Belén Rueda y Juana Acosta, perfectas conocidas

Belén Rueda y Juana Acosta se conocieron grabando la nueva película de Álex de la Iglesia, una inteligente comedia que habla de secretos guardados en móviles y de infidelidades. Ellas, afirman ambas, no tienen nada que esconder. ¿Lo averiguamos?

Belén Rueda y Juana Acosta para Woman
Belén Rueda y Juana Acosta para Woman / Mario Gómez

Si alguien te propusiera, en un cena entre amigos, jugar a dejar el teléfono móvil en el centro de la mesa y que todos pudieran acceder a los mensajes y llamadas recibidos durante la velada... ¿aceptarías? ¿No tendrías nada que ocultar? Esta es la intrigante premisa de la que parte la nueva comedia de Álex de la Iglesia, “Perfectos desconocidos”. Sí, a poco que conozcas la trayectoria del director, ya sabrás que se lía parda... Pero esta vez, el reto se lo impuso también él: acostumbrado a los grandes escenarios y a las persecuciones vibrantes, esta historia transcurre en el salón de una casa. ¿El resultado? Una historia divertida hasta la carcajada, con un ritmo trepidante, que te hace llorar, sentir vergüenza, enfado y cambiar de bando unas cuantas veces... Los actores se han sentido tan cómplices como nosotros.

¿Os atrajo el guión o la posibilidad de trabajar con Álex de la Iglesia por primera vez?

Belén Rueda: A mí me llegó el guion de Jorge Guerricaechevarría y lo devoré. Me pareció una idea actual, divertida y muy bien escrita. Trata un montón de temas, en tono de comedia, pero los lleva tan al extremo que no sabes si reirte o llorar. Eso, unido a la forma tan gamberra e hiperactiva que tiene de dirigir Álex, me convenció. Él siempre supera tus expectativas.

Belén Rueda para Woman
Belén Rueda para Woman / Mario Gómez

Juana Acosta: A mí me hizo mucha ilusión que Álex me llamara, pero cuando supe que era para hacer de pareja de Ernesto (Alterio, su chico), la cosa cambió. Ha sido difícil, lo reconozco, pero a la vez ha supuesto para ambos un reto importante. Habíamos actuado juntos hace 12 años en “Los dos lados de la cama”, pero el director tuvo que eliminar la escena porque se nos veía tan enamorados, que no se entendía el final de la historia. Y nunca habíamos querido repetir, sobre todo para mantener al margen del trabajo nuestra pareja. Igual que a nuestra hija. Pero no pudimos resistirnos a su llamada...

Fue un rodaje duro, incluso claustrofóbico, ¿no?

Belén: Podría parecer sencillo, porque al final se trata de siete personas dentro de una casa hablando, pero fue duro. No pasamos frío, no había escenas de acción... pero él quería tener la reacción de todos y cada uno de nosotros a lo que exponía cada personaje en cada momento. Lo que supuso rodar la misma escena, desde el principio, unas 140 veces... Pero así ha logrado un ritmo vertiginoso, en el que es igual de importante la reacción de un personaje a lo que otro dice que lo que se está contando.... Tan decisivo es el que habla como los que escuchan.

Juana: Para mí, lo complicado fue dar vida a esa pareja rota, llena de rencor, sin un ápice de amor que se plantea en la película. Fueron siete semanas encerrados en aquella casa, los siete actores, de la mañana a la noche, viviendo esa situación tan dura... que te llevabas a casa, sin quererlo. Bueno, tampoco es que Ernesto me maltratara después del rodaje o que yo me convirtiera en una alcohólica en casa, pero sí que te llevas algo de mal rollo. Porque tanto él como yo somos muy intensos y apasionados con el trabajo. Hubo momentos difíciles.

¿Álex ha sacado de vosotras algo que desconocíais?

Belén: Estoy segura de que sí, de cada uno de nosotros. Álex se entusiasma con los imprevistos del rodaje. Hay actores que tienen más facilidad para improvisar, como Eduard Fernández, Ernesto Alterio o Pepón Nieto y gracias a la complicidad que consiguió entre nosotros, nos daba pie a que hiciéramos payasadas. Quería naturalidad, que nos relajáramos, que no pensáramos en cómo iba a quedar en pantalla, que viviéramos el momento. Me ha permitido dejarme ir, exagerar. Ha sacado el personaje que todos llevamos dentro.

Juana: Álex sacó de mí mucha crueldad. Él buscaba que, con la confianza que teníamos Ernesto y yo después de tantos años juntos, nos hiciéramos daño. Y creo que lo consiguió. Para nosotros fue como superar una crisis de pareja.

Belén Rueda y Juana Acosta en la película 'Perfectos desconocidos'

Juana Acosta y Belén Rueda junto a sus compañeros en 'Perfectos desconocidos'.

/ ImDb

¿Sois muy diferentes de vuestro personaje?

Belén: Eeeh... sí. Hay momentos en el que hablo de los hijos y ahí sí que me siento más identificada, pero mi personaje es el más manipulador de todos. Y yo no soy así.

Juana: Bueno, yo no soy alcohólica. Aunque quizá si alguien me maltratara así, llegando incluso a las manos, no sé... Menos mal que me sentí muy a gusto en el rodaje: hicimos mucha piña entre las actrices, que fue importante entre tanto hombre y tanto ego (risas).

¿Osaríais dejar vuestro móvil en manos ajenas?

Belén: Antes, lo que pensabas, lo guardabas en móvil, al alcance de cualquiera. Y eso es peligroso. Si me lo dejo en casa, vuelvo a por él.

Juana: Yo, en este momento de mi vida, sí; pero tal vez, en otros, no (risas).

El reparto de la película 'Perfectos desconocidos'

El reparto de la película 'Perfectos desconocidos'.

/ Filmaffinity

¿Cómo os lleváis con las RRSS?

Belén: Pues antes de empezar a rodar esta película no tenía ni Instagram. Y Juana Acosta, Pepón y Dafne me convencieron para abrirlo. Y me dieron unas lecciones. Lo utilizo de forma tan natural, que mis hijas me tienen que estar recordando que suba alguna foto si voy a un evento. De las demás RRSS ni hablamos...

¿Sois buenas anfitrionas?

Belén: Sí y me pongo de los nervios para que todo esté perfecto. Ahora, cocinar... decir eso en estos tiempos de “Masterchef” tiene un suplemento. Es decir, que lo tienes que hacer fenomenal. Por eso, prefiero que cocinen otros. Y eso que tengo una cocina enorme, pero suelo hacer de pinche para mis hijas.

¿Cómo os cuidáis para estar tan estupendas? ¿No os cansáis de escucharlo?

Belén: Hay cosas de las que no se cansa una nunca porque no sabes hasta qué punto son verdad... Sinceramente, creo que el hecho de estar bien viene de dentro. Si te sientes tranquila y feliz, externamente se nota. También es cierto que me encanta hacer deporte al aire libre... Además, ahora comer bien está al alcance de todos. Mi madre, que era profesora de ballet, siempre nos ha enseñado a comer sano. En casa somos muy de tés (matcha), de pescado crudo, de ensaladas...

Juana: Yo me cuido por mí, para sentirme bien, sana, vital, no para que me sigan dando papeles.

¿Como es vuestro ritual de belleza?

Belén: Soy súper ordenada, da igual a la hora que llegue a casa. Tengo mi ritual: me desmaquillo o me limpio la cara aunque no me haya maquillado, porque yo, si no trabajo, no me pinto. Me doy mi tónico, mis cremitas... Mis hijas me llaman “doña Cremas”, porque creo que un cuidado continuado es mejor que algo más drástico cuando llegas a cierta edad. Y eso lo he comprobado con mi madre, que tiene una piel estupenda y mis hijas siguen la costumbre, pero dejando el baño hecho un horror (risas).

Juana: Tengo una rutina diaria de ejercicios. Llevo entrenando unos diez años: hago media hora de cardio, incluso cuando ruedo, porque me ayuda a despejar la cabeza y me deshincha. Y luego hago 40 minutos de ejercicios con mi propio peso, pasando por todo el cuerpo. Tengo una hernia y debo fortalecer.

Juana Acosta para Woman
Juana Acosta para Woman / Mario Gómez

¿Y en cuanto a tratamientos?

Belén: Voy a The Beauty Concept cuando tengo la piel muy fatigada tras haber hecho un rodaje con mucho calor o frío... Me ha dado la vida por los productos y las maquinitas que utilizan. La cirugía plástica en la cara, para las actrices, es peligrosísima. No estoy en contra, porque todo bien utilizado puede ayudar mucho, sobre todo para acabar con los complejos.

Juana: Cada dos meses me hago un tratamiento de hidratación en Felicidad Carrera. Y me cuido el pelo en Moncho Moreno una vez al mes. Cuando tengo que cambiar de tonalidad, voy a Eduardo Sánchez, un colombiano que hace el color genial.

Vosotras no habéis sentido la crisis de las actrices maduras... ¡no paráis de trabajar!

Belén: Me levanto cada día con los dedos cruzados. Pero nunca sobra trabajo. Sí que hay oleadas y a veces tienes que rechazar cosas porque se solapan. También factores como el IVA reactivan el sector; estaba claro que el 21 % era una barbaridad y que hace tiempo que el cine vive de la inversión privada, no de las subvenciones y si fiscalmente les compensa, se harán más proyectos... Ahora me voy a rodar a Barcelona con David Victoria “El pacto”. También tengo por estrenar “El cuaderno de Sara”, que rodé en Uganda. Fue una experiencia muy especial. Y “No dormirás”, que rodé en Argentina. También puedes verme en el corto “El atasco”, que está dando muchas alegrías por los festivales de cine.

Juana: Acabo de cumplir 41 años y los personajes más interesantes, más rotundos, más profundos me están llegando ahora. Hablamos dentro de cinco añitos y te cuento... (risas). Justo he terminado de rodar mi primera película estadounidense en inglés (“Imprisoned”, de Paul Kampf), con Laurence Fishburne. Es un hombre impresionante, generoso, con una verdad aplastante... me encantó. Me ha tocado un personajazo. También tengo un contrato con la cadena ABC. Estoy súper agradecida y muy contenta de tener trabajito bonito y bueno. Ahora estoy rodando dos films al tiempo: “Ola de crímenes”, de Gracia Querejeta, en Bilbao y “Jefe”, de Sergio Barrejón y con Luis Callejo de protagonista.

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