Alexandra Jiménez: “Protejo mi intimidad todo lo que puedo, porque así me protejo yo”

Discreta y cercana, Alexandra Jiménez se ha convertido en una de las actrices más prolíficas de nuestro cine. Estrena “Menudas piezas”, una historia de superación que la ha llevado a rodar por primera vez en su ciudad: Zaragoza.

Alexandra Jiménez
Alexandra Jiménez / Niete

Delante del tablero, todos somos iguales, se insiste en “Menudas piezas”. No le falta razón. En 2018, un colegio de un humilde barrio de Zaragoza ganó contra todo pronóstico el Campeonato de España de Ajedrez. En este caso real se inspira el zaragozano Nacho G. Velilla para crear una película tierna y amable protagonizada por Alexandra Jiménez, una de nuestras actrices más trabajadoras y triunfadoras. 

El ajedrez reconduce en la película a un grupo de jóvenes conflictivos. ¿Sabías de su capacidad de motivación?

Sí, porque mi padre aprendió gracias a mi abuelo y siempre me cuenta que para él hubo un antes y un después, incluso en los resultados escolares. Gracias al ajedrez sí que cambió sustancialmente todo para él. Esa historia familiar me resulta inspiradora de cara a poder contar la película. 

¿Tú eres jugadora? ¿Te enseñó tu padre a jugar?

Me enseñó, pero lamentablemente no seguí practicando. 

En el filme, de todas formas, el ajedrez es solo el telón de fondo.

Efectivamente. Nacho García Velilla nos dejó claro que no quería una película sobre ajedrez, sino una historia de superación: cómo este grupo de alumnos problemáticos, que se tienen en tan baja estima, a través del ajedrez descubren un reto motivacional y empiezan a relacionarse consigo mismos de una manera distinta. Entienden que no están tan limitados, que pueden conseguir cosas esforzándose. Y que todos somos iguales, que es el lema de la película; no importan las circunstancias: es un tema de voluntad y de empeño.

¿Qué destacarías de tu personaje, Candela?

Es bastante insoportable. Es una mujer venida a más que no deja de ser una chica de barrio. Se fue de Zaragoza a Madrid, consiguió un buen puesto de trabajo en un colegio de élite y tiene complejo de superioridad. Que como todo complejo trata de ocultar lo que le genera inseguridad: aceptar que viene donde viene y no es la señora que pretende ser. La vida le cambia completamente, se queda sin empleo y debe volver a su lugar de origen, relacionarse con su padre con quien no se habla desde hace muchos años y con su hermana (María Adánez). Trabajar en este colegio de chavales marginados y problemáticos, que le obligan a ponerse a su altura, hace que ella se quite máscaras. Hace un viaje muy interesante en el que conecta con sus orígenes y acepta quién es. Ese recorrido es precioso, divertido y emocionante, porque son personajes escritos con comedia pero, al mismo tiempo, de una manera emocional. Es una película que espero que conecte con el espectador precisamente por estos motivos.

Menudas piezas grupo

Menudas piezas grupo

/ Cortesía Paramount Pictures

También tú te fuiste de Zaragoza para triunfar en Madrid, aunque con otra profesión. ¿Hay algo que a ti te ayude a mantener los pies en la tierra?

Sí, a diferencia de mi personaje, afortunadamente, yo tengo muy presente lo que soy (risas). Las vivencias de la infancia y la adolescencia te marcan y, por mucho que te quieras camuflar, van a estar ahí siempre. De hecho, cuando suceden cosas improbables, como convertirme en actriz, no deja de sorprenderme y de entusiasmarme, pasen los años que pasen. Creo que eso me ayuda a estar en mi sitio.

Os ha quedado una película "muy maña". Dirigida por un zaragozano, Nacho G. Velilla, protagonizada por una zaragozana, tú, rodada en Zaragoza y con un tema principal "Zaragoza", cantado por los zaragozanos Amaral. ¿Te ha gustado esto de volver a tu tierra?

Sí, para mi es un homenaje a la ciudad y me alegra mucho porque es la primera vez que rodaba en Zaragoza. Me gusta que esté tan presente.

¿Sigues teniendo mucha conexión con tu tierra?

Sí, aunque mi familia está muy desperdigada y eso hace que no podamos volver tanto a Zaragoza.

Menudas piezas rodaje

Menudas piezas rodaje

/ Cortesía Paramount Pictures

A la chita callando, ya has trabajado en 65 películas y series. Hay gente con tanto talento como tú pero que no trabaja tanto, ¿a qué crees que se debe?

No lo sé, la verdad, tendríamos que preguntar a los que me llaman, pero cuando alguien confía en mí trato de que no se arrepienta (risas).

¿Qué trabajos has disfrutado más de esa prolífica trayectoria?

He disfrutado muchos. Si me pongo a contarte te voy a aburrir. En los últimos años, la serie “Escándalo. Historia de una obsesión”, una tragedia, la disfruté mucho. Fue un rodaje, en contra de lo que pueda parecer, gratificante. Y supuso para mí un punto de inflexión a la hora de entregarme a un personaje. La película “Buscando a coque” la disfruté mucho. O “Tras el verano”, ópera primera de Yolanda Centeno que pronto se estrenará. 

Eres tan discreta que ni siquiera nadie se enteró de que habías sido mamá hace tres años. Tampoco tienes redes sociales. ¿Cómo de importante para ti preservar tu intimidad?

Absolutamente importante. La protejo todo lo que puedo porque, de esta forma, también me protejo yo. Entiendo que en la sociedad en la que vivimos es un valor perdido, no se le da ningún tipo de importancia, pero para mí es fundamental. La sobreexposición, el autobombo, la autoexplotación, me resultan tremendamente perjudiciales para la salud y contraproducentes para mi trabajo: no quiero formar parte. 

Síguele la pista

  • Lo último