Perfumes sostenibles para cuidar el planeta

España es el 2º segundo exportador mundial de perfumes y, además, gastamos 1.470 millones de euros al año en fragancias. Nos encanta regalarlas, sobre todo en Navidad. Elegir una respetuosa con el medioambiente puede marcar una gran diferencia en la protección de nuestro planeta.

Cultivos en Grasse para Dior.
Cultivos en Grasse para Dior. / D.R.

Las fragancias son una tentación en la cual a menudo caemos con alegría, algo que se percibe mucho en época navideña. No en vano, según el Informe de Consumo de Navidad de Deloitte, los perfumes y la cosmética están en el Top 3 de los regalos más deseados y, según el Observatorio Cetelem, más de la mitad de los españoles compró algún perfume la pasada Navidad. Los diseñadores de moda y las ‘celebrities’ saben de nuestra debilidad por las fragancias. Por eso, en cuanto alcanzan la fama… crean la suya propia. En esta irresistible industria, los españoles podemos presumir de poderío. España es el quinto mercado europeo que más productos de perfumería y cosmética consume. Según datos de Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, en 2019 gastamos la friolera de 1.470 millones de euros en perfumes y fragancias, con 170€ de media al año por consumidor. Pero no solo gastamos, sino que también ocupamos los primeros puestos en el mundo como productores. Nuestro país es el segundo exportador mundial de perfumes, solo por detrás de Francia y por delante de Alemania y Estados Unidos. Esta industria española es tan boyante que se sitúa por encima de la del vino, el calzado y el aceite de oliva.

En un sector que mueve tanto dinero y empleo -39.000 de forma directa y 250.000 indirectos-, el espíritu sostenible no solo es bienvenido sino que es muy necesario. El compromiso creciente de las firmas con la sostenibilidad es una gran noticia. Aunque aun cuesta encontrar fragancias totalmente sostenibles, los pasos en ese sentido cada vez son más frecuentes, sin duda impulsados porque los compradores cada vez están más concienciados. Elegir un frasco rellenable, con envasado reciclado y/o con ingredientes de cultivos sostenibles supone aportar tu granito de arena como consumidora y, al mismo tiempo, seguir disfrutando de los ricos aromas que se ofrecen en el mercado. Pero, ¿en qué te debes fijar? ¿Cómo, al comprar una fragancia sostenible, puedes ayudar a salvar el planeta?

El pasado septiembre, Giorgio Armani presentaba su nuevo perfume My Way, con un innovador sistema de recarga que evita el desperdicio de la fragancia. Además, han conseguido reducir en el envase un 32% de cartón, un 55% de vidrio, un 64% de plástico y un 75% de metales. El lanzamiento va acompañado por un ambicioso proyecto de impacto social y medioambiental con apoyo a las comunidades locales y reducción de emisiones de CO2 y materiales. My Way apuesta por el comercio justo y por ingredientes naturales y sostenibles. Para el principal, la vainilla de Madagascar, apoya un programa en colaboración con la ONG local Fanamby en el distrito Vohémar, que promueve la inclusión social, anima a los productores a cultivar también arroz y café para impulsar el multicultivo y protege la biodiversidad en la región, con un programa de reforestación que prevé recuperar 150 hectáreas de bosques de manglar este año y que va a proporcionar beneficios al 30% de los pequeños agricultores de la zona. Además, como guinda My Way está formulada con alcohol a base de plantas, derivado de remolachas francesas también de cultivo sostenible. Armani lo ha hecho y lo ha hecho muy bien. Con esta fragancia se convierte en un modelo a seguir. Con este lanzamiento, refuerza el compromiso sostenible de su proyecto Acqua for Life, que inició hace 10 años para suministrar agua potable a algunas de las regiones más necesitadas del planeta. Con más más de nueve millones de euros invertidos, tienen ya 217.000 beneficiarios. Al presentarlo, el diseñador señaló la importancia de este paso hacia la sostenibilidad, pero además sugirió una cierta inevitabilidad. “Creo que los desafíos medioambientales deberían ser una gran preocupación para todo el mundo, ahora más que nunca. No podemos ignorar el hecho de que el futuro de las nuevas generaciones depende de nuestras elecciones”, aseguró Giorgio Armani, que se ha comprometido en reducir su huella de carbono en un 25% adicional para lograr la neutralidad de carbono para todos sus productos en 2025, algo que ya ha conseguido con My Way. No es un caso aislado, sino parte del compromiso del Grupo L’Oréal para 2030.

En esa misma estela se mueve otro lanzamiento del Grupo L’Oréal, el nuevo perfume de Lancôme, Idôle. La campaña de esta fragancia está protagonizada por la actriz, modelo y cantante millenial Zendaya, el rostro de Idôle, que conecta con consumidores jóvenes, a quienes además engancha al ofrecer la botella de diseño minimal -quizá el frasco de perfume más fino del mercado, como si fuera un smartphone ‘ultraslim’- recargable en todos sus formatos -en algunos centros de El Corte Inglés y otras perfumerías especializadas-. Además, cada frasco se puede grabar con un mensaje personalizado, otra forma de apostar por objetos que permanezcan, algo propio de la cultura ‘slow' que promueve un consumo más responsable. La campaña destaca el uso en la fragancia de la esencia de pétalo de Rosa de Isparta (Turquía), donde Lancôme apoya un proyecto de desarrollo para mejorar el impacto positivo de la cadena de suministro a escala social, económica y medioambiental, y también para empoderar a las mujeres que trabajan en ella. La firma está pendiente de conseguir la certificación de comercio justo, otro paso más en su apuesta por un futuro sostenible y ético.

La marca británica de belleza Lush es una de las pioneras en sostenibilidad en productos de perfumería y cosmética y en ello incluyen la compra ética de productos de fuentes fiables y sostenibles a las que se les pague un precio justo. Al final se trata de engrasar toda la rueda para que gire a gusto, y beneficio, de todos. Que el consumidor pueda acceder a su perfume favorito, pero sin que eso suponga que se desforeste una selva, por ejemplo. La solución a largo plazo para proteger los recursos naturales y a las personas que los cultivan y recolectan. “Sé que cada vez que selecciono un ingrediente para un perfume, eso tiene un gran impacto”, explica Emma Dick, perfumista de productos de Lush, “soy muy afortunada por haber viajado por todo el mundo para encontrar aceites esenciales y absolutos, como compradora de Lush. Así ahora sé de primera mano la diferencia que puedo marcar. Mientras estaba en las Comoras, pude ver las hermosas flores fragantes, pero también la severa deforestación en la zona. Comoras es el mayor exportador de Ylang Ylang, lo que supone una gran fuente de ingresos para la isla. Si íbamos a seguir comprándoles, era imperativo que trabajáramos con productores que tuvieran un impacto positivo en la isla”. Para destilar el Ylang Ylang se utiliza mucha madera para quemar y así destilar, pero existen métodos más sostenibles que ahorran entre un 50 % y un 70 % de madera. “Nuestro proveedor actual tiene destiladores sostenibles y trabaja con ONG's para mejorar la eficienciaenergética con estufas de leña de bajo consumo”, explica Dick, que también destaca que en Ghana han ayudado a transformar la tierra de monocultivo en permacultura. “Son dos ejemplos de cómo la industria del perfume de verdad tiene un impacto ambiental. Si selecciono un aceite o esencia para un perfume, quiero que sea de de esos proyectos”, afirma la perfumista. La marca va más allá y el 2% de la cantidad que invierte en materias primas y envases se dona al fondo SLush Fund para invertirlo en proyectos comunitarios y agrícolas sostenibles basados en la permacultura. Ya llevan invertidos 2,8 millones de euros en 44 proyectos en 21 países. La clave de uno de los perfumes estrella de la marca, Lord of Misrule, es el aceite de pachuli de Sumatra, una zona que sufre una grave amenaza medioambiental, de deforestación y de pérdida del habitat de especies como los orangutanes. Por eso Lush está promoviendo allí proyectos de permacultura y hace dos años inauguró el Centro de Permacultura Gayo Lues (GPC) para garantizar que el aceite que usan es sostenible. Con este proyecto han demostrado que no solo se puede proteger el medioambiente con métodos de cultivo y destilación respetuosos, sino que también mejoran los ingresos de los agricultores de Sumatra.

Para lograr la sostenibilidad de las fragancias es esencial que sean sostenibles los cultivos de los esencias y aceites que las forman. En España destacan los cultivos muy ligados a un uso sostenible de la tierra en La Alcarria y Brihuega, los principales exportadores de lavanda. Además de ser un sector floreciente económicamente, la belleza de los campos es tal que se está convirtiendo en una super impulsora del turismo en las zonas de plantación. Precisamente en La Alcarria, los mayores productores de lavanda, los Hermanos Corral Manzano, han firmado un acuerdo con la Universidad de Alcalá para probar el uso del vinagre de madera como herbicida natural y mejoras la sostenibilidad de sus prácticas agrarias. El cultivo sostenible de flores interesa porque, aparte de los obvios beneficios medioambientales, es eficiente y apuesta por el futuro.

En Europa sobresale la Provenza, donde las técnicas de elaboración de perfumes fueron declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2018 por la UNESCO. En Grasse, la cuna del perfume en Francia, Carole Biancalana y su familia cultivan flores con métodos tradicionales desde hace más de tres generaciones y cada año reserva para Dior la totalidad de su cosecha de tres hectáreas de rosa Centifolia y jazmín Grandiflorum. También, Armelle Janody que dirige en Callian, otra población de la zonal, una plantación de 3 hectáreas de rosa Centifolia que cosecha en exclusiva para la 'maison' Dior, con métodos ‘bio’, que incluyen el desarrollo de formas de cultivo naturales, como usar el trébol como fertilizante natural, y alfombras de cáñamo y de yute para proteger los rosales y disminuir la evaporación de agua, mientras favorece la proliferación de insectos útiles al equilibrio y a la biodiversidad de las plantaciones. Todo ello se ha puesto de relevancia en la presentación del último perfume de la firma, J’adore Infinissime, del cual se destacan precisamente en su campaña la presencia de esas flores de cultivo sostenible y, al mismo tiempo, se pone nombre a las mujeres que las producen para destacar su importancia.

Desde 2006, la firma francesa trabaja para apoyar a los productores locales de flores y ayudar a que sus cultivos sigan usando los métodos más respetuosos para la naturaleza. Todo ello se puede ver en los tres documentales que han creado ‘Quest for Essences’ en los que se puede ver los cultivos sostenibles de Rosa de Mayo en Grasse, Jazmín en la India y Bergamota en Calabria. El programa global de LVMH, el grupo en el que se incluye la firma Christian Dior, para apostar por la sostenibilidad está enfocado en la obtención de ingredientes sostenibles para sus productos cosméticos. Para ello ha creado un Departamento de Innovación Etnobotánica que identifica las especies vegetales que se pueden utilizar, ayudando a protegerlas y a estimular la economía de las regiones en las que se cultivan. Los Dior Gardens marcan la pauta al cultivar flores sin usar fertilizantes, ni pesticidas. Además, la firma está desarrollando envases recargables para sus perfumes y cosméticos.

Por su parte, en el mítico Chanel Nº5 es imprescindible el jazmín de Grasse, uno de sus principales ingredientes. Pero hay que destacar que se trata de un jazmín de cultivo sostenible y casi se podría decir que artesanal. La firma además se han comprometido en el plan Chanel Mission 1.5, que lanzó en marzo de este año, para abordar el cambio climático con cuatro objetivos: reducir las emisiones de carbono, usar electricidad 100% renovable para 2025, compensar las emisiones de carbono residuales y financiar la adaptación al cambio climático trabajando con las comunidades más afectadas por este.

Las marcas saben que los consumidores apuestan cada vez más por la sostenibilidad y que liderar ese camino supone un extra en cuanto a reputación de cara a ellos. El 82% de los ciudadanos admira a las personas que consumen con conciencia, según el estudio ‘El poder del consumidor-ciudadano’ , de la consultora 21gramos. Un 24% elige su marca en base a sus valores y un 73% está dispuesto a pagar un precio mayor porque sea sostenible. Cuanto más jóvenes, más apuestan por un consumo más consciente por el llamado 'efecto Greta’. Por eso, las propuestas crecen. Incluso el gigante de la moda, Inditex, se ha puesto las pilas en sostenibilidad: en Zara puedes rellenar el frasco de tu fragancia favorita de su gama ‘Improbable Series’. También Guerlain, desde 2016, también ofrece la posibilidad de rellenar la botella de algunas de sus creaciones de las Colecciones de Alta Perfumería, como Iris Torrefie, en sus tiendas; en España se puede hacer en algunos puntos de venta de El Corte Inglés: Castellana, Diagonal, Plaza Cataluña y Marbella. De esta manera, la firma apuesta por proteger la biodiversidad desde el lujo, con una serie de canales exclusivos de abastecimiento sostenible.

Aunque la firma pionera en ofrecer la posibilidad de rellenar la botella de perfume fue Mugler que ya en 1992 diseño el primer frasco-joya rellenable de su perfume Angel, con el que la firma mostró su compromiso con el lujoresponsable y supo más de 12.000 fuentes a disposición de sus clientes. Según los datos que aportan, un frasco de esta fragancia es rellenado cada 25 segundos en el mundo y 3690 son reutilizados cada día. Con su nueva fragancia, Angel Nova, la firma va un paso más allá y crea el ‘supraciclaje’, un método para reutilizar los pétalos de la rosa ya destilados y así, además de ahorrar recursos naturales vegetales -de cada flor consiguen dos extractos- logra un producto igual de exclusivo.

El interés por lo ecológico del consumidor se une un interés creciente por la salud, auspiciado además por la pandemia. Por eso la firma Calvin Klein celebra su certificado plata del Cradle to Cradle Products Innovation Institute por su primera fragancia respetuosa con el medio ambiente CK Everyone. Esa certificación indica que el 100 % de los productos químicos de la fragancia cumplen los requisitos de salud y del medio ambiente; además, tanto el empaquetado como el frasco de esta fragancia unisex son reciclados y se puede rellenar. En la presentación de este certificado, Simona Cattaneo, presidenta de Luxury Brands de Coty, la empresa de cosmética a la que pertenece la fragancia, aseguro que este “refuerza el compromiso de Coty con la sostenibilidad, con el objetivo de construir un negocio mejor, mientras hacemos una contribución positiva hacia el cambio social, ético y medioambiental en la industria de belleza.”

En el reciente informe de Stanpa, ‘La desescalada del consumidor Beauty', señalan que la innovación y la sostenibilidad van a ser claves para atraer al nuevo perfil de consumidor de CSS: Consciente, Solidario y Sostenible. La pandemia ha servido para que una parte de la población haya percibido la importancia de ralentizar el ritmo de vida anterior hacia un modo más sostenible, preocupado por la salud y por la protección medioambiental. La perfumería sostenible parece la más indicada para ganarse a esos nuevos consumidores, ya que representa un equilibrio entre el crecimiento económico, la protección del medio ambiente y el bienestar social.

Pero, como señala Emma Dick, de Lush, es necesaria una mayor transparencia. “La industria de las fragancias siempre ha estado envuelta en un halo de misterio. Es difícil saber qué estás comprando debido al secreto de la formulación y a la magia que les rodea. Mi consejo sería que investigues las marcas y descubras cuál crees que es más transparente según tus prioridades”, recomienda la perfumista, que da una calurosa bienvenida “a cualquier empresa que tome medidas hacia la sostenibilidad, tanto en los ingredientes como en el envasado” y recuerda que “es importante adquirir perfumes sostenibles. Te puede parecer una elección pequeña, pero tiene un gran impacto en el medio ambiente y en quienes trabajan para producir las fragancias. Todos decidimos cada día cómo reducir los desechos y reciclar, lo mismo debe aplicarse a esa pequeña botella de perfume que tienes en tu cuarto”.

Síguele la pista

  • Lo último