Rocío Carrasco habla en profundidad sobre la relación con su hija, Rocío Flores, en su documental
En el documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, que Telecinco estrenó el miércoles 14 de abril, Rocío Carrasco contó cómo se creó “el germen del mal” en su hija Rocío Flores.
Rocío Flores y Rocío Carrasco llevan años distanciadas, tanto que cuando la nieta de Rocío Jurado concursó a ‘Supervivientes’ aprovechó para pedir que alguien le diera noticias de su madre, pero no las recibió (o, de momento, no ha trascendido la información). En el séptimo capítulo de ‘,Rocío, contar la verdad para seguir viva’, que Telecinco estrenó el miércoles 14 de abril, Rocío Carrasco ha contado cuál fue el inicio del distanciamiento entre ambas, que justo coincidió con la muerte de Rocío Jurado.
Estuvieron cuatro meses sin verse y, para sorpresa de Rocío Carrasco, el reencuentro no fue como esperaba. Mientras su hijo David se deshizo en gestos cariñosos, Rocío Flores le planteó una pregunta clave, algo que rompió de dolor por dentro a su madre. "Llevaba cuatro meses sin ver a mis hijos y quería verlos. Escuché el timbre y eran ellos. David vino corriendo y empezó a darme besos: ‘Mamá, no llores. Mamá, no llores’. Tenía siete años. Y me secaba las lágrimas. Yo le decía: ‘No te preocupes, mi vida’. Mamá está bien’. Llega Rocío, que entonces tenía nueve años. Nada más llegar se quedó mirándome y me dijo: ‘¿Mamá, ahora qué va a pasar con las casas de Miami?’. ¡En ese momento supe que todo había cambiado. Esa semilla del mal que había implantado en ella había terminado germinando y estaba floreciendo”, contó emocionada Rocío Carrasco.
La reacción no se hizo esperar y, ante la pregunta, Rocío Carrasco empezó a llorar sin consuelo. Para ella, su hija ya estaba siendo manipulada por su padre, Antonio David Flores, algo que ha recalcado a lo largo de todos los episodios que se han emitido del documental. “Empecé a llorar como una niña pequeña. A mí se me vino encima el mundo cuando escuché esa pregunta. Una niña de 9 años que se acaba de morir su abuela, que su madre está destrozada en un sofá, pero ella viene con una lección aprendida. Se me vino el mundo encima. Y me di cuenta de que había un antes y un después. Y que en esa niña que había parido yo, pero que parecía que no tenía nada de mí”, añadió con dolor.
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