Aceites vegetales: ¿cuál utilizar según tu tipo de piel?

Hidratantes, nutritivos, purificadores o incluso calmantes, los aceites vegetales tienen muchas virtudes. Descubre cuáles son los más adecuados para las necesidades de tu piel.

Por fin alguien te cuenta cómo se aplican, de verdad, los aceites faciales
Por fin alguien te cuenta cómo se aplican, de verdad, los aceites faciales / Filippo Fortis

Los aceites faciales son perfectos para hidratar, nutrir, calmar o purificar la piel. Su textura oleosa forma una barrera protectora en la superficie de la piel que la protege de la deshidratación. Algunos incluso son también los aliados perfectos para un desmaquillado eficaz y muy suave.

Para consolidar y reparar la película protectora natural de la superficie de la piel, no hay nada como los aceites vegetales. Son ricos en varios omegas, ayudan a reforzar la elasticidad y la flexibilidad de la piel, pero algunos ingredientes son más adecuados que otros para determinados tipos de piel o problemas cutáneos (piel grasa, rojeces, pérdida de elasticidad, envejecimiento, etc.). Argán, nigella, aguacate, rosa mosqueta o almendra, descubre qué aceite vegetal es el adecuado para tu tipo de piel.

Pieles grasas

Aceite de jojoba: ayuda a regular la producción de sebo y su textura penetra rápidamente en la epidermis. También ayuda a suavizar la piel y a reducir el envejecimiento cutáneo.

Aceite de avellana: equilibra, suaviza y repara la piel. También es un aceite no comedogénico, adecuado para las pieles con tendencia al acné. Penetra rápidamente y no deja sensación de grasa.

Aceite de palma de dátiles del desierto: nutre, hidrata y suaviza la piel dejando una sensación no grasa. Ideal para cuidar las pieles mixtas y grasas (por la mañana o por la noche).

Piel seca

Aceite de almendras dulces: calma, suaviza y nutre la piel dejando un tacto aterciopelado muy agradable.

Aceite de aguacate: sus propiedades nutritivas, protectoras y reestructurantes aliviarán la piel de los picores e irritaciones debidos a la sequedad.

Aceite de argán: ayuda a mantener la hidratación de la piel, a la vez que lucha contra el proceso de envejecimiento de la piel gracias a su fórmula rica en antioxidantes.

Pieles con acné

Aceite de semillas de uva: la fórmula exfoliante de las semillas de uva es perfecta para regular el sebo y, por tanto, reducir los puntos negros y otras imperfecciones relacionadas con la sobreproducción de sebo.

Aceite de comino negro: purifica y previene la aparición de manchas. Calma y repara la piel irritada.

Aceite de avellana: repara, equilibra y suaviza la piel. Su textura no comedogénica es ideal para las pieles con imperfecciones y deja una sensación no grasa en el rostro.

Pieles maduras

Aceite de rosa mosqueta: con su alta concentración de vitamina A, la rosa mosqueta actúa sobre el retinol responsable de la producción de colágeno. La piel es más flexible y recupera su firmeza.

Aceite de onagra: la onagra es un activo reestructurante ideal para el cuidado antienvejecimiento. Ayuda a recuperar la flexibilidad de la piel y la revitaliza y suaviza.

Aceite de cáñamo: su fórmula rica en omega 6 y 3 lo convierte en un aliado perfecto para recuperar la suavidad de la piel y mejorar su elasticidad, al tiempo que combate la deshidratación.

Pieles sensibles

Aceite de camelina: utilizado en muchos productos de cuidado de la piel calmantes y revitalizantes, este aceite vegetal calma y cuida la piel sensible.

Aceite de ricino: ideal para pieles secas, muy secas y atópicas (irritadas e intolerantes a muchos productos). Gracias a este aceite, la piel se alivia, se calma y se vuelve flexible y confortable.

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