George y Amal Clooney demuestran lo encantadores que son

Desde que se casaron en 2014, George y Amal Clooney se han convertido en una de las parejas más mediáticas gracias a su elegancia natural y su carisma compartido que les hace ganar admiradores allá donde van. El último ejemplo de su poder de atracción quedó patente durante una salida reciente para acudir al teatro The Mill at Sonning, cerca de su casa en Oxfordshire.

Tal y como reveló este martes una de las actrices de la producción de 'My Fair Lady' de la que disfrutaron el actor y la abogada, los dos quisieron tener un bonito gesto con todo el reparto en agradecimiento por haberles hecho pasar una velada muy entretenida.

"Amal y yo queríamos daros las gracias por una noche fantástica de teatro. Nos encantó cada minuto. Estuvisteis todos magníficos", dice la nota escrita a mano que acompañaba el ramo y en la que no faltaba un toque del delicioso sentido del humor del intérprete. "A mi familia política (la mitad de Beirut) también le encantó. Muchas gracias y espero que tengáis un tiempo en cartelera maravilloso. Con cariño, George y Amal".

"Esto es mejor que el polvo de hadas. Una carta y flores de George y Amal Clooney. ¡Gracias!", escribía emocionada la intérprete Bethan Nash en su cuenta de Instagram tras llegar al camerino y encontrarse con el inesperado obsequio.

Esta no ha sido la primera vez en que el matrimonio demuestra una educación y una cortesía exquisita. Hace tan solo unas semanas, durante el que sin duda sería uno de los primeros vuelos de sus retoños, el actor y su esposa se encargaron de proporcionar un 'kit de supervivencia' al resto de pasajeros que viajaban en primera clase que incluía unos auriculares, en caso de que los bebés decidieran empezar a llorar.

"Nuestros niños acaban de descubrir cómo llorar. Esperamos que esto ayude a hacer que vuestra travesía sea algo más tranquila", se excusaban en el mensaje incluido en los kits.

Según Page Six, Quentin Tarantino iba en ese mismo vuelo y aunque se puso los auriculares, ¡los bebés ni siquiera lloraron!

¿Son o no para comérselos?