La reina Isabel II cumple 95 años: God save the Queen... ¡y a su colorido armario!
Este 21 de abril la reina Isabel de Inglaterra celebra su 95 cumpleaños y lo hace vestida de negro de la cabeza a los pies, respetando el luto impuesto por el protocolo tras el reciente fallecimiento del duque de Edimburgo. Sin embargo, su vestidor es un auténtico arcoíris repleto de looks monocolor que han convertido su estilo en uno de sus grandes signos de identidad y que, se espera, pronto volverá a brillar.
Doce días después de la muerte de su marido y tan solo cuatro desde su funeral, la reina Isabel II celebra su 95 cumpleaños este miércoles 21 de abril. En sus últimas apariciones en público, la monarca ha vestido de riguroso luto y se espera que continúe haciéndolo, al menos, durante el próximo mes como muestra de duelo tras la pérdida del que ha sido el hombre de su vida y con el que estuvo casada durante 73 años.
Sin embargo, entre el negro que ha lucido en los últimos días y el blanco inmaculado con el que pasó por el altar de la abadía de Westminster junto al príncipe Felipe el 20 de noviembre de 1947, hay todo un abanico de colores vibrantes que campan a sus anchas en el guardarropa real y han convertido a Isabel de Inglaterra en el irrefutable icono de estilo que es hoy en día.
Elizabeth Alexandra Mary nació en Londres el 21 de abril de 1926, siendo la primogénita de los duques de York. Pero, tras la abdicación por amor de su tío Eduardo VIII, su padre ascendió al trono como Jorge VI y ella se convirtió en heredera de la Corona Británica a los 16 años. Ya por entonces había comenzado una relación con Felipe Mountbatten, quien pertenecía a la casa real griega por nacimiento y con el que ha formado una extensa familia que a día de hoy cuenta con cuatro hijos, ocho nietos y diez bisnietos.
Los trajes de chaqueta y falda (siempre por debajo de la rodilla) con abrigos y sombreros a juego y zapatos clásicos de tacón bajo son, desde hace varias décadas, su invariable uniforme para asistir a actos oficiales, escogiendo siempre 'total looks' de un solo tono, el cual suele guardar relación con el evento en cuestión. Incluso en su juventud, recurría habitualmente a este tipo de estilismos 'color block' (por aquel entonces con siluetas hiperfemeninas aunque sobrias, y tejidos más arriesgados como el satén, el tul o las lentejuelas) que, poco a poco, ha ido perfilando hasta dar con su marcado vestuario actual.
La mayor excepción a esta pauta estilística (además de su recordado atuendo militar durante la II Guerra Mundial, cuando trabajó activamente en las Fuerzas Armadas Británicas) son los emblemáticos looks de campo que reserva para sus escapadas al castillo de Balmoral, donde las gabardinas, el calzado plano y los pañuelos estampados que anuda bajo su barbilla son sus mejores aliados. Eso sí, ni siquiera en estas ocasiones renuncia a sus faldas, pues sus apariciones públicas con pantalón a lo largo de estos años casi pueden contarse con los dedos de una mano.
También su joyero ha sido objeto de análisis en numerosas ocasiones. La reina es una auténtica apasionada de los broches, que añade habitualmente a sus looks para cumplir con la agenda real, pero también cuenta con una extensa colección de tiaras, collares, pendientes y anillos cuyo valor histórico es incalculable.
Mención aparte merece la Corona Imperial de Estado, una pieza única confeccionada con oro, diamantes y otras piezas preciosas que, desde su coronación el 2 de junio de 1953, Isabel II debe llevar una vez al año con motivo de la apertura del Parlamento de Reino Unido y la cual, según la leyenda popular, resulta extraordinariamente pesada. "Más que una bolsa de patatas", enfatiza el libro 'The Queen's wardrobe: the story of Queen Elizabeth II and her clothes', que acaba de lanzar la editorial Hardback con motivo de su 95 cumpleaños.
Esta publicación ilustrada cuenta con la aportación de Michele Clapton, responsable de vestuario de la aclamada 'The Crown', una serie que ha cuidado al detalle los asuntos del vestidor real. Por ejemplo, para recrear el vestido de novia que Norman Hartnell (modisto de cabecera de la reina y al que llegó a otorgar el título de Sir) diseñó para su boda, hicieron falta más de seis semanas de trabajo y Netflix le dedicó un presupuesto de más de 33.000 euros.
En resumen: God save the Queen... ¡y su poderoso armario!
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