¿Cómo deben reincorporarse al trabajo las mujeres con cáncer de mama con tratamientos largos?

Las cifras hablan por sí solas (y nos recuerdan la necesidad de que exista una fecha como el Día del Cáncer, que se celebra este 4 de febrero): según las previsiones, en España se diagnosticarán más de 35.000 casos de cáncer de mama a lo largo de este año, según las cifras facilitadas por la Sociedad Española de Oncología Médica en España (SEOM). Además, en el 70% de los casos se tratará de mujeres con cáncer hormonosensible o luminal, con tratamiento adyuvante (el que se administra después del tratamiento principal) para largo plazo, durante cinco o diez años después del diagnóstico. Hay más: se estima que un 15% de estas pacientes sufrirán un alto riesgo de recaída.

"Al impacto del diagnóstico de cáncer de mama y su tratamiento continuado, cuya adherencia es crítica para obtener el máximo beneficio, se suman los efectos adversos y el seguimiento médico cuando el paciente se reincorpora al entorno laboral, conviviendo con un gran impacto psicososocial", señalan desde la compañía farmaceútica Lilly, que en colaboración con la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), ha puesto en marcha la campaña 'Cuenta conmigo' con el fin de "promover el conocimiento, la formación y el autocuidado de las pacientes". Y que destaca que dato importante: "Un 57,4% de las mujeres con cáncer de mama considera que la enfermedad afectó a su entorno laboral".

Hay más datos que nos facilita la compañía y que nos orientan sobre cómo debe ser la reincorporación de estas personas al trabajo. Por ejemplo, que más del 95% de las mujeres cree necesario poder solicitar una reducción de jornada tras la baja de enfermedad oncológica, según datos de una encuesta hecha por FECMA.

Un encuentro digital organizado por 'Cuenta conmigo' ha reunido otros consejos y observaciones fundamentales. En él, el profesor Joaquín Cayón ha asegurado que son necesarias medidas legales que permitan la incorporación progresiva de la paciente a su puesto de trabajo; que las reducciones por baja de enfermedad no sean de la totalidad de la jornada laboral; y una mayor flexibilidad y casuística en el tratamiento para poder llegar a un punto intermedio en todo lo que hace referencia al seguimiento y no limitarse exclusivamente a si una paciente está de alta o de baja de manera binaria”.

"Cada paciente vive la enfermedad de una manera, pero les ayudaría poder llevar a cabo una reincorporación gradual o una reducción de jornada”. “A muchas mujeres les da miedo reincorporarse porque no van a poder llegar a hacer el trabajo que requiere su empresa y eso puede ser negativo de cara a su continuidad en la empresa o, incluso que tenga problemas para conservar su puesto de trabajo. Cada paciente vive la enfermedad de una manera, pero les ayudaría poder llevar a cabo una reincorporación gradual o una reducción de jornada", coincide la doctora Josefina Cruz, oncóloga del Hospital Universitario de Canarias (Tenerife).

Desde FECMA, también han recordado que, aunque el "ámbito laboral es uno de los aspectos que más preocupación generan a las mujeres tras un proceso de enfermedad", también hay que tener en cuenta otros, como los servicios de apoyo social, el acceso a terapias de psicooncología, etc. "Hay muchas necesidades que trascienden a la enfermedad; parte de ellas serían cubiertas con una mejor coordinación entre los servicios sociales y sanitarios", nos recuerdan.

Asimismo, la doctora Cruz afirma que volver al entorno laboral es beneficiso. "Las mujeres se encuentran mejor, tienen ganas de empezar, pero tienen miedo de poder seguir con su vida laboral y personal, ya que han estado durante un largo tiempo con un tratamiento más agresivo y ahora llevan un tratamiento de mantenimiento, pero que tampoco les permite estar al 100%". La experta señala que estas pacientes "todavía tienen secuelas, no acaban de verse de la misma manera y tienen mucha inseguridad, dependiendo siempre de su carácter, personalidad y tipo de trabajo".

En su opinión, la media jornada sería lo ideal para que volvieran con más entusiasmo al trabajo.

"Muchas veces tenemos un enfoque excesivamente medicalizado de la enfermedad, cuando el cáncer tiene un impacto no solo clínico sino también social y, por supuesto, ahí el tratamiento legal juega un papel muy importante”, resume el profesor Cayón, que denuncia la estigmatización de la enfermedad. "Nos da miedo muchas veces pronunciar la palabra ‘cáncer’ a nivel mediático. Es importante normalizar el cáncer de mama. Ya no se trata de una patología con el pronóstico de hace unos años, sino que con ella se vive y se convive. Por ello, creo que hay que hacer una segunda transición y tratar de reducir las discriminaciones que todavía se producen por padecer esta enfermedad".