Inés Sastre: "a los 40 ya sabes quién eres y qué quieres"

En un día soleado, de los muchos que tiene nuestro país, entrevistamos a Inés Sastre. Ha vuelto a España con una gran noticia debajo del brazo: ella se ha convertido en la madrina de lujo de la exposición de fotografía en el lujoso Hotel Santo Mauro del coche Tiburón de la marca DS que cumple 60 años. Del 15 de marzo hasta el 22 del mismo podrás disfrutar de esta retrospectiva única en el mundo del automóvil con cierto aire vintage.

Que Inés Sastre vuelva a casa es una muy buena noticia, por eso no quisimos desaprovechar la ocasión y preguntarla sobre su carrera, la moda, el papel de la mujer,... Y conocer un poquito mejor al icóno del cine y de la moda que revolucionó una época de nuestro país. Te invitamos a que la conozcas tal y como es ella, sin aditivos ni grandes parafernalias.

Inés Sastre exposición DS
Inés Sastre exposición DS

Lo primero, enhorabuena por ser la madrina de esta exposición retrospectiva del modelo tiburón de DS ¿Qué piensas sobre ello?

Es precioso que vuelvan a hacer lanzamiento de un coche tan irónico que, en cierto modo, hemos visto todos desde que éramos pequeños en el cine, en películas con Belmondo con Gaban. Es una cosa bonita.

Esta pregunta es casi obligada ¿Te gusta conducir?

No sé conducir. Viviendo en París, una ciudad grande, desde hace tantos años, aprendes a no necesitarlo. Yo entiendo que aquí se use. Además me he acostumbrado a andar, aunque sea en distancias un poco más largas y luego tengo taxi y demás… nunca lo he necesitado. Es muy cómodo, además, que me vengan a buscar, prefiero que me lleven, me mimen, me cuiden,… (risas).

También me gustaría felicitarte por tus recién cumplidos 40 años… ¿qué balance haces a nivel profesional?

Es una edad estupenda que recomiendo que se viva con intensidad. Mi balance es muy bueno. Llevo toda mi vida trabajando, creo que es una de mis grandes pasiones y a la edad de los 40 en este ámbito es muy interesante. Ya me lo habían dicho. Los 40 ahora no son los 40 de épocas anteriores en el que a las mujeres se las consideraba ya mayores. Ahora es un momento súper especial en la vida femenina, te quieres más y te comprendes mucho mejor, te asumes mejor, te conoces mejor,… Tanto en lo bueno y en lo malo. Yo creo que es un periodo muy bonito para las mujeres. Me está gustando mucho más la edad de los 40 que los 30, que la encontré más complicada. Creo que los 30 es una edad de incertidumbre, no sabes muy bien donde estás, no eres joven pero tampoco mayor… La treintena la encuentro incierta, en cambio los 40 ya sabes más quien eres, qué quieres. Es una edad muy bonita.

¿Qué metas te quedan por conseguir a partir de ahora?

Nunca he visto las cosas a nivel meta. Nunca he pensado en nada a nivel de objetivos. Es hacer mi trabajo, teniendo la suerte de tener un trabajo que me encanta hacer, de tener un niño bonito del que me ocupo mucho y el cual es mi gran pasión. Entonces no hay cosas que quiera conseguir, sino que prefiero dejar que lleguen las cosas, sin forzarlas. O llegar a ellas pero de un modo sencillo. Creo que forzar las cosas no es bueno.

¿Crees, entonces, en el destino?

Creo bastante en el destino, Es más, el destino ha jugado muchas veces a mi favor. Mi carrera cinematográfica es ejemplo de ello. Incluso habiendo abandonado el cine, después de mi tercera película, volver otra vez con 20 años de la mano de Antonioni Furnier por casualidad... Gracias a unas fotos que hice en Kenia y que las vio él... Por eso a veces sí creo en el destino. Uno tiene el destino marcado, aunque en ciertas cosas puedes trabajar en ello y mejorarlo. Porque tu escoges cosas que hacer o no, aventuras en las que decides embarcarte o no.

Embarcarte en la aventura de ser actriz ¿era tu sueño desde pequeña?

No, fue completamente por casualidad. Era una niña súper tímida que no tenía ningún tipo de conciencia sobre mí. Hay muchas modelos que hablan de que se sentían feas,… Yo directamente no tenía ninguna conciencia de cómo era físicamente. No era algo que me hubiera planteado. Entonces cuando me escogió Carlos Saura para hacer El Dorado, el día de mi 13 cumpleaños, la verdad es que me sorprendió y decidí sin ningún tipo de presión familiar lanzarme, irme a Costa Rica y hacer la peli. Me pilló por sorpresa.

Y si tu destino no hubiese estado ligado a la actuación, ¿qué otras profesiones te seducían?

Ni idea. Cuando me quise dar cuenta ya estaba siendo actriz. Además cuando me he querido escapar, otra vez he vuelto. Ahora si me lo plantease seguiria siendo actriz. Lo que pasa que desde el nacimiento de Diego no he tenido tiempo de volver a hacer otra película. Volveré a actuar cuando tenga un proyecto verdaderamente interesante, si es algo que realmente valiese la pena. Sino, por el momento estoy encantada con mis proyectos publicitarios que además me dejan tiempo para estar con mi hijo. Y eso me hace muy feliz. Para que vuelva a haber un deseo tiene que ser en un proyecto adecuado y el que tiene que ser.

En tu faceta de modelo has tenido contacto directo con el mundo de la moda pero ¿para ti que significa?

A mi más que el mundo de la moda siempre me ha gustado mucho más el universo de la belleza y de la perfumería. Es otra cosa. La moda me divierte, por supuesto. Es más, después de tres experiencias con el mundo del cine para una niña de 15 años era mucho más divertido desfilar. Tenía un punto más ligero por eso cuando vino John Casablancas a conocerme a Madrid y a animarme a que me presentase a ‘The Look of the Year’, también me encantó ganarlo. Pero seguir la moda es más para mirar las tendencias, informarme de lo que está pasando, la visión. En este momento tengo que reconocer que hay una moda un poco vintage que vuelve y que me encanta. Siempre me han apasionado los años 50 y los 60, me parecen muy favorecedores para la mujer. Entonces me divierte mirarlo pero tampoco soy una compulsiva de seguir obligatoriamente lo que está de moda.

He de decir que comparto tu pasión por el mundo beauty…

Es otro universo. Es súper divertido. Además me divierten las cremas, las texturas, me encanta probarlo todo,… Me divierte muchísimo hablar con los que venden y preguntarles porque venden, sus secretos y fórmulas, qué es lo que nos damos,… Yo creo que cada uno debe dedicarse a lo que se le da bien y a lo que le gusta. Por eso ahora mismo no me imagino haciendo una colección de moda para una firma, igual que te digo que me apasiona colaborar para las firmas de belleza. Al trabajar en una firma de cosmética de forma interna como ahora es el caso de Lierac, dando mi opinión, hacen que me de cuenta de que este es el universo que conozco y en el que quiero estar. Y en el que llevo muchos años. He trabajado para grandes firmas de belleza como Puig, Max Factor, Lancôme,…

Volviendo a la moda, ¿qué encontramos en el armario de Inés Sastre?

El vaquero es imprescindible. Pero también es verdad que el primer día de vacaciones de verano dejo el vaquero y no lo vuelvo a tocar hasta septiembre. El vaquero es algo que está en mi armario durante el invierno pero que está completamente fuera los meses de vacaciones. Prefiero faldas, vestidos, shorts, todo lo que quieras, menos el vaquero.

También hay mucho jersey de cuello alto, ropa muy cómoda tipo petit bateau. En general me visto de manera muy cómoda para todos los días y para algún acto especial me gusta arreglarme un poco más.

¿Te consideras adicta a los complementos?

No. Me divierten pero nunca he tenido la obsesión de tener mil bolsos o mil pares de zapatos. Además suelo llevar el mismo bolso porque me resulta muy cómodo y no lo cambio. Cuando te haces a un bolso luego coger otro me cuesta, te preguntas ’¿y esto por qué se abre aquí?’ (risas). Por ejemplo ahora tengo este que es de Hermès y tiene como cremalleras por dentro y por fuera, además no puedo usar un bolso demasiado grande porque lo lleno y luego pesa demasiado. Cuando te haces a algo así, suelo no dejarlo durante un tiempo. Llega el momento que digo ‘venga, vamos a cambiarlo’ y otra vez me tiro una larga temporada con él.

Ahora hablemos del universo beauty que tanto te gusta. Has sido imagen de grandes firmas como Lancôme y experimentando en ellas pero, ¿qué es lo realmente imprescindible en tu neceser?

Un stick para los labios, una crema hidratante y un blush. Todo ello tiene que viajar conmigo siempre en el bolso. Por ejemplo mi imprescindible es la crema hidratante. Siempre hay que tenerla a mano por sí la necesitas en un avión, en un coche,… rehidratas en un momento. Y si es con protección solar mejor.

¿Te consideras obsesiva con tu aspecto?

No, pero me gusta. Por ejemplo creo mucho más en la regularidad que en tratamientos de shok y en eso soy muy disciplinada. Me parece bien que una o dos veces a la semana todas las mujeres nos debemos tomar un poco de tiempo para sí mismas. Está muy bien que te quieran los demás pero uno se tiene que querer a sí mismo y cuidarse y darse un merecido tiempo para mimar el pelo, la piel,… Es algo que está muy bien. Mi niño me ha visto tantas veces con la mascarilla puesta y siempre le he hecho mucha gracia (risas).

¿Cuáles serían entonces tus trucos de belleza imprescindibles?

La constancia y pequeños gestos cómo acabar las duchas con un chorro con agua fría, que tensa la piel y sienta fenomenal. Zumo de limón con miel por la mañana en ayunas es maravilloso. Limpia todo y es buenísimo para la piel. Lo llevo haciendo muchísimos años y he intentado cambiar por otros zumos pero no hay ninguno mejor que ese. Por ejemplo, hay que cambiar el hábito de beber un zumo de naranja por la mañana y dejarlo mejor para medio día.

Creo que estoy ante una mujer cercana pero, ¿cómo se define la propia Inés Sastre?

Tenaz, imaginativa. Pero lo que más tenaz. Lo soy y mucho. Me gusta trabajar, optimista, bastante valiente.

¿Qué te hace llorar?

Soy bastante llorona. Por ejemplo, en el cine, soy buen público y lloro desesperadamente. Me lo tomo todo muy a pecho y me llevo unos disgustos muy tremendos. Es una cosa tremenda.

¿Y reír a carcajadas?

También soy una persona risueña. A carcajadas no sabría decirte, pero por lo general soy risueña. Hay gente que tiene una tendencia más depresiva. Pero yo no. Eso es suerte. Hombre, alguna vez se puede tener un día regular, malo, pero se sobrepasa.

¿Qué cosas crees que la gente no conoce de ti?

Hay una parte privada que no me gusta mostrar. Creo que está bien siempre mantener un jardín secreto sobretodo si has estado expuesta públicamente, como ha sido mi caso, desde bien pequeñita.

¿Y de tu carácter o forma de ser qué piensas que la gente no sabe de ti?

Mucha gente se cree que soy más fría. Pero lo que me pasa últimamente es que cada vez me estoy volviendo más hogareña. He viajado tanto toda mi vida que ahora necesito estar en casa.

Yo, ahora mismo, tengo la sensación de estar ante una persona muy cercana y cariñosa.

Sí, a veces se puede interpretar una opinión contraria por culpa de timidez o por que la gente ya se ha hecho esa preconcepción de mí. Pero luego la gente se sorprende y estoy encantada y feliz de que así sea. Y entonces me preguntan ‘¿cómo puedes ser tan normal?’ (risas). A veces por culpa de las tradiciones de París también la gente se piensa que soy más distante. Has visto que saludo dando la mano y es porque se hace fuera y entonces vuelves y aquí todos se dan besos y te tienes que volver a acostumbrar. La gente se piensa que eres distante y no es eso.

¿Estas contenta con la imagen que exportan los medios de ti?

Sí, estoy muy contenta. Creo que es estupenda y es muy agradable cuando la gente te quiere y te lo demuestran. No puedes gustar a todo el mundo pero eso es algo inevitable.

Llevas toda una vida en París pero me gustaría saber qué echas de menos de España allí.

Pues esto, el sol. La luz maravillosa que tiene Madrid que la encuentro muy limpia y que está estupenda. Las terrazas, la alegría,... Hay muchísimas cosas pero como llevo viviendo 23 años en París y es tantísimo tiempo, más de la mitad de mi vida, la verdad que estoy muy cómoda allí. Además me siento de los dos sitios igual porque soy española pero he vivido en Francia toda mi vida y hay que coger las cosas buenas de cada país e irlo integrando en tu personalidad y carácter. Claro que echo de menos muchas cosas pero por decisión profesional decidí irme y parece que te vas para un rato y luego, de repente, ya te instalas. Pero lo que nunca he dudado es de pasar las vacaciones en España para no perder este lazo que me une. Creo que es importante para mí y para mi hijo.

Por último ¿te volverías a España a vivir?

Por ahora no me lo he planteado. Nunca se puede decir nunca jamás, pero por ahora el niño está escolarizado en Francia y yo estoy muy cómoda allí... También lo bueno que tiene París es que está muy cerca de España y es muy céntrica en Europa. Es muy fácil vivir allí. Puedo tener, por ejemplo, un novio que viva en Italia y está relativamente cerca de mí. Es decir, no son 8 horas de vuelo, son 2 aproximadamente.

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