Deborah François: “Las mujeres no nos damos cuenta de lo poderosas que somos”

La actriz belga se estrena en el cine español con la película ‘El practicante’, en la que comparte protagonismo con Mario Casas. Un ‘thriller’ muy oscuro que te hará saltar -literalmente- del sofá.

Déborah François con maquillaje, top, pantalón, pendientes y pulsera de Chanel

Déborah François con maquillaje, top, pantalón, pendientes y pulsera de Chanel.

/ Alberto Saguar

Cuando se busca información sobre la actriz Deborah François (33 años) en Google en español aparecen mil y una noticias relacionadas con su reciente noviazgo con Mario Casas. Se equivocan quienes se queden en la superficie de esa marea rosa que persigue a la intérprete desde que en verano saltara la noticia de esta nueva relación. Deborah François es una actriz de renombre que, desde su primera película, enamoró a la crítica. Solo tenía 17 años cuando los prestigiosos cineastas belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne la seleccionaron para protagonista de ‘L’enfant’, un impactante drama social que se llevó la Palma de Oro del Festival de Cannes en 2005. Además, François ganó el premio Joseph Plateau a la Mejor actriz belga por este filme. Luego, en 2008, se convirtió en una de las escasas actrices belgas en ganar un César (los Goya franceses) a la mejor promesa femenina y el premio el Romy Schneider -que reconoce a la actriz revelación del año-, por ‘El primer día del resto de tu vida’.

Ahora la actriz belga se estrena en el cine español con la película ‘El practicante’, en la que comparte protagonismo con Mario Casas. Un oscuro ‘thriller’ dirigido por Carles Torras que se estrena el 16 de septiembre en Netflix, pero ya ha armado un cierto revuelo. El director, que ya se llevó la Bizanaga de Plata del Festival de Málaga con su opera prima, ‘Callback’, un 'thriller' psicológico con puntos de comedia negra, propone una película aún más oscura. Ángel (Mario Casas) es un auxiliar médico de ambulancia que, tras sufrir un accidente de tráfico, quedará postrado en una silla de ruedas. Asistiremos a la degradación de su relación con su novia Vane (Deborah François) y a una venganza de ida y vuelta que estremece. Vaya, que te pasan un buen rato de la película gritando a la pantalla y dando saltos en el sofá. Tanto François como Mario Casas están impresionantes en sus interpretaciones. Aunque la película plantea de comienzo temas duros, como los celos, la dependencia o la violencia de género, lo cierto es que pronto se revela como lo que es, un oscuro thriller que acaba por decantarse por el puro suspense, con un toque de terror y un punto de subgénero ‘survival’. François lo resume como “un filme de puro entretenimiento con algo de humor muy negro”. El mismo que ella asegura tener.

Entrevistamos a Deborah François a su paso por Madrid para promocionar el filme. La actriz tiene una energía chispeante y demuestra un gran sentido del humor, con un punto clown y, como ella se define, “muy friki”. Para poder rodar en castellano, ha aprendido el idioma en tan solo un año y nos confiesa su secreto: ver ‘La casa de papel’ en castellano y con subtítulos en español, ‘googleando’ todos los términos que no entendía. “Vale, fui super lenta, pero notaba como me servía para entender cada vez más”, explica en un castellano fluido con acento francés.

Déborah François con maquillaje de Chanel

Déborah François con pendientes y jersey de Chanel.

/ Alberto Saguar

Hija de un policía y una trabajadora social, Deborah François es la segunda de tres hermanos. Su familia está muy unida, como muestran las entrañables fotos que sube a su cuenta de Instagram. Para la producción de moda que ha hecho para Woman muestra su lado más chic con una de las firmas más emblemáticas de Francia, Chanel. “Cuando escucho ese nombre siempre pienso, ‘Chanel, oh là là’”, dice entre risas. Le divierte mucho hacer editoriales de moda porque reconoce que es como un juego. Del mismo modo que le entusiasma ir a desfiles de moda. “Me hace mucha ilusión. Yo vengo de una familia muy normal, no teníamos mucho dinero, y mis ojos de niña pequeña que está mirando todo tan de lejos ahora no se lo puede creer cuando estoy ahí, en un desfile. Esa niña de cinco años es la que está ahí en el front row, con un brillo en los ojos”, explica con una naturalidad muy suya que deja ver a lo largo de toda la entrevista porque, como ella asegura, “algo que tenemos en común los españoles y los belgas es una manera de ser muy directa”.

¿Cómo te llegó el guión de El practicante, la peli de Carles Torres? ¿Qué hace una actriz belga como tú en un proyecto como este?

Me pregunto exactamente lo mismo. Creo que siempre he sido afortunada con los papeles que me han ofrecido, que tengo buena estrella. Carles [Torres] llamó a mi representante para ofrecerme un papel en ‘El practicante’ y él le dijo, pero ‘tu sabes que Deborah habla francés e inglés, pero no habla ni una palabra de español, nada’. Carles respondió que quizá iban a hacer la peli en inglés y que, bueno, él me veía para el papel. ¡Qué atrevido! Es un director muy valiente. La mayoría hace un proyecto en español, con actores españoles, pero él, no. El texto estaba en castellano, pero le daba igual. Eso me encantó y quise conocer a la persona que era capaz de algo así, me produjo mucha curiosidad. Así que decidí leer el guion que había escrito ese hombre. Después conocí a Carles y, en ese momento, comprendí que compartimos el mismo sentido del humor, que es como muy, muy negro. Muy oscuro.

Un sentido del humor perfecto para esta película…

Totalmente. Creo que este tipo de películas no se pueden escribir desde el primer nivel, desde un plano real. Si no, te matas antes de terminar de leer el guión por el mal cuerpo que te deja. Creo que hace falta un cierto humor para escribirla.

Me han contado que dijiste que sí en cuanto acabaste el guion. ¿Qué te fascinó de Vane, tu personaje en ‘El practicante’?

Primero, me gustan mucho los ‘thrillers' y hacía tiempo que no participaba en uno, así que tenía ya ganas. Además me fascinó que Vane es un personaje mucho más poderoso de lo que ella cree al inicio de la película. Su camino no es hacerse más fuerte, sino darse cuenta de la fuerza que ya tiene dentro. Pienso que es el camino y el trabajo de muchos seres humanos y, en particular, de muchas mujeres. A veces no nos damos cuenta de lo poderosas que somos, de lo que podemos llegar a hacer. En el caso de Vane, ella hace muy malas elecciones respecto los hombres, se deja tratar muy mal porque no confía en ella misma. Pero es un personaje que va a cambiar mucho a lo largo de la película.

Me han contado que antes de este filme apenas hablabas español y hoy estamos haciendo la entrevista en perfecto castellano. ¿Cómo lo has hecho, confiesa?

Realmente lo hablaba hace mucho tiempo [risas]. No, es broma. Dije mi primera palabra en español en julio del año pasado. Leí el guion en inglés y después, cuando empecé a trabajar en él, Carles me lo mandó en castellano para trabajarlo con la ‘coach'. Al principio tenía las dos copias abiertas, una al lado de la otra, en inglés y en castellano. Pero pensé que aquello no me ayudaba, no tenía sentido. Entonces lo que hice fue tirar a la basura la versión en inglés y empecé de nuevo. Vas a pensar que es una tontería, pero había visto las dos primeras temporadas de ‘La casa de papel’, en Netflix, y decidí ponérmelas de nuevo, desde el principio, pero en castellano y con subtítulos también en español. Creo que por capítulo tardaba dos horas y media porque casi con cada frase tenía que parar y buscar palabras. Vale, fui super lenta, pero notaba como me servía para entender cada vez más. Me ayudó a obligarme. Además, intentaba escuchar solo cosas en español. En la televisión solo ponía programas españoles. No sabía ni qué pasaba en Francia [país donde reside], porque solo escuchaba noticias de España (risas). Con la música, igual, todo en español.

‘El practicante’ es un thriller muy, muy oscuro. ¿Cuál crees que es el mensaje de esta película?

Creo que es una película creada para entretener. La mayoría de los ‘thrillers’ son así. No creo que busque nada más. Creo que el único mensaje sería que el karma te toca. O sea, que si te portas mal, ten cuidado porque te va a venir de vuelta. Y si te portas bien, también. Hay algo en el destino que hace que la vida, el universo, te devuelva eso que has dado.

Además de ser una película de miedo, el filme toca también el círculo de violencia del maltrato.

He hecho películas de contenido social sobre el maltrato, he hablado con gente de asociaciones contra la violencia de género. Es un tema en el que estoy muy involucrada. Lo estuve en Bélgica y también en Francia, donde he vivido hasta ahora. Pero creo que en esta película para mi era muy importante que, aunque comenzábamos con un punto muy real, nos fuéramos alejando poco a poco de esa realidad para adentrarnos en el puro ‘thriller’. A partir de mitad de la película más o menos, acabamos en una pura ficción, en una película de género de horror y eso es lo que hace que te lo pases bien viéndola. No quiero verlo como una película realista o social porque no lo es.

Tu has visto ya ‘El practicante’. ¿Qué te ha parecido?

¡Sí! El resultado me ha gustado muchísimo. Estoy muy orgullosa de esta película. Creo que hay que verla porque hemos puesto mucho trabajo en ella. Mario y yo nos hemos dejado la piel, literalmente.

¿Cómo ha sido rodar con Mario Casas una película tan intensa y tan física, con un trabajo actoral, tanto tuyo como suyo, increíble?

Para mi la parte física del trabajo como actriz es muy importante y la preparo mucho. Queríamos expresar cómo afectaba a la pareja los cambios físicos por los que pasan. Para mi personaje ayudó que él pasara todo el tiempo en una silla de ruedas, me ayudó a comprender lo que sentía Vane. Los dos tenemos una manera de trabajar muy parecida, nos volcamos absolutamente en el personaje el tiempo que dura el rodaje.

Déborah François con maquillaje, chaqueta, top, pantalón, pendientes y pulsera de Chanel

Déborah François con maquillaje, chaqueta, top, pantalón, pendientes y pulsera de Chanel.

/ Alberto Saguar

Cuando estaba buscando información de tu carrera para preparar esta entrevista, todo el rato me aparecían en internet noticias de tu noviazgo con Mario Casas. ¿Te preocupa que la prensa rosa pueda afectar a tu carrera?

Bueno, realmente es la primera vez que me pasa. Normalmente no hablo mucho de mi vida personal. Hace mucho tiempo que trabajo en el cine y nunca lo he hecho. Si buscas en Francia, nunca lo hago. En Francia la prensa del corazón está mucho menos presente, no se si es algo cultural. Aquí me tiene sorprendida. No voy a reaccionar porque es un hecho. No son necesarias las opiniones sobre eso.

¿Cuáles son las mayores diferencias y semejanzas, en plan choque cultural, que encuentras entre España y Francia y Bélgica?

Para empezar, algo que tenemos en común los españoles y los belgas es una manera de ser muy directa con la gente, mucho más que los franceses. Quizá sea porque Francia tiene una historia enorme con el teatro y eso influye en su manera de ser, de pensar y de estar. Sopesan cada palabra, pero nosotros no. La interacción es mucho más directa. Y también tenemos en común las patatas fritas. Tanto en España como en Bélgica sabemos freír las cosas (risas).

Protagonizaste la película de los hermanos Dardenne, ‘l’Enfant’ en 2005, película ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2005. ¿Cómo fue entrar de lleno en el cine cuando eras una adolescente?

Pues creo que siempre he sido un poco friki. Esa chica que es como la amiga de alguien y, sí, un poco friki. Un poco como todo el mundo, un poco como nadie. Me interesaba todo lo relacionado con ‘Dragones y Mazmorras’. Era ese tipo de persona. Quería ir más allá en aquel mundo de friki. Pero es verdad que he desarrollado casi una depresión después de hacer ‘l’Enfant’, no por el equipo de rodaje, sino porque había descubierto un mundo tan maravilloso, que era increíble para mí. Después de aquello no podía volver a la escuela. Me quedaba medio año para terminar, lo pasé llorando porque solo tenía ganar de irme y seguir con el cine.

¿Te gustaría seguir trabajando en el cine español, hay algún director o directora que te llame la atención?

Bueno, no voy a ser nada original, pero solo puedo decir ¡por supuesto, con Almodóvar! Es uno de los más grandes directores del mundo. He visto todo su trabajo, de adolescente mi película favorita era ‘Todo sobre mi madre’. Le vi seis veces en dos meses, me marcó muchísimo. Adoro su cine. Si ves una película suya siempre lo vas a reconocer. Como los grandes, los Dardennes, Woody Allen, Tarantino… También me gusta mucho Alejandro Aménabar.

¿Cómo eliges tus personajes?

Realmente los elijo por lo que tengo que hacer en la ‘peli’. Puedo contar historias con las que no me sienta muy cómoda, pero lo que no puedo hacer es contar una historia con un mensaje con el cual no me sienta cómoda. Eso me ha permitido tocar temas sociales como los de los abusos de mujeres, la prostitución en los estudiantes, sabes que hay muchas chicas, pero también chicos, que se prostituyen para poder pagar sus estudios. Y la próxima serie que empiezo en octubre es sobre el maltrato de niños. Yo hago de una madre que maltrata a su hijo. Ese cambio de papel es lo que me interesa, creo que me hace crecer. Repetir el mismo papel no es tan interesante, ni para mí ni para el público, al que respeto mucho.

¿De algún modo buscas ir aprendiendo?

Sí, pero sobre todo siempre busco lo más diferente, en mi trabajo y en mi vida. Hay dos pasiones en mi vida, mi trabajo y viajar. Ambas me hacen descubrir culturas, paisajes, cosas nuevas. No aburrirme. Intentar vivir lo máximo de lo que podemos vivir. Algo que me causa mucha ansiedad es que tenemos una sola vida. ¿Te das cuenta? (risas) Creo en la reencarnación, pero creo que solo te acuerdas de una, así que da igual. Hay que vivir esta vida.

¿Qué has aprendido en ‘El practicante’?

Bueno, ¿cómo profundamente en la vida? Como actriz he conseguido un tercer idioma casi. ¡No está nada mal! Aprender español era uno de mis sueños porque ahora puedo viajar por España y por toda Latinoamérica, menos Brasil.

¿Te parece que hay suficientes personajes femeninos fuertes e importantes en el cine?

Creo que lo que debería de haber más son directoras. Si hubiera más, y más guionistas mujeres, habría mejores papeles femeninos. Ahora no me preocupa tanto porque ya ha llegado ahí una generación nueva y se nota. Pero creo que debemos de seguir presionando hasta que haya una igualdad real.

Deborah François presenta 'El practicante'

Deborah François presenta 'El practicante'.

/ Alberto Saguar

Tienes algo del prototipo de heroína de película de Alfred Hitchcock, como una joven Grace Kelly de belleza rubia, mirada intrigante y un aire misterioso… ¿Cómo te ves tu?

¿Crees que acabaré en una bañera sangrando? (risas) Me encanta la comparación, Hitchcock me gusta mucho y también Grace Kelly. Pero, en realidad, yo a mí misma me veo como una friki. Creo que cambio mucho, me gusta mucho reír, sobre todo hacer reír a los demás con un sentido del humor un poco peculiar, la verdad. Y a veces no tengo filtro. Creo que a lo mejor es un buen siglo para ser mujer y no necesitar esos filtros. Tenemos que dar algo más a las mujeres de nuestra generación de lo que dieron nuestras madres. Ellas, como nuestras abuelas, dieron mucho, lucharon por cambiar las cosas, por dejarnos un mundo en el que hay más igualdad, pero es nuestra responsabilidad luchar para dejar algo más a la próxima generación.

¿Por qué crees que deberíamos de luchar las mujeres, qué sería para ti ese algo más?

Hay tantas cosas. Depende, pero creo que conseguir una educación más igualitaria, más mezclada entre hombres y mujeres. Además que no hay solo dos categorías, para empezar. El género no es algo tan preciso. Parar con los estereotipos de género. No nos damos cuenta, estoy segura que yo también los uso, porque hemos crecido en esta sociedad llena de clichés. Creo que deberíamos empezar por eso. Luego el resto será mucho más lógico.

Hemos hecho contigo una producción de moda increíble. ¿Qué es para ti la moda?

Me encanta la moda. Para mí la moda tiene que ir con muchas cosas, con tu cuerpo porque cada uno es distinto y no nos queda bien lo mismo. Y luego con tu ‘mood’, yo me visto cada día según me siento, por eso hay muchas cosas en mi armario y muy distintas. Mis amigas me han obligado a dejar lo que recordaba demasiado a mi adolescencia, menos una chaqueta a la que tengo mucho cariño. Pero por ejemplo en las películas siempre guardo alguna ropa, como un talismán. Es como una superstición, como que si no lo hago algo malo va a pasar.

¿Y qué te quedaste de ‘El practicante’?

Bueno, quería quedarme con el vestido rosa [un vestido con cierta importancia en la trama], pero no pudo ser. Hay ropa a veces que no puedes porque no las compran, son préstamos. ¿Sabes por qué me he fijado en ese vestido? La primera vez antes de ponérmelo ya lo quería, me atraía. Es un vestido como muy fuerte. Y al final descubrí que es el mismo vestido que lleva Julia Roberts en el cartel de ‘Pretty Woman’. ¡Es el mismo modelo! Y ves como la ropa que aparece en el cine se te queda en la mente. Yo estaba obsesionada con ese vestido. De adolescente era una de mis pelis preferidas, quizá es la que más veces he visto…

Por favor, quién tenga el vestido rosa, ¡que se lo mande a Deborah!

¡Por favor, sí! Sería genial (risas).

¿Qué significa para ti la moda francesa y, en concreto, Chanel?

Me dan ganas de decir, ‘¡Chanel, oh là là!’. Hay tanto detrás ese nombre. Me encanta la moda francesa, ver los modelos, los diseñadores, las fábricas, el trabajo a mano que hay detrás. En solo un vestido puede haber tanto trabajo. Me hace sentir bien la moda. Y hay algo ahí, no una venganza, pero yo vengo de una familia muy normal, no teníamos mucho dinero, y mis ojos de niña pequeña que está mirando todo tan de lejos ahora no se lo puede creer cuando estoy ahí, en un desfile. Esa niña de cinco años es la que está ahí en el front row, con un brillo en los ojos. Sí, me hace ilusión ir a los desfiles.

¿Cómo te sueles maquillar, qué te gusta destacar? ¿Tienes algún truco?

Los ojos es lo que más suelo acentuar. Hace poco descubrí que se podían poner pestañas postizas. Nunca las había probado y flipé. Me gusta ponerme las cortas, más naturales, es divertido para ocasiones especiales. Ese sería mi truco. Pero la verdad es que no es mi estilo llevar mucho maquillaje, digo en mi vida diaria. Ahora me ves perfectamente maquillada porque lo ha hecho una profesional, pero yo no sabría hacérmelo (risas).

Como actriz viajas mucho, ¿qué llevas sí o sí en tu neceser?

Aceite para el pelo porque no me gusta mucho tenerlo en la cara y con el aceite lo suavizo y lo controlo. También alguna crema hidratante porque mi piel se reseca mucho por el sol y por supuesto la protección solar. Ah, y algo para los labios, un bálsamo o crema específica para ellos.

¿Cuáles son tus rutinas de belleza habituales?

Depende del día. Si me quedo en casa no hago mucho. Aprovecho para ponerme las mascarillas que nos ponemos y aceite en el pelo. No se puede ver, no se puede salir, pero queda muy bien y así te cuidas. Además, tengo la piel muy blanquita y cuando estoy en España es como que el sol y yo no somos muy amigos, así que me pongo pamelas y mucha crema de protección solar. Y aunque tu piel soporte bien el sol, también deberíais de protegerla. Sí, estoy hablando como mi abuela pero este es mi mensaje: ¡hay que proteger la piel del sol! (risas).

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