El camaleón inglés

Michael Winterbottom nos guiña un ojo para hacernos cómplices de sus prestigiosas‘locuras’.

Winterbotton (en el centro), atento al diálogo entre Robbins y Morton, en “Código 46”.

Aunque fue ignorada en el palmarés oficial, "Tristram Shandy: A Cock and Bull Story", de Michael Winterbotton –uno de los directores británicos más prestigiosos–, destacó con luz propia en la sección oficial del último Festival de Cine de San Sebastián.

Trabajador incansable y camaleónico, el también director de las películas "9 Songs", "24 Hour Party People", "In this World" y "Código 46", entre otras, nos cuenta los secretos de una comedia vital y extravagante que habla, más bien ligera de cascos, acerca de las peligrosas relaciones entre el cine y la literatura.

¿ Cómo se le ocurrió adaptar un novelón como "Tristram Shandy" contando lo imposible que resulta pasarla al cine?

El clásico de Laurence Sterne era, simplemente, una fuente de inspiración. De hecho, la película es muy fiel al espíritu del libro, que es súper inventivo en términos narrativos y habla constantemente de sí mismo, casi en clave posmoderna. Por eso se nos ocurrió que lo mejor era acercarse al filme según las normas del género del cine dentro del cine, explicando la crónica del rodaje de una posible adaptación del libro.

De ahí el uso de música de Nino Rota y Peter Greenaway...

Sí, toda la banda sonora se nutre de piezas musicales que ya han aparecido en otras películas. Pretendía jugar con el público del mismo modo que lo hace la novela, guiñando el ojo al espectador para que reconozca con facilidad determinadas referencias.

Vuelve a trabajar con el actor Steve Coogan, el protagonista de "24 Hour Party People".

La idea para esta adaptación surgió entonces. Para trabajar el personaje de Tony Wilson hablamos mucho de "Tristram Shandy", un hombre que intenta explicar su vida pero siempre acaba explicando la de los demás. Y Steve es el actor perfecto para este papel: cínico, inteligente y sin ningún tipo de miedo al ridículo.

Siempre experimenta con nuevos formatos, aborda géneros distintos...

Es que no puedo parar quieto. Me encanta el caos, me parece muy creativo. Siempre reservo un espacio para la improvisación. Por ejemplo, en "Tristram Shandy: A Cock and Bull Story" había una estructura de secuencias prefijada, pero en cada una fuimos variando el diálogo según las cosas que se nos ocurrían. Una película se construye en el proceso de rodaje y montaje. Así va formando su identidad propia.

Realiza un comentario malévolo acerca de Nicole Kidman en "Cold Mountain"... Espero que ni ella ni el director, Anthony Minghella, se lo tomen a mal, pero sinceramente, pienso que no era la actriz más adecuada para ese personaje.

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