¿Por qué te afectan los divorcios de los famosos si no los conoces de nada?
¿También tú sentiste el corazón 'partío' cuando Paula Echevarría y David Bustamante anunciaron su ruptura? ¿Tal vez te ocurrió con Iker y Sara?
Tras semanas de rumores, Iker Casillas y Sara Carbonero acaban de anunciar su ruptura y nosotras no podemos evitar sentirnos un poquito tristes. Las rupturas de los famosos nos devastan como si fueran las de parejas cercanas, cuando la realidad es que apenas los conocemos. Aún no nos habíamos recuperado del divorcio de Jennifer Aniston y Brad Pitt, cuando viene éste y se divorcia de Angelina Jolie.
La pregunta es por qué nos afectan tanto las separaciones y divorcios de los famosos que en el fondo son extraños aunque nos parezca que los conocemos de toda la vida.
En opinión de la profesora de Sociología de la Universidad de Virginia, Andrea Press, nuestra sociedad admira los modelos de éxito y ahora, gracias a Internet, tiene la sensación (falsa, por otra parte) de que son más cercanos que nunca antes.
"Construimos fantasías alrededor de ellos para llenar algunas carencias que tenemos. Nos encanta oír las historias de famosos con una infancia difícil o con una familia desestructurada y que a pesar de sus dificultades consiguieron la fama y el reconocimiento mundial. Pensamos, quizás algún día algo parecido nos suceda”. Por eso cuando uno de esos modelos fracasa se nos cae nuestra fantasía a pedazos y sufrimos una desilusión en toda regla.
Según esta experta, vemos a los famosos siempre seguros, exitosos y capaces de conseguir lo que quieren, y verlos atravesar en una situación de vulnerabilidad nos descoloca y provoca “cierta ansiedad”.
Otras teorías apuntan que vemos a las celebrities como reflejos idealizados de nosotros mismos. Por eso cuando alguien las hiere nos sentimos afectados también.
Para muchas personas las celebrities funcionan como un símbolo de fortaleza y superación y verlos débiles o abandonados por su pareja nos hace sentir inseguros. “¿Si ella o él no consiguen superar una ruptura, entonces quién podría hacerlo?”. Algo así es lo que nos preguntamos.
Cuando dos personas a las que estamos acostumbrados a ver con asiduidad (aunque sea en el cine, en la tele o en la publicidad) se separan, el sentimiento de tristeza es similar al que se siente ante la ruptura o el divorcio de una pareja cercana.
De cierto modo es comprensible: si nos cortamos el pelo como ellas, usamos la fragancia que anuncian, imitamos su estilo, las seguimos en Internet … lo suyo es que nos tomemos sus rupturas sentimentales muy a pecho, tanto como si fueran nuestras. Ya se nos pasará el disgusto … como a ellas. Igual a ellas se les pasa primero que a nosotros.
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