Cinco libros para empaparte de psicodelia 55 años después del Verano del Amor

"Si visitas San Francisco, no te olvides de llevar flores en el pelo", como cantaba entonces Scott McKenzie

Un grupo de hippies en el Reading Music Festival (1971)
Un grupo de hippies en el Reading Music Festival (1971)

Tal día como hoy, hace 55 años, concluyó el famoso Festival de música de Woodstock, uno de los eventos multitudinarios más recordados de finales de la década de los 60. Con él, también se acabaron muchos de los ideales que habían empujado a un grupo de jóvenes a organizarlo. Tan solo días antes había tenido lugar el crimen de Sharon Tate y algunos de sus amigos en su residencia de Cielo Drive (Los Ángeles) y, meses después, el Festival de Altamont pasaría a ser el pero recuerdo del fin de la década hippie.

A pesar de que actualmente sea más recordada esta fecha, también merece la pena destacar que tan solo dos años antes, en el verano de 1967, miles de jóvenes comenzaron a tramar un nuevo cambio de paradigma y de costumbres. El denominado Verano del amor y el 'flower power' estuvo marcado por los denominados 'in', palabra utilizada para expresar el hecho de estar "dentro de algo" y que se extendió a diferentes términos. Desde los 'sit-in', sentadas al aire libre para reflexionar sobre los temas del momento (desde la meditación a la política) hasta los 'smoke-in', reuniones para distribuir incienso y caladas.

Con el objetivo de trasladar esa esencia más de cinco décadas después de aquel verano, escogemos cinco lecturas obligatorias que, o bien explican lo que sucedía entonces e introducen a sus lectores en una época irrepetible o bien tratan sus consecuencias directas a nivel social, musical y, en definitiva, cultural.

1. 'La conquista de lo cool', de Thomas Frank (Alpha Decay)

Si hay algo que ha caracterizado la época hippie es su presunto altruismo, basado en plasmar el amor hacia uno mismo en el amor a los demás. Sin embargo, lo que nació siendo una manifestación del comunismo y la igualdad acabó siendo un negocio, en el que los que antes protestaban contra el sistema acabaron uniéndose a él. Algo así cuenta Thomas Frank en 'La conquista de lo cool', que trata sobre el negocio de la cultura y la contracultura y el nacimiento del consumismo moderno.

Portada de 'La conquista de lo cool', de Thomas Frank
Portada de 'La conquista de lo cool', de Thomas Frank / Alpha Decay

En sus más de 400 páginas se hace un repaso de cómo las nuevas juventudes de la década de los 60 encontraron en sus antecesores todo lo contrario a lo que ellos profesaban. Para cambiar las normas, desarrollaron una nueva cultura contra la sociedad de masas, a la que criticaban con nuevas formas de expresión artística y publicitaria, donde hasta la moda tomó un cariz fundamental para demostrar rechazo al conservadurismo y lo convencional (mención especial al capítulo 9 de este libro, 'Moda y versatilidad'). Lamentablemente, como bien se demuestra en sus páginas, todo quedó en un sueño de corto alcance, ya que acabó convirtiéndose en una máquina para generar dinero.

Banda sonora idónea para leer el libro: 'Surrealistic Pillow', de Jefferson Airplane

2. 'Love', de Barney Hoskyns (Contra)

'Forever Changes' es uno de los discos esenciales del denominado Verano del amor. De hecho, representa muy bien lo que se quería extraer de aquellas reuniones de jóvenes: libertad artística, espiritual, diversidad social y sexual. Según su autor, fue pionera o, al menos, una de las primeras formaciones en reunir en sus filas músicos blancos y negros, así como remover estilos musicales diferentes con curiosas conexiones plasmadas en sus canciones. Del jazz al soul, R&B, pasando por el rock, Arthur Lee y compañía demostraron tener buen gusto y ganas de cambiar el mundo.

Portada de 'Love', de Barney Hoskyns
Portada de 'Love', de Barney Hoskyns / Editorial Contra

Puede que lo consiguieran con las 11 canciones que conforman este disco. Sin embargo, fue su ambición lo que les llevó a trabajar en la sombra de otros artistas coetáneos, como The Doors o Jimi Hendrix. Siempre recordaremos al primero por su extravagante 'frontman', Jim Morrison, y al segundo por sus chaquetas de galones y su melena afro: el líder de Love era un conglomerado de todo eso, con demasiadas ínfulas, según sugiere Barney Hoskyns en base a las declaraciones de los que fueron compañeros de banda. Una pena, porque eso mismo fue lo que les condenó.

Banda sonora idónea para leer el libro: 'Forever Changes', de Love

3. 'Expreso al paraíso - Memoria de una locura-', de Mark Vonnegut (Libros del Kultrum)

Cualquiera que haya conocido y leído alguna de las obras de Kurt Vonnegut (especialmente, 'Matadero cinco') podría decir, sin equivocarse, que allá donde viviera existía el arte; una curiosidad por lo desconocido que parece haber llegado a su hijo Mark Vonnegut. El firmante de esta biografía no escribe al uso: no recuerda cómo fue su infancia ni tampoco qué le llevó a la escritura, sino que da comienzo a su aventura personal con poco más de 20 años. Finales de los 60 e inicio de una nueva década que arrastraría los deseos de miles de jóvenes que desean emanciparse y cambiar sus vidas para siempre.

Portada de 'Expreso al paraíso', de Mark Vonnegut
Portada de 'Expreso al paraíso', de Mark Vonnegut / Libros del Kultrum

Entonces, recién graduado de Teología, Mark Vonnegut se marcha a la Columbia Británica con su novia, Virge, para emprender una vida que creía idílica: reflexión y drogas sin ambición. Sin embargo, lo que parece ser una necesidad por encontrarse a sí mismo, se convierte en un "mal viaje" de drogas psicodélicas que despiertan en él problemas de salud mental. Por ese motivo, a pesar de tener sus momentos de lucidez y comicidad, esta biografía está marcada por lo dramático y escrita con una sinceridad abrumadora.

Banda sonora idónea para leer el libro: 'Disraeli Gears', de Cream

4. 'Janis Joplin', de Holly George-Warren (Libros Cúpula)

4. 'Janis Joplin', de Holly George-Warren (Libros Cúpula)Pensar en psicodelia y en los años que cerraron la década de los 60 es pensar en Janis Joplin. Aunque gran parte del público la recuerda a raíz del sonado Festival de Woodstock, que tuvo lugar en el verano de 1969, la carismática artista despuntó en pleno Verano del Amor en el marco del Festival Pop de Monterey. Considerada la presentación en sociedad del hippismo, la de Port Arthur (Texas) sorprendió para bien junto a Big Brother & The Holding Company.

Portada de 'Janis Joplin', de Holly George-Warren
Portada de 'Janis Joplin', de Holly George-Warren / Editorial Cúpula

En esta biografía de la artista se la presenta como la reina de Haight Ashbury, barrio hippie por antonomasia, en cuyas calles se cruzaban miembros de las diferentes formaciones del momento: desde Jefferson Airplane a Grateful Dead. En cierto sentido, 1967 le cambió la vida a esta joven apasionada del blues, habitual de todas las fiestas de San Francisco, reconocida por sus boas de plumas, telas de seda con estampados indios y brocados, quien fue el objetivo de uno de los representantes de rock más célebre de Estados Unidos, Albert Grossman, tras conocer su grandeza vocal.

Banda sonora idónea para leer el libro: 'Big Brother & The Holding Company', de Big Brother & The Holding Company

5. 'Ponche de ácido lisérgico', de Tom Wolfe (Anagrama)

5. 'Ponche de ácido lisérgico', de Tom Wolfe (Anagrama)Impulsor del denominado 'Nuevo Periodismo', Tom Wolfe concentró en un solo libre la infinidad de viajes físicos y psicodélicos que fueron capaces de vivir Ken Kesey (autor de 'Alguien voló sobre el nido del cuco'), Neil Cassady y los denominados Merry Pranksters. Fue a mediados de los 60 cuando esta famosa pareja y sus secuaces se montaron en el autobús Furthur (una alternativa a 'Further', 'más lejos') para recorrer Estados Unidos y consumir la droga del momento, LSD, en cada uno de los rincones de la costa oeste.

Portada de 'Ponche de ácido lisérgico', de Tom Wolfe
Portada de 'Ponche de ácido lisérgico', de Tom Wolfe / Anagrama

En esta obra, la contracultura se vuelve visual y musical gracias a las experiencias de los "bromistas", individuos que llevan la extravagancia del hippismo a su máxima potencia, con una literatura veloz y, en ocasiones, disparatada. Lo cuenta con gran realismo, probablemente sin ornamentación a pesar de la excentricidad de sus actos. Esto debió convertirse en una tarea complicada, teniendo en cuenta que el principal objetivo de este grupo de jóvenes, entre los que se encontraba Jerry García, era animar al personal a experimentar con sus sensaciones a través del ácido. Leerlo es una experiencia en sí misma.

Banda sonora idónea para leer el libro: 'Grateful Dead', de Grateful Dead

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