Quim Gutiérrez: "Es difícil lidiar con la popularidad"

El popular comic de Vázquez concentra una mezcla de humor inteligente y patrio, acción hollywoodiense y personajes muy de carne y hueso. ¿Te lo vas a perder?

Quim Gutiérrez de esmoquin para Anacleto

Quim disfrutó con las escenas que más esfuerzo físico le axigían. No te pierdas sus peleas, al más puro estilo Jackie Chan

/ Irene Meritxell

Evita sobreexponerse en los medios y dirige su imagen con mano firme –de hecho, le pedimos un selfie para Instagram y nos lo niega–, pero todo se va al garete si protagonizas “Vale”, el corto de Amenábar para televisión y además te presentas en el Sonar con dos de sus intérpretes. «Es difícil lidiar

con la popularidad, sobre todo cuando coinciden varios trabajos. Lo viví en mis carnes este verano», explica Quim Gutiérrez. Viene de rodar una peli francesa en Senegal (“Wulu”) y una miniserie para Telecinco (“El padre Caín”, junto a Oona Chaplin y Aura Garrido), dos papeles muy alejados de su entrañable Adolfo en “Anacleto”.

El personaje de Amenábar y el de “Anacleto” tienen sus similitudes...

Tengo cierta habilidad para defender a personajes aparentemente mindundis que, a la postre, resultan ser atractivos... No estoy ni más ni menos orgulloso de ello, es lo que me han propuesto hacer, lo he intentado defender con dignidad y resulta que se me da bien. Por suerte, en la vida tengo poco que ver con ellos (risas).

La película tiene algunas frases inolvidables...

Y lo más chocante es que son morcillas metidas por los propios actores durante el rodaje. Pero es que si uno tiene en el mismo set a Imanol Arias, a Carlos Areces y a Berto Romero... lo raro es que no te salga una temporada entera de “El club de la comedia”.

¿Con cuál de ellas te quedarías?

Pues me encanta la de «Nos pagan por vigilar, pues vigilado está, ¿no?», cuando entran unos ladrones a robar a la tienda, y la de «Pa el caso que me haces, podrían haber ido a por el perro», cuando me cogen como rehén.

¿Satisfecho con el resultado?

Mucho, y por tres motivos: es una peli que requería mucha habilidad física (y a mí me flipan las artes marciales;  además, fui capaz de lanzarme en puenting desde 16 metros de altura, con el vértigo que tengo, por lo que me siento muy orgulloso. La peli combina de forma excelente registros como

la comedia disparatada, la acción pura estilo Hollywood (explosiones, uso de armamento, escenas de persecución), y un punto emocional y luego, interpretativamente, mi personaje tiene una evolución muy sutil que me encanta. Empieza siendo un tío adormecido y acaba en superhéroe.

¿En qué te pareces a tu personaje, Adolfo, eres un cobarde con un gran valiente dentro?

No, no, no. Nos parecemos muy poco, quizá más hacia el final de la película. Ambos somos muy intensos (risas). Y yo soy bastante flipao: mi discurso es el de asumir riesgos en la vida y buscar estímulos constantemente.

Lo mejor de hacer esta película...

Yo voy a la búsqueda de nuevos retos, aunque sean comedias. Y rodar con Javi Ruiz Caldera lo es. Es una mano cariñosa y sutil que te lleva en el rodaje como si estuvieras de vacaciones. No se enfada nunca... le hacíamos putadas y ni por esas. De buen rollo todo el rato, qué asco (risas).

Acabas de rodar tu primer trabajo en inglés, con el hijo de Ken Loach, junto a Paz Vega y Edward James Olmos...

Nos fuimos hasta el sur de Australia un grupo de españoles como Paz, Carmen Maura, Antonio de la Torre... Estábamos como de campamento, fue gracioso. Es que había que ver cómo se hacían las cosas por ahí... y se hacen exactamente igual que en España. Pero está bien pillar callo en otros

idiomas: ponerte nervioso, mantener buena dicción, incorporar cambios de textos con rapidez... Yo hablo mejor inglés que francés, aunque haya rodado ya dos pelis...

¿Y de Senegal, donde has rodado “Wulu”, qué te has traído?

Una dosis infinita de paciencia. En África tienen otro tempo, así que me convertí en zen. Fue un momento de clarividencia. Y sigo aplicándolo en mi vida: estoy en modo “laisser tomber” todo (risas).

Y sigues sin comprometerte con una serie larga, con la enorme calidad que tienen ahora...

Me dan mucha claustrofobia los compromisos de larga duración, porque para asumir riesgos tienes que tener las manos libres. Y no me veo capaz de firmar tres temporadas de una serie que implican dos años y medio de compromiso. Salvo que me propongan “True Detective”, en HBO. Y es

muy tentador económicamente, no será la primera vez que deba tocar ahorros e hipotecar cosas por ser tan arriesgado...

Pero aún espero un guión que aúne lo comercial con lo artístico. De vez en cuando, ocurren los milagros, como en 'The honourable Woman' de Maggie Gyllenhall. 

Tags _

Síguele la pista

  • Lo último