I Foro Woman Care
Salud con perspectiva de género
El Foro Woman Care nace con una vocación: la de convertirse en una jornada de debate –sin paternalismos, tabús ni edadismo–para fortalecer el bienestar femenino en todas las etapas de la vida.
Emoción, experiencia, conocimiento, retos, reflexiones, empatía y humor. Todo eso tuvo cabida en el 'I Foro Woman Care'. Y, por supuesto, también la reivindicación: la de la urgencia de abordar los asuntos de salud con perspectiva de género. Bajo ese lema, pacientes y especialistas en diversas disciplinas han participado en una serie de charlas, plagadas de reflexiones y anécdotas, sobre el día a día de las mujeres en cuestiones de salud. Bajo la moderación de la periodista Isabel Benítez, se han tratado temas como el cáncer de mama, el bienestar mental y la salud más allá de los 50.
El evento contó con un mensaje en vídeo por parte de Mónica García, Ministra de Sanidad y con la presentación por parte de Enrique Ruiz Escudero, senador y portavoz en la Comisión de Sanidad en el Senado.
Desde la genética a la calidad de vida
Para la primera mesa de la jornada, dedicada al cáncer de mama, se contó con la presencia de la Dra. Elena Aguirre, jefa de Servicio de Oncología Médica del Hospital Quirón Salud de Zaragoza; la Dra. Luisa Sánchez, especialista en Oncología Médica de la Clínica Universidad de Navarra; Pilar Fernández, presidenta de la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico; Marcelo Ruz, director de la Asociación Mama Ovario Hereditario; y Paka Díaz, paciente y periodista.
El cáncer de mama es una preocupación para todas nosotras, pero es importante saber que existen distintos tipos, como el cáncer de mama metastásico o el cáncer de mama y ovario hereditario. Es fundamental conocer toda la información posible (tratamiento, diagnóstico...) para poder afrontar y tomar conciencia sobre un problema que preocupa y afecta a millones de mujeres en España.
La doctora Elena Aguirre comentó la importancia del aspecto genético, ya que “aproximadamente un 5% de los cánceres de mama son de tipo hereditario, por lo que existe algún gen y algún tipo de predisposición, no solamente para el cáncer de mama”. Además, “hoy no estamos acostumbrados a tener abuelos, padres, hijos, que tengan 10 hermanos o 10 hermanas o tener 10 hijos”, de forma que se pierde historia. Por eso resulta fundamental apostar por hacer más estudios genéticos, para no sentir que pesa sobre nosotras una espada de Damocles.
Paka Díaz, que ha vivido el cáncer en primera persona y también en la de su hermana pequeña, ha insistido en la necesidad de la prevención, pero que “el paciente no tenga que luchar en consulta para conseguir hacerse las pruebas” y ha resaltando el problema de ser tratadas de forma paternalista al quejarse por efectos secundarios de los tratamientos, recurriendo de inmediato a someter al paciente a antidepresivos o similares. “Tenemos que pelear, porque es nuestra obligación como pacientes, como colectivos, como asociaciones”, concluía.
Emotivas fueron también las declaraciones de Pilar Fernández, que dejó claro que el cáncer de mama metastásico es un gran desconocido para muchas mujeres. Desgarradoras, pero cargadas de vida, fueron sus palabras: “He superado hace 31 años un cáncer de mama, 17 años después otro y ahora tengo una metástasis desde hace ocho. Y, desde luego, esta realidad no tiene nada que ver con otras caras de la enfermedad. Con el cáncer de mama metastásico no hay vuelta atrás, no vuelves a tu vida normal, a tu trabajo, a tu actividad social, deportiva, etc. La persona que tiene un trabajo lo pierde, la que no lo tiene no lo encuentra, porque el absentismo laboral es altísimo, ya que estamos sujetas a un hospital de por vida, con pruebas cada tres meses, con efectos secundarios para siempre”.
Imposible también contener la emoción cuando se trató cómo viven las mujeres la enfermedad en su contexto familiar, resaltando la importancia del derecho a derrumbarse, el derecho a llorar, como indicaba Paka Díaz al afirmar que se considera que “el paciente oncológico es un superhéroe y superheroína. No hay ningún paciente de ninguna enfermedad al que se le machaque tanto con ser positivo. Tienes que ser positiva, tienes que ser súperfuerte, tienes que llegar a todo”.
Las conmovedoras vivencias de las protagonistas de la enfermedad convivieron con los datos aportados por las profesionales, en una conversación tan desgarradora como necesaria.
El papel clave de la salud mental
El panel de debate sobre la importancia del bienestar mental en la mujer contó con la Dra. Sandra Ros, psicóloga adjunta de Servicio de Dermatología, Reumatología y Trasplante Cardíaco del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona; la Dra. Isabel Rojas Estapé, psicóloga experta en terapia de las emociones; y Gemma Mengual, medallista olímpica de natación artística.
Aunque hoy en día existe una mayor concienciación y preocupación sobre la salud mental, es necesario abordar el tema también desde nuestra perspectiva como mujeres, ya que, como explicaba Isabel Benítez en su presentación, solemos “presentar valores inferiores en el índice del bienestar emocional en comparación con los hombres, alcanzando un 54%, de modo que las mujeres tienen un riesgo más elevado de sufrir problemas de salud mental, como depresión o ansiedad”.
Explicó Rojas Estapé que “la paciente mujer es más sensible a detectar el malestar. Muchas veces al hombre le cuesta más detectar ese malestar, y tiene conductas más disruptivas. Y también es un aspecto de la sociedad y la educación, ya que el hombre no tiene que sentir, no tiene que llorar”.
La doctora Sandra Ros, por su parte, habló sobre el impacto emocional de la cronicidad de las enfermedades, que pasa por distintas fases. "La primera fase de negación, aunque no sea negar la enfermedad, sí buscar una segunda opinión, de entender qué me está pasando, de ver que ese diagnóstico relacionado con la cronicidad no soy capaz de aceptarlo, porque nos educan en una sociedad en la que entendemos la enfermedad como algo agudo, pasajero, pero en la enfermedad crónica eso cambia, implica un proceso de adaptación”. Aplicado al campo de la dermatología, “las enfermedades de la piel se ven, como el caso del vitíligo, con lesiones pigmentadas en manos, en zonas peribucales, en las órbitas oculares, en zonas genitales. Si das la mano, por ejemplo, puede verse y esto provoca una estigmatización muy grande a los pacientes y tiene un importante impacto emocional sobre ellos. ¿Cómo afecta? Al igual que con las enfermedades crónicas, aceptando que van a estar toda la vida, aunque tengan fases inactivas”.
También se comentó la importancia de normalizar el hecho de asistir a terapia psicológica y, especialmente de reconocerlo, ya que es necesaria la visibilidad de la enfermedad mental. Gemma Mengual confirmó esa idea, desde su propia experiencia, indicando que “como deportista siempre he tenido ese recurso en ayuda psicológica, como una herramienta más. Pero una vez que me retiré lo necesité para gestionar mi nueva vida, en la que tenía ansiedad y veía que me superaban las situaciones. Empecé a ir a una psicóloga, a la que, de hecho, también va mi hijo. Ahora es más normal contar estas cosas”. Como mujeres, es fundamental conocer y normalizar esos aspectos desde pequeñas, al mismo tiempo que desarrollamos nuestra inteligencia emocional, para que podamos detectar, analizar y conocer las emociones.
Salud de la mujer después de los 50
Para charlar sobre nuestra salud pasados los 50 años, se ha contado con la participación de Verónica Blume, profesora de yoga, modelo y conferenciante; Teresa de la Cierva, periodista, y Marta Moreno, directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca España.
La menopausia fue tratada con buen humor y cercanía por parte de las ponentes. Al fin y al cabo, tal y como se subrayó, es un proceso por el que todas las mujeres vamos a pasar. Marta Moreno, señaló que “debemos ocuparnos más de la prevención de las enfermedades ya sean físicas o mentales en este momento vital de la mujer”, resaltando la importancia de normalizar ciertas situaciones. Es muy importante tener acceso a la información que nos permita ser conscientes de esos cambios y de cómo se pueden afrontar, en aras de tener el mejor cuidado posible de nuestra salud, destacando que “la menopausia no es una enfermedad, que todas vamos a envejecer, que no hay que preocuparse. Es mejor prepararse para esa etapa, que las jóvenes cuenten con herramientas para conocer y formarse. En definitiva, el vivir de una manera consciente cada etapa que nos toque en la vida”, según explicaba a la perfección De la Cierva.
Es una realidad que los cambios físicos se aceptan de forma diferente respecto a los hombres, y llega un momento en el que piensas que tu cuerpo ha cambiado, ya que, aunque hagas mucho deporte, no es igual de efectivo. "Hay que preocuparse por la alimentación más, ya que, al fin y al cabo, es un viaje que no para. Es importante ver cómo podemos ayudarnos entre nosotras, dar visibilidad y ayudar a las que vienen”, indicaba De la Cierva.
Verónica Blume puso el foco en las exigencias estéticas que sufrimos las mujeres: “He dedicado muchos años de mi vida al mundo de la moda, así que relacionaba el ser mujer mucho con lo estético, con la exigencia social de ser modélica. El cambio me llegó con la maternidad, que fue cuando pensé: esto de ser mujer tiene que ser algo más. No puede ser solamente a ver si entro en esta talla”.
La distendida conversación se ha cerrado lanzando las siguientes preguntas para la reflexión: “¿Qué podemos decir a las mujeres que no han llegado todavía a esa etapa? ¿Cuál sería el mensaje? ¿Qué tendrían que empezar a hacer ya las chicas jóvenes para llegar a esa etapa en el mejor estado de salud posible y sobre todo para poder afrontarla?”.
Ginecología y menopausia
La emotiva jornada en la que las protagonistas conmovieron e hicieron reír con sus vivencias, finalizó con un debate en la que se contó con la periodista y presentadora Ana Terradillos, participando en la charla junto a la Dra. Sara López, ginecóloga especialista en reproducción asistida de la Clínica CIRH (Grupo Eugin), en Barcelona; Dña. Belén García Piñeiro, psicóloga; Dña. Marta Masi, experta en salud femenina y fundadora del primer Club de la Menopausia, y María Jesús Domínguez Simón, matrona de Atención Primaria del centro de salud Juan de Austria, de Alcalá de Henares (Madrid).
Uno de los temas tratados fue cómo el retraso de la maternidad ha penalizado a las mujeres, ya que “fisiológicamente, hay una disminución de reserva ovárica, lo que hace que nuestras probabilidades de embarazo sean mucho más bajas. Ahora, en la consulta, la media de edad de las pacientes no es de 25-30, son 37 y 38”, relataba Sara López.
La menopausia ha tenido un papel destacado en la conversación, ya que no todas las mujeres serán madres, pero todas tendrán la menopausia. Se habló de cómo nos afecta como mujeres en cuestiones como la estética o el deseo sexual, siendo habitual pensar que “he dejado de ser esa mujer deseable y joven. Al final venimos de una cultura de la moda que nos impone la idea de eterna juventud, y esos estereotipos influyen en cómo nos vamos a sentir percibidas”, como reflexionaba Sara López.
Además se compartió información sobre la importancia del conocimiento de las distintas opciones que las mujeres tienen de cara a la maternidad, como la congelación de óvulos.
Con esta mesa redonda se cerró una jornada plagada de mujeres. Mujeres que tienen derecho a ser fuertes y débiles al mismo tiempo; mujeres que dan pasos hacia adelante y que dicen, alto y claro, que sí, que la salud sí tiene género.