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La luz transforma un antiguo lagar

Una prensa de vino centenaria, de apenas 40 metros cuadrados, se transforma en una acogedora casita de invitados, gracias a la magia de la luz. Un refugio construido a base de piedra, madera..., y VELUX.

La arquitecta de interiores Cristina Huerta y su hijo, Álvaro López Huerta en su casa reformada
La arquitecta de interiores Cristina Huerta y su hijo, Álvaro López Huerta en su casa reformada / NANI GUTIÉRREZ

Hubo un tiempo en el que en Adrados, un pequeño pueblo segoviano hoy rodeado de pinares, abundaban los viñedos y los vecinos del lugar elaboraban su propio vino. De aquella época data el lagar que la arquitecta de interiores Cristina Huerta ha reformado recientemente para completar y ampliar la capacidad de su casa de campo. Una casa que compró cuando era solo un montón de ruinas de una vivienda labriega, angosta y oscura, de alcobas ciegas y techos bajos, donde las personas compartían espacio con los animales. 

Cristina Huerta y su hijo, Álvaro López Huerta

Cristina Huerta y su hijo, Álvaro López Huerta

/ NANI GUTIÉRREZ

La historia de amor de Cristina y su familia por esta comarca segoviana empezó con unas vacaciones de verano, un cartel de 'Se vende' y un sueño largamente deseado de "tener pueblo". Hoy, casi tres décadas después, tranformar ruinas rurales en casas llenas de luz y encanto se ha convertido en una especialidad para la que la interiorista ha demostrado un gran talento y que complementa la otra vertiente de su perfil profesional de reformas urbanas den Madrid. "Tanto en el campo como en la ciudad, mis casas son siempre casas vividas, cómodas y funcionales. En los pueblos intento siempre mantener ese aspecto rural y en la decoración jugar a mezclar lo rústico con lo moderno, la madera, la piedra, el cemento pulido y el hierro para un estilo más industrial. Me gusta mucho la mezcla", explica Cristina. Y junto a esos materiales, subraya, hay otro imprescindible: la luz. “Sin duda juega un papel clave. Y la que procede de la cubierta es una luz muy especial que no se logra de otro modo, por muchos ventanales que pongas en puertas y paredes. La luz cenital es fundamental y para conseguirla, las ventanas de tejado VELUX son las clave para la transformación”. La lista de ventajas que enumera es larga: "Permiten una ventilación perfecta, la luz se proyecta en las paredes y en los muebles, va transformando el espacio a lo largo del día y tiene cortinas de oscurecimiento, para un descanso adecuado. Además, se limpian fácilmente por dentro y por fuera porque son giratorias y te aíslan del frío y la lluvia". Algo especialmente importante en esta comarca de Tierras de Cuéllar, donde los inviernos son gélidos.

La luz cenital es una luz muy especial que transforma una estancia. Esta luz no se consigue de ningún otro modo por muchos ventanales que pongas

Gracias a las ocho VELUX instaladas en el tejado, la interiorista Cristina Huerta ha podido darle nueva vida al antiguo lagar, que ha pasado de ser un espacio de 38 metros cuadrados sin apenas luz natural a convertirse en una coqueta casita de invitados con capacidad para seis personas. Consta de dos habitaciones, una de ellas con un altillo bañado por la luz cenital, un baño y un espacio polivalente con dos grandes ventanales en el techo, que tan pronto es un agradable saloncito, como sirve para cobijar la vieja motocicleta vintage de la familia o para que los nietos instalen su Scalextric. Se trata de un espacio con salida directa al jardín, al huerto y la alberca, que completa la casa principal. "En total hay capacidad para 16 personas, ideal para acoger a toda la familia, con hijos, nietos, amigos...". Caben además infinitos recuerdos, según realta Álvaro López Huerta, uno de los hijos de Cristina, que ha crecido pasando aquí todos los fines de semana, veranos, navidades, nocheviejas... "Los recuerdos son innumerables. En esta casa, no importa cuánta gente que haya, siempre se respira paz y desconexión. A solo 150 km de Madrid, te bajan las revoluciones". 

Cristina y Álvaro en la casita de invitados inundada de luz

Cristina y Álvaro en la casita de invitados inundada de luz

/ NANI GUTIÉRREZ

El lugar favorito de Álvaro siempre fue la cocina, abierta al salón, al porche y al jardín. Pero ahora está cautivado por el resultado de la casita de invitados. "No hay nada más placentero que ver el cielo y escuchar sobre tu cabeza el sonido de la lluvia en los cristales de las VELUX, mientras estás caliente y confortable dentro. Me encanta esa sensación y tras la rehabilitación, este se ha convertido en un refugio fantástico".

Ventana VELUX 2 en 1, con una parte fija y otra giratoria

Ventana VELUX 2 en 1, con una parte fija y otra giratoria

/ NANI GUTIÉRREZ

CLAVE DE LA REFORMA

La casa ha cobrado nueva vida gracias a 6 ventanas de tejado giratorias y una ventana 2 en 1, con una parte fija y otra giratoria que ilumina el altillo (a la izquierda). Todas ellas están diseñadas para lograr la máxima luz natural posible.

Más información en: velux.es

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Estilismo: Berta Álvarez. Asistente de estilismo: Enola García. Asistente de fotografía: Sandra angstadt. Maquillaje y peluquería: Alba Nava  Créditos moda: Adolfo Domínguez, Zara, Trucco (Cristina), Dockers, Scalpers, Sebago, Scotta y Birkenstock (Álvaro).

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