El cuerpo es el nuevo rostro o por qué el cuidado corporal es la tendencia del año

Aromas, texturas e ingredientes están transformando el tratamiento corporal en algo más que una lucha a muerte contra la celulitis. El cuidado del cuerpo vive días de gloria y la tendencia lo confirma como fuente de bienestar.

¿Por qué el cuidado del cuerpo es tendencia?

El cuidado del cuerpo vive días de gloria y la tendencia lo confirma como fuente de bienestar gracias a la combinación de aromas, texturas e ingredientes

 

/ GTRES

El Instituto Global del Wellness ha incluido el cuidado del cuerpo como una de las tendencias de su último informe anual de bienestar. La corriente venía ya barruntándose desde la pandemia y finalmente el cuerpo ha salido de su ostracismo habitual para hacerse valer durante todo el año. Es más, está pasando de ser un foco de preocupación, bajo la amenaza estacional de la operación biquini, a ser el centro de las prácticas de autocuidado. Nos hemos dado cuenta, por fin, de que es tan importante lo que ponemos en la cara como lo que ponemos en el resto del cuerpo, y por ello, también, cada vez más marcas de reputado bagaje en el tratamiento facial ­­­se adentran en aguas más profundas del tratamiento corporal.

“Los informes de tendencias nos indican que los productos de cuerpo que ganan a las consumidoras son aquellos que, tal como lo hacen los productos de cuidado facial, saben unir experiencia y ‘performance’, ciencia y naturaleza, efectividad y sostenibilidad”, confirma Ambra Orini, cofundadora de la agencia The Beauty Makers.

El boom del cuidado del cuerpo

“Nos hemos dado cuenta de la importancia del sentirnos bien y el privilegio de tener un cuerpo sano, fuerte y vital. Este cambio está influenciado por la visión del bienestar y belleza como algo integrativo, donde no existe el uno sin el otro” refiere Raquel Mocholi, fundadora de The Rei Studios en Europa y consultora estratégica en el sector de la clean beauty, lifestyle y wellness en USA. Según esta experta, cuando una persona se cuida con prácticas y rituales realistas como parte del estilo de vida, esos hábitos van proporcionando nuevas sensaciones, y al sentirnos mejor, buscamos más de eso. “Es importante escuchar y conocer nuestro cuerpo, saber lo que necesita a nivel físico y emocional, y dárselo, practicando el autocuidado”. Eso, sentencia Mocholi, es bienestar.

Y es que si algo positivo nos aportó la pandemia, apunta Miriam Quevedo, es la conciencia de necesitar momentos de relax, de 'self-care' y 'self-love'. “En efecto, estamos aprendiendo a querernos más y a sentirnos a gusto con nuestro cuerpo; y en esa búsqueda del bienestar el cuidado corporal se ha convertido en una de las mejores fórmulas para conseguirlo”, corrobora Yolanda Franco, directora de formación Maria Galland Paris España y Portugal. Y así lo constatan los datos de mercado, los estudios de tendencias y el creciente lanzamiento de productos corporales que nada tienen que envidiar a los sofisticados tratamientos faciales.

Según Cristina Coma, directora a Amarama y fundadora de la firma cosmética de su mismo nombre, el cuidado esencial del cuerpo debería empezar por la buena salud de la piel. “Una buena crema hidratante es clave para obtener una buena flexibilidad cutánea y una correcta hidratación. Sólo con este paso ya obtendremos una piel bonita, luminosa e hidratada”. Un gesto básico en ocasiones subestimado. Y sin embargo, explica Yolanda Franco, “a veces nos olvidamos que lo fundamental para tratar problemas como la celulitis, piel de naranja o la falta de firmeza es tener una piel bien cuidada. Por ejemplo, cuando la piel está perfectamente exfoliada, sin células muertas, hidratada y/o nutrida es cuando conseguimos mejores resultados y los podemos mantener a largo plazo con menor esfuerzo”.

De la operación biquini al 'slow aging' corporal

Hasta ahora, comenta Ambra Orini, , la cultura occidental del cuidado corporal siempre tuvo dos enfoques principales: “el cuidado cómo trámite, es decir, como práctica de higiene personal, y el cuidado como mejora de imperfecciones, es decir como tratamiento estético correctivo”. Pero las cosas están cambiando, y, como puntualiza Orini, desde la difusión de la tendencia de la belleza holística y la popularización de las rutinas y filosofías orientales de belleza, en occidente hay una nueva oportunidad de enfocar los cuidados de belleza de una manera más amplia, incluido el cuidado corporal, conectándolo al bienestar general de la persona. Para su socia en The Beauty Makers, Nora Hamelin, “actualmente el concepto de bienestar puede redefinir la ‘belleza experiencial’ mientras el consumidor redirige su foco hacia el interior. Las marcas tienen una brillante oportunidad de elevar las experiencias en el ámbito de la belleza a través de la conexión cuerpo-mente”. Y asegura, “el olor y el tacto son los sentidos más directamente conectados con nuestra mente; esto, unido a la eficacia y funcionalidad de un producto, ayudan a crear una experiencia de cuidado y bienestar completa”. De esta forma, conceptos como la neurocosmética o el 'slow aging' están tomando posiciones en el discurso de las marcas en materia de cuidado corporal. Es el caso de Maria Galland, que acaba de desarrollar una línea de cuerpo basada en los principios de la neurocosmética, aunando activos, fragancias y texturas para restaurar la energía cutánea y tranformando el cuidado corporal en una experiencia que ayuda a recuperar el equilibrio emocional y a reducir el estrés de la piel.

Esa es la clave del auge del 'body care': abordar la belleza como una experiencia holística que aúna bienestar y eficacia, una premisa que tanto vale para formular un humilde jabón de manos como una crema antiaging para cuerpo, con ingredientes hasta ahora más propios del cuidado facial. Es el caso de la nueva línea corporal de Miriam Quevedo, que combina texturas y fragancias con potentes ingredientes antienvejecimiento, técnicas de masajes e incluso una piedra gua sha para conseguir una piel bella y sana. Y lo logra con una rutina en tres pasos -regenerar, revitalizar y rejuvenecer- a semejanza de un protocolo facial. Y al igual que este, para Quevedo un buen cuidado corporal incluye diferentes secuencias, desde exfoliar hasta sublimar y, sí, también masajear. “El masaje es un paso vital y eficaz para un cuidado no invasivo de la piel; activa la circulación y aporta más oxígeno al tejido… El resultado es una piel mucho más luminosa, saludable, y rejuvenecida. Pero no se queda ahí, porque, además, ayuda a aliviar el estrés y estimula la producción orgánica de endorfinas”.

En última instancia, este 'boom' que vive el cuidado del cuerpo forma parte de un cambio de mentalidad en la búsqueda de la belleza que trasciende a la apariencia física y se alinea los principios del estilo de vida 'slow', que gravita en torno al eje del bienestar. Porque, como subraya Raquel Mocholi, son las prácticas del día a día, las que dan forma a quienes somos y como nos vemos. “La flexibilidad, la vitalidad o energía, el tono físico y la condición de la piel así como el descanso, la agilidad mental o la satisfacción con una misma forman parte del 'slow aging'. No se trata de parecer que no pasan los años sino de sentirnos plenas en la piel que habitamos a cualquier edad”. Esa es, en definitiva, la razón por la que es importante cuidarse, de pies a cabeza, por dentro y por fuera.

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