Cristina Pedroche responde a Lucía Etxebarria: "No me intentéis hacer sentir mala madre"

Cristina Pedroche responde de nuevo: "No me intentéis hacer sentir mala madre"
Cristina Pedroche responde de nuevo: "No me intentéis hacer sentir mala madre" / GTRES

La exposición pública en redes sociales se está convirtiendo en una montaña de críticas y odio a la que es muy complicado ponerle freno. Mientras nosotras nos preguntamos el porqué de tanto malestar, Cristina Pedroche ha respondido de nuevo ante las acusaciones que desde hace ya 48 horas se ha tenido que enfrentar. "Es agotador tener que explicar cada cosa que hago y tener que recibir todo este odio siempre. Y la culpa es mía por compartir nada pero no pensaba que se iba a liar todo esto", publicó en su comunicado, con una larga explicación en la que concluía que es sólo "su propia experiencia", rezaba su comunicado.

Pero empecemos por el principio. Todo comenzó cuando la joven publicó en sus redes sociales unas imágenes en las que se mostraba muy recuperada del parto de su primera hija, hace tan sólo tres semanas. Al vídeo y las fotografías le acompañaba una reflexión en la que confesaba que el resultado era fruto de su esfuerzo durante todo el embarazo y el posparto.

Entre el alubión de comentarios en su contra destaca también el de la escritora Lucía Etxebarría, a quien Pedroche ha querido contestar personalmente a través de Twitter. Etxebarría le dedicó unas durísimas palabras: "Esta es la pediatra Julie Bhosdale, diez semanas después del parto. Este es el cuerpo natural de una mujer diez semanas después el parto. A las dos semanas después del parto lo natural es tener estrías y distensión abdominal. Ella factura entre uno y dos millones de euros al año. Sólo ella, creo que su marido factura más o menos lo mismo. Damos por hecho que Cristina cuenta con servicio en casa y una enfermera Salus por la noche, para ayudarle a cuidar al bebé. Si tú apenas duermes por las noches porque tienes que levantarte a dar de mamar al bebé, si te pasas el día poniendo lavadoras (porque a los bebés hay que cambiarles varias veces al día), si apenas sacas ni tiempo para barrer la casa y pasar el polvo con un poco de suerte, si tienes la pila del fregadero a rebosar de vasos sucios, si estás tan cansada como suelen estarlo la mayoría de las mujeres en el posparto, si no cuentas con un entrenador personal como el que se puede pagar Pedroche y si tu concepto de meditación es que en cuanto te sientas en un sofá se te cierran los ojos y te quedas dormida... Tú tendrás un cuerpo como el de Julie Bhosale, no como el de Cristina Pedroche. Y tu cuerpo también es un cuerpo precioso porque ha gestado vida. No es que te falte fuerza de voluntad. De hecho, tienes una fuerza de voluntad que mueve montañas. Es que no eres rica. Cristina puede hacer deporte porque tiene un entrenador personal. Puede comer comida sana porque alguien cocina para ella. Puede hacer meditación porque el personal de servicio y la enfermera le ayudan, y eso le permite disponer de tiempo para ella misma. Tú no podrás hacerlo. Pero tu cuerpo será siendo precioso y tu bebé te amará igual. A tu bebé no le importa lo más mínimo cómo sea tu tripa. Ah, no olvidemos que, si eres trabajadora autónoma, tres días después de parir ya estarás apagando fuegos en casa desde el ordenador. Como para ponerte a hacer meditación, no te j***".

Pedroche no ha tardado en responder a estas duras acusaciones mientras nosotras seguimos reflexionando sobre la necesidad de este tipo de críticas tan sumamente duras. Harta de tener que enfrentarse a este tipo de situaciones, la periodista ha respondido de manera irónica: "Hola Lucía, perdona las horas [pasadas las tres de la madrugada], pero justo la niña se ha quedado dormida ahora. No tengo ningún tipo de ayuda en casa para ella, vivo solo con mi marido, y mi madre algunas mañanas viene a ver a la niña, y sí, algún pañal le cambia (perdón por esto). No tengo entrenador personal porque estudié yo misma, pero claro que recurro a profesionales cuando no tengo la capacidad o el conocimiento. (Perdón también por esto)". Y concluye con la siguiente reflexión: "El cuerpo de la mujer que muestras es real, de un posparto real. ¿Entiendo que yo me tengo que sentir mal porque el mío no es así? Todos los cuerpos son reales y válidos y todas las mujeres iguales de buenas madres. No me intentéis hacer sentir mala madre a mí, por favor".

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