De visita con Gisele en Berlín

Woman descubrió la ciudad alemana junto a ella. Era su primera vez: este torbellino de simpatía, naturalidad y energía nos dejó agotadas...

De visita con Gisele en Berlín
De visita con Gisele en Berlín

A pesar de que sus tatarabuelos emigraron desde Alemania aBrasil, de que sus padres aún conservan sus apellidos germanos (Valdir Bündchen, profesor de universidad y Vânia Nonnenmacher, cajera de banco) y de que en el colegio estudiara un par de años alemán, no habla ni media palabra (le cuesta hasta pronunciar su apellido correctamente). «Es una pena, pero lo he olvidado todo. Pertenezco a la sexta generación desde que mi familia emigró al sur de Brasil y lo único que conservo es mi pasión por el ‘kartoffelpuffer’, una especie de delicioso panqueque de patatas fritas que hace mi abuela.» Nunca había estado en Berlín, así que, a pesar de su apretada agenda de trabajo –presentaba la nueva colección de su marca de sandalias, Ipanema (www.ipanemagiselebundchen.com.br)–, no dudó en darse una vuelta por esta ciudad tan llena de contrastes. Todo un libre! Así le va de bien a su cuenta corriente: es, por segundo año consecutivo, la modelo mejor pagada del mundo, con unos ingresos de más de 500 millones de euros; gracias a los contratos firmados con Versace y DolceGabbana (además de Pantène, Colcci, Cavalli, Ebel, Vogue y Apple): «Mi mayor fortuna es poder dedicarme a un trabajo que disfruto al 100%; el dinero es una consecuencia, nunca un objetivo. Te da la posibilidad de elegir y, sobre todo, de ayudar a los demás.» Si de algo puede presumir Gisele, además de riqueza, es de solidaridad: lleva tres años al frente del proyecto Y Ikatu Xingú, que apoya la preservación del nacimiento del río Xingú en Brasil: «El 12% del agua potable en el mundo procede de mi país, y está tan contaminada... Estamos acabando con los recursos naturales; cogemos y cogemos sin pensar en las consecuencias y, a este ritmo, no nos quedará nada. Quiero que mis hijos vivan en un mundo maravilloso, no en uno envenenado.» Sin renunciar a sus caprichos La modelo se confiesa, a sus 27 años, una auténtica soñadora: «Me gustaría que la sociedad fuera más espiritual y que nos tratáramos con más amor. Mis padres me educaron, junto a mis cinco hermanas, en la igualdad y en el respeto; por eso no me siento nada especial, con ser yo misma ya me doy por satisfecha», explica la brasileña. Gisele asegura que, como cualquier mujer, tiene inseguridades que trata de disimular: «¿La parte de mi cuerpo de la que estoy más orgullosa? De mi corazón. Con él tomo las decisiones importantes. La cabeza me suele jugar malas pasadas.» Mientras devora un pantagruélico desayuno (tortilla con pimientos, tostadas con mermelada, fruta, yogur, zumo...) planifica el día con su hermana Patricia, su agente. No se priva de nada: «Mi cuerpo es mi negocio y trato de seguir hábitos saludables como hacer ejercicio, dormir mucho y beber litros de agua. No renuncio a pequeños placeres como las patatas fritas, los helados o el chocolate... Eso sí, casi no salgo por la noche.»

6 sorpresas...

Un descubrimiento: La música de Jack Johnson.

Una propuesta: Si la llamara Almodóvar, volvería al cine (ha participado en ‘El diablo se viste de Prada’, ‘Taxi’ y ‘AustinPowers 4’).

Una foto: En abril, una foto suya de Irving Penn fue subastada en Christie’s y adquirida por 140.000 €.

Un mote: La llamaban Olivia, como la novia de Popeye, y Esqueleto. Mide 1,80 m y pesa 59 kg.

Una renuncia: El tabaco; lo dejó hace 3 años.

Un homenaje: El joven cantautor brasileño Gabriel Guerra le escribió una canción: ‘Tributo a Gisele’. Puedes ver el vídeo en la web www.myspace.com

Palabra de Gisele

Una tentación... El chocolate, las palomitas, el buen vino... La vida está hecha para disfrutarla.

Una locura: Los zapatos y los bolsos. Los cuido mucho y conservo algunos desde hace ¡10 años!

Un secreto: El boxing; te mantiene en forma, ¡comas lo que comas!

Una regla: Soy siempre puntual en el trabajo. Hay que ser profesional.

Un rasgo: La espiritualidad. Devoro todos los libros de meditación.

Unas pistas...

1. El Hotel Adlon es histórico. Allí nos alojamos con Gisele (Unter den Linden, 77. www.hotel-adlon.de).

2. Come en Borchardt (Französische, 47) y cena en Margaux (Unter d Linden, 78).

3. ¿Tiendas ‘trendys’? Busca dentro del edificio Hackesche Höfe (Sophien, 7): las joyas vintage de Glanzstücke y los accesorios de Serendipity.

4. Si te apasionan los muebles de los 60 reciclados, busca en las tiendas del Prenzlauer Berg; para ediciones nuevas, Schoenhauser D. (Weinmeister, 12).

Cómo llegar

Desde Madrid o Barcelona, Iberia vuela al aeropuerto de Berlín-Tegel por 150 € i/v (www. iberia.es). EasyJet viaja hasta el de Schönefeld, a las afueras, por 60 € (www.easyjet.com).

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