5 alimentos o bebidas que, según los expertos, te envejecen (y, además, engordan)

"Somos lo que comemos" o, concretamente, "el hombre es lo que come", escribió el filósofo y antropólogo Ludwig Feuerbach en su texto 'Enseñanza de la alimentación' en 1850. Desde entonces, el mundo de la nutrición, la medicina y la estética nos han proporcionado estudios y listas de superalimentos que protegen la piel (como el kiwi berry o kiwi enano), alimentos ricos en zinc para protegernos en la nueva normalidad (que ayudan a combatir bacterias), productos con hierro para evitar el cansancio y el dolor de cabeza, alimentos esenciales para evitar la caída del cabello, los que nos ayudan a dormir y disfrutar del sueño más reparador, o comidas que potencian el bronceado.

Pero junto a los listados de productos recomendados, que siempre tienen que formar parte de una dieta equilibrada, avisan los expertos, también aparecen las listas de aquello de lo que no deberíamos abusar o, directamente, deberíamos evitar en una dieta sana.

Hace tiempo que el experto Carlos Ríos nos contagió con su cruzada contra los ultraprocesados que provocan desequilibrios en el sistema inmunitario y el cardiovascular. Ahora, el experto en Dermatología Dr. Perricone señala aquellos que, no solo hacen que aumentemos de peso, sino pueden acelerar la velocidad a la que se envejece, propiciando que el rostro pierda firmeza o que aparezcan más arrugas.

"Por ejemplo, los alimentos ricos en azúcares. El azúcar es responsable principal de la glicación, proceso por el que las moléculas de los azúcares se adhieren a las fibras de colágeno y provoca que pierdan elasticidad. Es como si el colágeno se caramelizara o cristalizara, partiéndose. El azúcar, además, ataca también a los componentes de la membrana plástica celular, favoreciendo el envejecimiento de las células", explica el especialista.

Estos son los cinco alimentos o bebidas que son nuestros peores compañeros de mesa a la hora de envejecer:

1. Pastas y arroces.

El problema con estos alimentos en lo que respecta al envejecimiento es "su alto índice glucémico', que es responsable de la 'glicación' (que hemos explicado más arriba). Y lo mismo ocurre con otros como el pan blanco o los copos de maíz.

2. Zumos:

Hace tiempo que numerosos expertos desmitificaron los zumos de frutas, asegurando que era mucho más saludable consumir la fruta al natural. De la misma opinión es el Dr. Perricone. Aunque una fruta aunque pueda contener mucho azúcar, esta se metaboliza bien por su alto contenido en fibra. En cambio, en un zumo se ingiere el jugo, pero no la fibra. Esto reduce la correcta metabolización y produce picos de glicación.

3. Café:

Aunque parte esencial del desayuno diario, se ha demostrado que su ingesta eleva los niveles de cortisol, la ‘hormona del estrés’, que produce un incremento de la insulina, una mayor inflamación celular y una alteración de la barrera cutánea que, como consecuencia, puede provocar la hipersensibilidad o procesos de imperfecciones. Vamos, que no está mal pensar en moderar su consumo.

4. Refrescos light y otras bebidas edulcoradas:

Seguro que esto no te pilla de sorpresa. Poseen un alto contenido en químicos y edulcorantes que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, favoreciendo la absorción de grasas y dificultando una correcta digestión y procesamiento de los nutrientes. En resumen, muy pocos beneficios (más allá del disfrute cuando uno los toma) y muchas contraindicaciones.

5. Alcohol (con alguna excepción):

Los metabolitos del alcohol, unas moléculas conocidas como aldehídos, dañan la membrana plasmática, produciendo una reacción inflamatoria en las células. El único alcohol que se cae de la lista es el vino, y su consumo debería restringirse a contadas ocasiones. Esto obedece a que contiene polifenoles, grandes antioxidantes que protegen el organismo.

¿Sufres porque muchos de estos alimentos figuran en tu nevera y en tu lista de favoritos? Para compensar, aquí viene una buena noticia: el chocolate es bueno para frenar el paso de los años. Eso sí, en pequeñas dosis, sin leche y sin azúcares añadidos. Cuanto más puro, mejor.

El chocolate negro ejerce como un potente antioxidante, evita el ataque de los radicales libres y, gracias a su alto contenido en magnesio, regula los niveles de azúcar, ayuda a fijar el calcio, controla la flora intestinal y protege el sistema cardiovascular. ¡De sobresaliente!