múltiples beneficios como atenuar la sensación de dolor en un 48%, paliar la ansiedad en un 59% y la depresión en un 49%, según un estudio del Memorial Sloan Keterring Cancer Center (MSK) de Nueva York. “A veces, durante, e incluso al final, de los tratamientos médicos no es fácil reconectar con nuestro bienestar. Y hacerlo solos en ocasiones no ayuda”, apunta Sylvie Baguet, directora de la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé “la persona profesional de la estética nos puede ayudar a reconectar con el bienestar y desconectar del día a día de la enfermedad”.
Fue Ricardo Fisas, creador de la firma Natura Bissé, quien creó esta fundación en 2008 porque “consideraba que toda empresa tenía una función social. En su caso, devolver a las mujeres lo mucho que recibía de ellas”, explica Baguet. Desde entonces “trabajamos para contribuir al bienestar de aquellas personas que viven situaciones de vulnerabilidad”.
Piel con piel
La última campaña que han puesto en marcha se llama ‘Contigo, piel con piel’, creada para dar a conocer su ‘Programa de Estética Oncológica’, que funciona hace más de diez años. La Fundación forma a todos profesionales de estética que quieran realizar tratamientos de cuidado para la piel de personas en tratamientos oncológicos, ya sea de cáncer de mama como de otro tipo”, explica la directora. Desde los inicios, han pasado por él más de 1.400 esteticistas y han tratado a más de 10.000 pacientes.
“Las esteticistas voluntarias de la Fundación ofrecen también tratamientos estéticos gratuitos individuales a personas en tratamiento oncológico, en hospitales y asociaciones de pacientes”, cuenta Baguet. Por eso, es primordial dar a conocer este servicio, “especialmente útil para paliar efectos secundarios en la piel que pueden causar la radioterapia, la quimioterapia y la cirugía”.
“La estética oncológica es una disciplina reciente, cuyo objetivo es el cuidado de la piel, cabello, uñas y mucosas de pacientes que estén en curso de un tratamiento contra el cáncer”, explica la doctora Ángels Arcusa, especialista en oncología médica, que destaca que “integrar esos cuidados en el plan terapéutico del paciente mejora su calidad de vida de forma relevante, además de mejorar su autoestima”.
Complementar, no sustituir
Arcusa puntualiza que “la estética oncológica complementa el tratamiento convencional contra el cáncer, al que no sustituye nunca”. Pero, eso sí, subraya la importancia de ponerse en manos de profesionales cualificados, que “aportan un papel importante —para mí, imprescindible—en la mejora de calidad de vida del paciente”.
Tras formarse en la fundación, Blanca Vergés, esteticista especializada en Estética Oncológica y asesora técnica de la misma, comenzó a realizar labores de voluntariado en hospitales y asociaciones de pacientes. “Me interesaba mucho esta especialidad, la veía muy necesaria”, destaca, ya que “los efectos secundarios pueden manifestarse como una piel que se vuelve demandante, puede estar más reactiva, más sensible, puede presentar prurito e hiperpigmentaciones, o entumecimiento. Estos efectos nos pueden condicionar nuestro día a día. Por ejemplo, si tenemos picores en el cuerpo, nos podrá afectar a la calidad del sueño”, explica.
Entre las terapias que ofrecen hay masajes relajantes e hidrataciones y destaca que, al paliar los posibles efectos secundarios en la piel, se consigue que los pacientes puedan continuar los tratamientos, algo de suma importancia, sin verse obligados a descansar. “Una piel cuidada y tratada nos ayudará a la adherencia médica de los tratamientos oncológicos”, subraya.
La piel sana, no molesta
Su principal objetivo es conseguir el bienestar de los pacientes, que no sientan incomodidad o molestias. “Si una piel está sana, te olvidas de que tienes piel”, apunta. Reconoce que su labor es muy gratificante para ella. “Nunca olvidaré este comentario que me hizo Marta –una paciente– tras el tratamiento que le hice: ‘Blanca, he vuelto a sentirme persona con lo que me has hecho’. Para mí, eso es un regalo”, afirma.
Ahora, como parte del equipo de la Fundación, Vergés gestiona tratamientos de piel en hospitales, asociaciones de pacientes y voluntariado. También imparten talleres de pautas de autocuidado, que se pueden aprender en la web de la organización. La idea es llegar al máximo número de personas posible. Y recuerda que una de las claves de la labor que realizan las especialistas en Estética oncológica está “la escucha activa, esencial para acompañar a la persona en cada momento de la enfermedad y así establecer un nexo de confianza que pueda serle útil”.
El objetivo de la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé, explica Silvia Baguet, es “que nadie se quede sin tratamiento de cuidado”, por eso, están contribuyendo a ”apoyar y empoderar a los centros de estética, y mostrarlos como lo que son: referentes en bienestar y cuidado de la piel”. Todo, para lograr el mayor bienestar posible tanto durante los tratamientos, como posteriormente.
Autocuidados, cuando tú te mimas
En la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé, ofrecen pautas de cuidados y autocuidados para pacientes oncológicos y ofrecen asesoramiento telefónico y ‘online’ (Tel. 93 591 02 30 o 628 500 600; consultaeo@fundacionricardofisas.org). Pero siempre, eso sí, es fundamental hablar con el equipo oncológico que te esté tratando.
Picores en el cuero cabelludo… Para paliarlos, protégelo del frío, el calor y los roces con un gorro de algodón, hidrátalo a diario y no extraigas ni toques los posibles granitos. Además, pon crema con protección SPF 50+, incluso aunque lleves pañuelo, peluca o sombrero.
Cuidado de manos y pies… Hidrátalos dos o tres veces al día con bálsamos o aceites, nutre las uñas, desde la cutícula hasta cubrirla entera, con movimientos circulares. Busca productos ricos en aloe vera biológico, aceite de rosa mosqueta, aceite de tamanu, árnica montana, manzanilla, caléndula, betaínas, mantecas de mango y karité, aceite de amaranto o aceite de aguacate.
Piel sensibilizada… Puedes seguir esta rutina de 3 pasos: Usa un limpiador corporal suave, de pH fisiológico, hidrata la zona dos veces al día y aplica SPF 50+ en las zonas que queden expuestas al aire. Eso sí, si estás con radioterapia o quimioterapia, primero habla con los especialistas para que te pauten cuándo puedes hidratarla y qué productos utilizar.
Mejorar las cicatrices… Tras la cirugía, es probable que sientas tirantez o hipersensibilidad en ellas. Una vez absolutamente cerradas, ya sin heridas ni puntos de sutura, puedes aplicar productos que mejoren la elasticidad de la piel, ricos en aceite de rosa mosqueta, aloe vera biológico, própolis o árnica montana.
Y, por último, no lo olvides: cuídate y déjate cuidar.
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