Por qué el bakuchiol es el ingrediente cosmético del que todos hablan
Se conoce como la alternativa al retinol -el antiaging estrella-, pero ¿funciona? ¿para quién es más recomendable? Despejamos estas y otras dudas sobre este activo natural que levanta pasiones.
La cosmética y el cuidado de la piel no se libra de las modas. Piensa en el bakuchiol. De repente, este activo cosmético de llamativo nombre–parece sacado del ruso o del polaco- está en boca de todo el mundo. Protagoniza titulares, acumula miles de publicaciones en Instagram y, en consecuencia, hace que queramos probarlo ¡ya mismo!
Pero, antes de que te lances a buscar un sérum o una crema en cuya fórmula se incluya el bakuchiol, vamos a contarte cuáles son las propiedades de este ingrediente cosmético y quién le puede sacar el máximo partido. La farmacéutica Inmaculada Canterla, directora de Cosmeceutical Center, nos cuenta que en realidad “el bakuchiol, de nuevo no tiene nada. Por poner un ejemplo, lo podemos encontrar en líneas de productos que se formularon en 2016”. Con la vitamina C, el ácido hialurónico o el cannabis pasó algo similar. Se empleaban en cosmética desde hace años y, de repente, se habla de ellos hasta en la sopa. Pero más allá de analizar de dónde surge la moda, veamos de dónde sale este ingrediente.
El bakuchiol es un activo de origen vegetal que en belleza se considera “retinol-like”, es decir, que actúa de forma similar al retinol, estrella en los tratamientos antiaging. “En concreto se trata de un compuesto natural puro bien refinado obtenido de una planta india, Banchi Seed Extract, a partir de semillas comestibles de Psoralea Corylifolia”, detalla Canterla, experta en dermocosmética. Entre sus propiedades destacan que estimula la producción natural de las proteínas más importantes de la piel para una superficie más lisa y firme. Y también es efectivo en el tratamiento del acné. Ambos beneficios son también propios del retinol, pero, a diferencia de este derivado de la vitamina A, el bakuchiol es respetuoso con todo tipo de pieles. Lo que sí es importante para disfrutar de sus ventajas es que sea puro y su concentración, superior al 1%.
En la familia de los retinoides encontramos el retinol, el retinaldehído (una forma más estable y mejor tolerada) y el ácido retinoico, más eficaz que los anteriores, pero también más agresivo. De hecho, este último solo lo pueden prescribir los dermatólogos y prepararse como fórmula magistral. Todos se han ganado a pulso su fama como activos eficaces para combatir arrugas, flacidez, manchas o tratar el acné. Sin embargo cuentan con el hándicap de provocar irritación en muchas pieles. Rojeces, picor o ardor son algunos de sus principales efectos negativos. “El bakuchiol se posicionaría como una alternativa botánica al retinol, más suave y perfecta durante el embarazo y la lactancia –cuando no se recomienda el uso de derivados de la vitamina A-, para pieles especialmente sensibles o personas que busquen productos naturales”, aconseja Canterla.
Por tanto, no alcanza los niveles de eficacia del retinol pero sí trata las mismas problemáticas. Además, se tolera mejor y no es fotosensible (su eficacia no se ve alterada por el sol), por lo que se puede aplicar de día o de noche y durante el verano. Eso sí, nunca te olvides de poner encima el filtro solar, ya sabes que ese será tu mejor aliado antiedad.
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