Rocío Carrasco desvela en el documental el origen de la mala relación con su hija Rocío Flores

La relación (o más bien la no relación) entre Rocío Carrasco y Rocío Flores lleva siendo una incógnita desde hace años. En el sexto episodio de ‘Rocío. Contar la verdad para seguir vida’, que Telecinco se estrenó el miércoles 7 de abril, la hija de el exboxeador Pedro Carrasco ha tratado, por fin, uno de los temas de más interés: el porqué de su distanciamiento con su hija.

En el nuevo episodio, de mayor duración que los anteriores, se dividió en dos partes durante la emisión del programa que condujo Carlota Corredera y tenía como título ‘Quién te crees tú’, el mismo que uno de los temas del álbum ‘¿Dónde estás amor?’ interpretado por su madre, Rocío Jurado, en 1987. Estaba todo bien hilado.

Una vez más, Rocío Carrasco se abrió en canal y presentó un informe psicológico pericial de Rocío Flores, cuando tenía 5 años y sus padres luchaban por su custodia. Leyó que su hija la describía con: "seguridad en la relación, temores de separación con rechazo de figuras sustitutivas.... Esa era la imagen que mi hija tenía de mí con 5 años... Mi hija con 5 años se sentía protegida, elegida, querida, esa era la imagen que ella tenía", decía a la vez que se rompía a llorar.

Años después, la imagen cambió y llegaron al distanciamiento actual, aunque, como bien Rocío Flores ha relatado varias veces, la hija sí ha intentado ponerse en contacto con su madre sin ningún éxito. ¿Cuál es la razón? Rocío Carrasco lo tiene claro. "En este informe queda constancia, es un SOS, de que puede estar siendo influenciada negativamente por el padre y se ve obligada a mentir o a encubrir... Yo nunca le hablo mal a mis hijos de su padre", relató.

Según ese informe, la pequeña Rocío tenía "signos de ansiedad e impulsividad, que pueden influir en su rendimiento global". "Ahí ya estaba empezando la semilla del mal, ahí ya estaba haciéndole daño a su hija", aclaró Rocío Carrasco con dolor.