Este es el auténtico manjar que no puede faltar en tu mesa de Navidad. ¡Acierto seguro!
Ni las recetas más elaboradas ni los entrantes más sofisticados e imaginativos: nada supera en la mesa navideña a la explosión de sabor del jamón Sánchez Romero Carvajal, el auténtico jamón de bellota 100% ibérico de Jabugo.
Con sólo verlo (ese color intenso, veteado y brillante de grasa) y olerlo, se nos hace la boca agua. Y cada una de las lonchas, casi transparentes, es una auténtica explosión de sabor. La respuesta a todos los compromisos de estas fiestas es mucho más fácil de lo que crees, porque un jamón de bellota 100% ibérico de Jabugo resolverá con éxito aperitivos improvisados, las comidas más formales y esa cena ligera que apetece en los días después de las grandes celebraciones. No le des más vueltas: con el jamón Sánchez Romero Carvajal triunfarás seguro estas navidades.
Y no tengas dudas, porque acertar con un buen jamón no tiene nada que ver con la suerte. Tiene que ver con el tiempo, el mimo, la profesionalidad y la experiencia. Y de eso saben, y mucho, en Sánchez Romero Carvajal, que son los guardianes de la esencia de Jabugo, la definición del mejor jamón por su textura, sabor y aroma. Durante más de 140 años han preservado el sabor original y auténtico del jamón de Jabugo, mediante un proceso de producción y curación sostenible que se mantiene inalterado desde sus orígenes y que, a su vez, preserva la dehesa y respeta el bienestar animal.
¿Por qué un jamón Sánchez Romero Carvajal SIEMPRE está tan rico?
En primer lugar, porque los cerdos tienen dos hectáreas de dehesa para cada uno y, de hecho, durante el período en el que los árboles producen la bellota, los cerdos 100% ibéricos caminan unos 14 km diarios para alimentarse. Y es precisamente ahí donde radica una de las claves del sabor, el aroma y la calidad de los jamones de Sánchez Romero Carvajal, porque los animales viven en total libertad desde los 4 meses de vida. Desde ese momento, su alimentación es 100% natural, basada en los alimentos que encuentra en la dehesa: frutos silvestres, raíces, setas, plantas aromáticas y, sobre todo, el más importante: la bellota. Esta exquisita combinación es la que hace que, al consumirlo, cada bocado se deshaga en la boca aportando el sabor único del auténtico jamón de Jabugo.
Después viene el proceso de elaboración que es largo y muy lento. A los dos años que necesita cada cerdo 100% ibérico para alcanzar su pleno desarrollo en la dehesa, hay que añadir otros tres años para completar el desarrollo natural de maduración en las bodegas centenarias. Este proceso se realiza de forma artesanal. Los artesanos de Sánchez Romero Carvajal aplican la sabiduría de siglos de experiencia heredada: desde el perfilador que esculpe manualmente cada jamón, dejando la cantidad de grasa justa para su maduración, al responsable de salazón, y los encargados de los secaderos y de las bodegas, que controlan el proceso de curación y se ocupan de regular la temperatura y la humedad y de evaluar, uno por uno, la maduración óptima de cada jamón, que se traduce en los matices rojos de la curación prolongada, el aroma intenso a bellota y su exquisita textura.
Solo auténticos pata negra
A la hora de ir a la compra, es frecuente que las diferentes categorías y etiquetas generen cierta confusión y nos hagan desconfiar de si el jamón que compramos nos saldrá bueno. ¡No queremos fallar y en Navidad menos todavía! Con Sánchez Romero Carvajal no hay dudas, porque sólo produce Brida Negra, lo que garantiza que los cerdos son de raza 100% ibérica, criados en libertad y alimentados con bellota en las dehesas centenarias del Suroeste Peninsular.
Para despejar dudas: la Norma de Calidad del Cerdo Ibérico clasifica los jamones en cuatro categorías, en función de la raza del animal y su alimentación. Cada categoría se identifica con un color, siendo el negro el de mayor calidad y el único que puede llamarse oficialmente “Brida Negra”.
Los criterios que aplica Sánchez Romero Carvajal son mucho más estrictos incluso de los que exige la normativa para su más alta categoría. Y el objetivo solo es uno: que cuando ese jamón llegue a tu mesa, sea un auténtico placer para los sentidos. Una experiencia gastronómica inigualable que te hará quedar como la mejor anfitriona. Y también es una excelente idea para regalar. ¡Un acierto seguro!