¿Tiene Shakira el síndrome del príncipe Harry?

La colombiana vuelve a convertirse en un aspersor de puyas con su último tema. ¿Resulta cansina o subraya el hecho de que a los hombres sí les aplaudimos sus revanchas líricas?

Shakira en la  75 edición del Festival de Cannes

Shakira en la 75ª edición del Festival de Cine de Cannes.

/ Getty

Shakira ha vuelto a romper internet, pero esta vez, no lo ha hecho sola, sino de la mano de Karol G. Ambas se han marcado una sororidad revanchista al haber lanzado "una balada en tono menor teñida de reggaetón”, tal y como ha asegurado La Bichota sobre TQG (Te Quedo Grande), en el que Labán (¿in?)directas a mansalva a sus ex parejas, Gerard Piqué y Anuel AA.

Las baladas suelen lamentar pérdidas y rupturas, pero este tema abraza una vez más el porno de revancha del que Shakira y Miley Cyrus se han convertido en abanderadas. Sin embargo, tras haber convertido BZRP en un puñal afilado que en lugar de limpiar los trapos sucios en casa, los lava en la plaza del pueblo (o de Times Square, mejor dicho), hay quien ya tacha a Shakira de cansina. Al parecer, Ed Sheeran y The Weeknd pueden llorar sus rupturas hasta el infinito, pero una mujer tiene que tener una variedad temática interminable para no resultar “cansina”. 

Shakira y Karol G lanzan tema juntas

Shakira y Karol G lanzan tema juntas

/ Instagram @shakira

A muchos les molesta que las canciones no hablen del dolor del corazón roto, sino de la capacidad de recoger esas piezas emocionales del suelo para convertirlas en confeti y salir adelante con fuerza, algo que por cierto, ya hicieron antes figuras como las de Gloria Gaynor. “Las canciones de ruptura cantadas por hombres están (a menudo) en la noble tradición del blues de ‘mi bebé, ella me dejó’ mientras se sientan sintiendo lástima por sí mismos. Pero si bien hay muchas mujeres con el corazón roto, hay también canciones sobre una mujer que se recupera y sigue adelante. Tanto I Will Survive de Gaynor como Flowers, de Miley Cyrus, son himnos esencialmente feministas. Las mujeres están empoderadas por su ruptura, no destruidas por ella”, explicaba a ‘The Guardian’ el analista de canciones James Masterton. 

Por su parte, Inma Brea, coach certificada experta en comportamiento humano y pionera en Humanización Corporativa, señala que “el amor propio va de quererse, pero sobre todo va de protegerse; física, emocional y mentalmente. En el caso de Shakira y su polémica canción sobre su ruptura con Piqué y la deslealtad es una exposición, que aun siendo cierto que es natural para un artista expresar sus emociones a través de su arte, en este caso no hay profundidad, más bien es un “yo valgo más tú”.

“Mostrarse públicamente vulnerable puede ser sanador si se hace desde la honestidad, pero hacerlo desde el ataque o la victimización te lleva a un círculo vicioso emocional de altos y bajos. Por una parte, sabes en tu foro interno cuáles han sido tus errores, aunque no los verbalices, y en segundo lugar, es una manera de tapar lo que sientes haciéndote la superada o el superado, y eso tiene, como consecuencia, extender el proceso de duelo en el tiempo. El duelo de una ruptura no tiene plazo estimado, depende de la capacidad que tenga la persona para sobreponerse de su madurez emocional y también de su testarudez. Un duelo requiere soltar; soltar a la persona, soltar la historia y el pasado, aprender la lección y seguir tu camino, intentando dejar el menor destrozo posible a tu paso”, señala.

Taylor Swift ha denunciado en muchas ocasiones el sexismo que encierra el que ellas siempre señaladas como “lanza pullas”, lloronas o vengativas mientras que a ellos se les aplauden sus canciones de desamor. Mientras que los hombres son alabados por mostrar públicamente sus sentimientos y su vulnerabilidad, a ellas se las tilda de exageradas y de sobre emocionales. Las cantantes están igualmente abriendo al mundo sus baúles repletos de secretos a sabiendas de que la sociedad las va a condenar, por lo que su gesto resulta tan valiente (o tan ridículo) como el de ellos. 

Lo que hay que tener también en cuenta es que la mayoría de las críticas vertidas sobre las cantantes provienen de millennials o de personas de generaciones más adultas, mientras que cuando el álbum de Olivia Rodrigo, icono de la generación Z, cuenta con diez de las once canciones hablando de desamor y rupturas, los jóvenes aplauden su osadía, pues la juventud entiende la importancia de abrazar la vulnerabilidad y de anteponer la salud ental.

Es decir: si crees que Shakira está marcándose un príncipe Harry por haberse convertido en una quejica crónica, quizás sea por una cuestión generacional o por un deje sexista, pero lo importante es comprender que aunque la música inspirada en rupturas siempre ha sido terapéutica, lo esencial es juzgar usando el mismo barómetro a hombres y mujeres por escribir estos temas. Porque ni ellos son más valientes al hacerlo ni ellas más cansinas. Aquí todos facturan y si lloran, lo hacen cuándo y cómo quieren, no cuando la sociedad les permite hacerlo, y eso es lo realmente empoderador.

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