Radiografía del ‘primer’ ¿un producto esencial para una piel bonita o un paso innecesario en el maquillaje?
Creados para uso profesional, los primers se están convirtiendo en el nuevo aliado de la rutina de maquillaje. Prolonga su duración, fija la base, reduce brillos, mejora la hidratación, difumina los poros y aumenta la luminosidad de la piel ¿Se le puede pedir más?
¿El maquillaje no se fija bien en tu piel? ¿El fond de teint no te aguanta toda la jornada? Prueba a aplicar antes un primer o prebase. Un must para la mayoría de los maquilladores profesionales, estos productos han ido ganando presencia también en nuestros neceseres y su uso se ha convertido en un gesto cada vez más apreciado cuando se busca un acabado impecable y duradero.
Perdida ya la buena cara estival, el exceso de horas en interiores calefactados y un ambiente exterior no más propicio para el tono del rostro, apagado y grisáceo, posiblemente pase por sus días más bajos. Por ello, además de una cosmética adecuada para restaurar la lozanía de la piel, el maquillaje se convierte en un gran aliado. Sin embargo, muchas mañanas, cuando las prisas apremian, convertimos este gesto en un trámite tan fugaz como indolente al que no sacamos todo el partido.
Probablemente la clave para mejorar el acabado y la duración de nuestro look resida en la aplicación previa de un primer, un producto de origen profesional, muy utilizado por los maquilladores para perfeccionar el aspecto de la piel antes de empezar a utilizar el color. Pero ¿de verdad necesitamos aplicarnos una prebase antes de maquillarnos?
“Es un paso opcional. Dentro de la rutina es el paso más olvidado, pero una vez que una persona descubre el poder y los beneficios del primer se vuelve totalmente fiel. Lo más importante es que no es solo un producto hecho para conseguir un acabado sino que es un extra para mantener el cuidado de nuestra piel”, afirma Mónica García, Retail Manager de Bobbi Brown y MAC. “¡Es un paso esencial! Los primers además de sellar el maquillaje aportan beneficios a la piel”, corrobora Gisela Bosque, National Makeup Artist de Sephora.
¿Qué es un primer?
“Es un producto especialmente formulado con ingredientes que ayudan a proporcionar confort y un mejor aspecto a la piel. Hace muchos años, explica García, era un producto poco común, pero este producto se ha desarrollado a lo largo del tiempo ampliando su gama de modo que dependiendo del efecto que quieras conseguir en tu piel puedes elegir uno u otro”. En resumidas cuentas, recapitula Gisela Bosque, son preparadores de la piel, que se aplican después de la rutina de tratamiento (limpieza , tónico , serum y crema ) y justo antes de aplicar la base de maquillaje. Ayudan principalmente a fijar el maquillaje y a mantener la piel hidratada y equilibrada durante más tiempo.
¿Cómo elegir un 'primer'?
Lo más importante, explica la maquilladora de Sephora, es conocer nuestra piel y escoger el producto en función de eso. Es la mejor forma de evitar errores, porque si el primer no es el adecuado puede que la base no se adhiera bien y se levante. Así lo asegura también la profesional de Bobbi Brown y MAC, quien añade que además de las necesidades de nuestra piel hay que tener en cuenta qué queremos conseguir para hacer una adecuada combinación de primer con nuestra rutina de maquillaje. De esta forma, coinciden ambas expertas, si por ejemplo tenemos piel mixta o grasa, deberíamos elegir una prebase cuya fórmula regule y equilibre el exceso de sebo, porque ayudan a mantener la piel mate y equilibrada a lo largo del día, evitando que el maquillaje se mueva. Si por el contrario tenemos una piel seca y apagada, un primer hidratante potenciará el nivel de humedad en la piel, a la vez que le aportará confort y luminosidad.
Lo dicho, la aplicación del primer cuenta con múltiples ventajas, “ayuda a hidratar o mantener la hidratación de tu piel durante el día, por lo tanto ayuda a mantener ese efecto de piel tersa y luminosa a largo plazo. Además, crea un efecto visual de piel perfecta atenuando las líneas de expresión y difuminando el poro al mismo tiempo que ayuda a alargar la durabilidad del maquillaje” nos recuerda Mónica García.
¿Cómo aplicar la prebase?
Según Gisela Bosque, podemos aplicarlo con las manos como un paso de tratamiento o con pincel, “sobre todo esas prebases que son matificantes, ayudando a repartir el producto sin excesos”. Así lo ratifica también la portavoz de Bobbi Brown y MAC que además sugiere masajear el rostro con una presión media para que, independientemente de usar los dedos o una brocha, el primer se integre bien en la piel.
Evita los errores
Uno de los principales errores que se suele cometer al aplicar el primer es el exceso de cantidad. “Cuando ponemos mucha cantidad la piel a veces no tiene la capacidad de integrar todo el producto y lo que puede pasar es que cuando apliquemos la base de maquillaje se mezclen las formulaciones y no consigamos el efecto deseado. Lo mejor es aplicar una primera capa fina y reaplicar en aquellas zonas necesarias”, comenta Mónica García. Junto a este fallo bastante común, la maquilladora de Sephora también refiere la importancia de tener en cuenta el tipo de piel.
¿Primer en los ojos y labios?
En la actualidad, la familia de los primers se ha extendido para dar solución a diferentes tipos de problemáticas que encontramos a la hora de maquillarnos, comenta Mónica García. “Los de ojos ayudan a regular el exceso de grasa del párpado de modo que evita que se muevan las sombras de ojos y que aparezcan los temidos pliegues al mismo tiempo que alarga la duración de nuestro look de ojos hasta que nos queramos desmaquillar”. Asimismo, apunta Gisela Bosque, hacen que el color sea más vibrante y puro. Y no solo en los ojos, porque, señala la maquilladora, en los labios, los primers son también todo un acierto, “ya que neutralizan el pigmento natural o las posibles discromías del labio, ayudando así a que el color del labial sea real y no cambie al aplicarlo”.
Más allá de sus bondades con el color, Mónica García señala que las prebases en los labios ayudan a alisar el labio, difuminar las líneas de expresión, evitar que el labial se mueva y alarga igualmente su durabilidad.
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