¿Tu pelo ya no es lo que era? ¿Crece menos, está más fino o ha perdido fuerza? La edad también influye

Puede que aun no tengas canas, pero probablemente tu pelo ya ha empezado a envejecer. Te contamos cómo afecta la edad a tu melena y qué hacer para mantenerla joven durante más tiempo.

Con la edad, el pelo pierde fuerza, brillo y densidad
Con la edad, el pelo pierde fuerza, brillo y densidad / Istock

Lo mismo que la piel cambia con la edad y se vuelve más fina y seca, el pelo también envejece. La aparición de canas no es lo único ni lo peor que le puede pasar, aunque probablemente sea uno de los primeros síntomas o el más evidente de que ya no eres tan joven. “La canicie es una consecuencia directa del envejecimiento y habitualmente se inicia sobre los 30 años”, comenta la doctora Nuria Martí Fajardo, dermatóloga del GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la AEDV). Eso no quita que en algunos casos esto suceda prematuramente, alrededor de los 20 años o que haya otras causas detrás de ese cabello blanco.

Y como en el resto del organismo, al proceso natural biológico, existen otras circunstancias que influyen y determinan cómo envejece nuestro pelo. Esos agentes, apunta Asun Pont, educadora de Kérastase, son además de la genética, causas hormonales, situaciones estresantes, mala alimentación, falta de ejercicio, hábitos de vida poco saludables, factores ambientales o la contaminación. La menopausia es también un momento crítico para el cabello de las mujeres. “El desequilibrio entre estrógenos y testosterona favorece que el ciclo del pelo se enlentezca, el diámetro del folículo sea cada vez menor y se produzca cabello cada vez más fino que incluso se atrofia y deja de crecer”, argumenta Martí Fajardo.

¿Cuándo empieza a envejecer el pelo? Atenta a los síntomas

Es difícil precisar a qué edad empieza a envejecer el cabello, ya que como sucede con la piel hay múltiples presuntos implicados que influyen en el proceso. “Con el paso del tiempo, la actividad celular se ralentiza tanto a nivel cutáneo como folicular. Es normal apreciar las primeras canas a partir de los 30, pero es prácticamente imperceptible y a medida que cumplimos años se hacen más numerosas y evidentes”, explica la dermatóloga.

Evidentemente la aparición de canas es posiblemente la señal más visible, aunque no siempre la causa sea la edad. Eso es lo más habitual y se conoce como canicie fisiológica, pero, según comenta la portavoz de Kérastase, la producción de melaninas (pigmentos del cabello) y su concentración es hereditaria, tiene un componente genético. “También tenemos que tener en cuenta que algunas situaciones -estrés, una mala alimentación, hábitos de vida poco saludables, factores ambientales, tabaquismo o algunas enfermedades como el vitíligo o la anemia- provocan también que la melanina deje de producirse en las células de la raíz del cabello y dé lugar al nacimiento a un cabello blanco”.

Esa disminución de la melanina en el pelo, añade la dermatóloga, tiene otras implicaciones: el cabello pierde también la protección frente a la radiación ultravioleta, lo que da lugar a una textura seca y quebradiza. Por tanto, las canas no solo suponen una merma de color, sino que como resume Pont, el pelo llega a tener otra forma, otra manejabilidad, es mucho más quebradizo, frágil, seco, menos denso, más sensible a la radiación solar y crece más descontroladamente. Un deterioro que se acentúa en función del largo de la melena, los malos hábitos de higiene, carencia de tratamiento capilar, uso de champús inadecuados, mal uso de tintes o abuso de alisados, planchas y secadores. “Teniendo en cuenta que el cabello blanco está menos protegido, debemos cuidarlo muchísimo más”, sentencia la experta de Kérastase.

Lo dicho, no son solo las canas, sino que a medida que cumplimos años, el pelo pierde fuerza y se vuelve más frágil, más seco (porque se producen menos lípidos) y menos denso (porque se fabrican menos tallos pilosos). Los folículos pilosos cambian de diámetro a lo largo de nuestra vida y esto hace que tengamos el pelo cada vez más fino.

Así las cosas, si notamos un cambio de aspecto, de fuerza o percibimos que nuestra melena no tiene una calidad uniforme, dice Asun Pont, estamos ante señales que nos advierten que nuestro cabello ya no es tan joven. Un pelo envejecido, continúa la experta, se nota principalmente en cómo va naciendo un nuevo cabello en el frontal, en la parte más alta de la cabeza, la coronilla, en los laterales y en la nuca. “Nace más fino y de peor calidad, con una velocidad de crecimiento más lenta, aparece más débil de color y forma y también se deteriora antes con el uso de coloraciones, secadores, planchas”.

No obstante, a veces algunas de esas alteraciones no son la consecuencia de la edad sino que también pueden deberse a un cuidado inadecuado. ¿Cómo saber, entonces, cuál es la causa de su deterioro? La diferencia, apunta la dermatóloga, la marca la densidad capilar. Si el pelo mantiene su grosor y no hay canas, el problema se debe a una falta de cuidados o un exceso de agresiones. Para Asun Pont, ante la duda, deberíamos preguntarnos si nace de manera continua por todas las zonas de la cabeza de 1 a 1’5cm cada mes durante 5 años seguidos o si observamos cabellos siempre cortos y finos por el marco del rostro que antes no teníamos.

El cuero cabelludo también envejece

Más allá de que el pelo haya perdido cuerpo y presencia o de que esté más áspero y apagado, debes saber que la edad también pasa factura al cuero cabelludo. Como señala Nuria Martí, el cuero cabelludo es piel y por tanto también envejece. Ese envejecimiento se manifiesta en una epidermis más fina, vasos sanguíneos menos abundantes y elastosis en la dermis (degeneración y pérdida de elasticidad de las fibras del tejido conjuntivo de la piel) por la exposición a radiación ultravioleta entre otros.

Plan de acción para rejuvenecer la melena

Luchar contra el paso del tiempo no es una opción pero ralentizar el proceso de envejecimiento capilar está en nuestra mano. Para ello, la doctora Martí recomienda seguir una dieta equilibrada y sana, rica en vitaminas y minerales que contienen las frutas y verduras así como evitar el estrés y el tabaco. Eso a nivel interno; a nivel externo recomienda usar fotoprotectores solares capilares así como hidratar el cabello.

Por su parte, la educadora de Kérastase expone que cuando notemos que el cabello se renueva de peor calidad, es importante introducir un sérum de cuero cabelludo para reforzar el entorno de las células así como hacer tratamientos de choque en picos estacionales. Igualmente, prosigue Pont, hay que tener en cuenta que la estructura del cabello blanco es más tosca y menos suave, por lo que resulta más difícil de peinar, lo que nos fuerza en muchas ocasiones a cambiar el look que hasta el momento llevábamos y adaptar el estilo a un ‘nuevo cabello’.

En cualquier caso, si el cabello, envejecido o no, está dañado o no brilla, si cogemos un pelo sin estirar demasiado y se rompe, nos está pidiendo un tratamiento extra o a medida, aplicar mejor el producto o respetar los tiempos y utilizar un champú de tratamiento para tener una higiene saludable.

Por último, pero no menos importante, cuando comienzan las alteraciones capilares, por las razones que sean, lo mejor es asesorarse por profesionales y no dejarse llevar por las modas o tendencias de cabello sin antes saber si cumple las características para ello o puede agudizarse el problema.

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