Así puedes entrenar tu cara para frenar el paso del tiempo

Disciplinas como el yoga, el pilates o el fitness también pueden aplicarse para poner en forma tu rostro. ¿Cómo? Ejercitando algunos músculos y destensando otros. Si quieres comprobarlo, coge un espejo, un una pizca de constancia y ¡empieza el entrenamiento! 

Chica haciendo fitness facial
Chica haciendo fitness facial

Si alguna vez te has apuntado a clases de Pilates estarás familiarizada con términos como core (refiriéndose a la faja abdominal); isómetricos (ejercicios en los que se opone resistencia a un músculo para trabajarlo); control… Son palabras que Carme Farré pronuncia también al hablar de su método FaceToned, uno de los últimos entrenamientos faciales que hemos conocido. “Consiste en una rutina dinámica de tablas de gimnasia que se centra en tonificar y fortalecer la musculatura facial basándose en el Pilates”, explica Farré. Al igual que la técnica corporal, sigue cuatro principios: precisión, aislamiento de los músculos, concentración y control muscular.

Aunque con una técnica propia, FaceToned persigue como el yoga o el fitness facial poner en forma los casi 60 músculos que se encuentran en nuestro rostro y cuello. “Es cierto que existe mayor interés en estos métodos y eso es bueno porque parece que nos habíamos olvidado de que debajo de la piel hay músculos”, afirma la experta. Nos centramos en buscar la mejor crema o el sérum más efectivo, pero nos olvidamos de que tanto la falta de tonificación muscular como, por el contrario, las tensiones tienen mucho que decir en la aparición de una arruga, la papada o la flacidez. Si quieres comprobarlo, basta con que te pongas frente al espejo y te rías con ganas, ¿cuántas líneas aparecen? O esa marca del entrecejo… Has pensado que podría tener que ver con que sueles fruncirlo para ver mejor la pantalla del ordenador. Si no te lo crees, haz la prueba que nos recomienda Farre: ponte un celo transparente en la frente y comprueba la cantidad de veces que se mueve. Por eso, cuanto más ejercitada esté la base de tu cara, mejor admitirá las consecuencias de todos esos gestos repetidos.

Carme Farré, que empezó a formarse en 2011 en fitness facial y abrió su propio estudio en Londres en 2013, subraya que aún existe cierta confusión sobre este tipo de disciplinas. No se trata de hacer masajes en la cara, “con esto se activa la circulación, pero no se entrena”. Los entrenamientos faciales -aunque cada uno con sus particularidades- van más allá: consisten en practicar series de ejercicios, a veces presionando con los dedos, otras simplemente gesticulando, para activar toda la musculatura. Desde el cuello y mandíbula hasta el contorno de los ojos o la frente. Además, puede ser interesante completar las sesiones con un rodillo de jade o un gua-sha, ya que favorecerán el drenaje linfático.

Pero ¿realmente funciona? Carme asegura que el tono y el volumen muscular se ven mejorados; la línea de la mandíbula más definida; algunas arrugas se suavizan; la papada disminuye… Eso sí, la constancia -como al hablar de ejercicio físico o alimentación- es básica para “ver resultados, sentirte mejor y conseguir un buen hábito”. Aunque lo ideal es dedicar unos 10-15 minutos al día, cinco veces a la semana, todo depende de la edad y de los objetivos. “Lo más importante es empezar, aunque sea con un día a la semana”, nos anima. Si quieres comprobarlo por ti misma, a continuación, encontrarás diversas opciones para entrenar la cara.

1. Inspiración Pilates: El método FaceToned, creado por Carme Farre, está inspirado en la precisión y el control y disociación muscular del Pilates. En las sesiones se emplea una amplia variedad de técnicas isométricas, isotónicas y de estiramiento para ejercitar los músculos faciales centrales, los ligamentos de retención y los secundarios. En su app encontrarás más de 20 programas de entrenamiento (para efecto Glow, efecto lifting...), pero también se pueden personalizar. Además, cuenta con vídeos de refuerzo, clases en directo, sesiones a medida... Encontrarás opciones desde 11 euros/mes, aunque para empezar disponen de clases de prueba gratuitas.

2. El gimnasio boutique...facial: En las salas de entrenamiento de FaceGym -con locales en Londres, Manchester, Nueva York y Los Ángeles- en lugar de bicis estáticas, cintas o elípticas, sus socios encuentran cómodos sillones frente a grandes espejos. Es lo único que se necesita para poner el forma en rostro en estos peculiares gimasios faciales. Como es probable que ninguno de sus estudios te pille a mano, puedes acceder a clases virtuales desde su web. Tienes sesiones en streaming de 30 minutos (el pase mensual son 50 euros y las individuales, 15 euros); o también entrenamientos online en Zoom, más personalizados, desde 50 euros. Eso sí, todo en inglés.

3. Para las yoguis: La japonesa Maiko llegó a España a finales de los años 90 desde Yokohama y consigo se trajo avanzadas técnicas de masaje facial. Además de ponerlas en práctica en su salón, imparte cursos de yoga facial, online que buscan estimular de manera efectiva los músculos del rostro. Inspirándose en esta disciplina, su curso se realiza en cinco semanas (145 euros), cada una dedicada a una parte de la cara (pómulos; línea de marioneta; cuello y papada; frente y contorno de ojos. También se inspira en el yoga Ara Rosón, creadora de Natural Lift. Sus talleres presenciales duran dos hora (75 euros), están formados por grupos muy reducidos y en ellos se aprende una tabla de ejercicios con efecto lifting.

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