Alargar el bronceado: trucos, productos, tratamientos y consejos para mantenerlo más allá de vacaciones
Todavía es demasiado pronto para despedirnos de nuestro bronceado de verano... por eso hemos recopilado todos estos consejos, productos y tratamientos en una guía práctica sobre cómo alargarlo un poquito más.
Superada la primera quincena de septiembre y aún con el bronceado de las vacaciones fresco, ¿qué se puede para alargarlo un poquito más? Formas hay muchas. Y trucos, aún más. Pero vamos a empezar primero con esos errores que todas cometemos después de verano y que resultan claves para este mantenimiento.
Grandes errores que dañan la piel y eliminan el bronceado
1. Las duchas demasiado calientes
Con la bajada de las temperaturas, es común que empecemos a subir los grados en la ducha, pero cuidado. Según asegura Aura Serras, directora de iS CLINICAL España, no hay que abusar del agua caliente, ya que perjudica nuestra piel eliminando la capa protectora y dando un aspecto deshidratado. Elige duchas cortas y con agua templada y para lavarte la cara, mejor con agua fría.
“Lo más beneficioso del agua fría es que esta es vasoconstrictora, es decir, hace que los vasos sanguíneos se contraigan, haciendo que la piel se vuelva más tersa de forma superficial. Señalar que es una firmeza superficial siempre, ya que el agua fría no nos va a aportar firmeza a nivel muscular. También otro beneficio que tiene el agua fría es que ayuda a minimizar el tamaño de los poros, sobre todo en personas que tienen tendencia a que los poros se le dilaten con el calor”, dice Serras.
2. Olvidarse de la protección solar
Terminado el verano, parece que nos olvidamos de esa constancia con el protector solar (como si se hubiera ido el sol para siempre…). Y nada más erróneo: “Durante los meses de verano, la radiación predominante es la B (los UVB), que son las responsables de quemaduras solares y del cáncer de piel. En cambio, en invierno se reducen para dejar paso a los rayos ultravioleta A (los UVA), que provocan el envejecimiento de la piel”, explica Aura Serras.
La recomendación de los expertos: usar todo el año un factor de protector solar -que puede estar, perfectamente, en tu crema hidratante diaria- de 30 en adelante.
3. No exfoliar la piel
Y es que pensamos que si exfoliamos se nos va a ir el bronceado y sin duda, nada más lejos de la realidad. De hecho, la exfoliación es igual de importante que una buena hidratación ya tras el exceso de exposición solar hay que eliminar todas las células muertas que se han acumulado en la piel, dejándola limpia, para que los productos penetren mejor y por lo tanto, sean más efectivos.
Una cosa está clara y es que tarde o temprano, ese bronceado del verano, se irá. Así que al menos, que sea de forma uniforme. Y esto sólo se consigue con exfoliaciones suaves y mucha, mucha hidratación.
4. No cambiar nuestra rutina
Utilizar los mismos productos en verano que en otoño y apurar esos botes de aftersun de las vacaciones, no nos van a aportar los mismos beneficios que cuando estábamos en la playa. La razón es que la estación tiene otros efectos sobre nuestra piel y conviene prestar atención si es que hay que hacer cambios. Por ejemplo, añadiendo más antioxidantes, como la vitamina C, para proteger de la polución de la ciudad, para prevenir la oxidación y evitar el tono apagado que tras el verano, vemos en la piel.
5. No acudir a un profesional si aparecen manchas post-solares
“Si nos ha salido una mancha en la piel, antes de empezar a echarnos productos antimanchas o hacernos cualquier tratamiento, debemos acudir al dermatólogo para que nos haga una revisión de la piel y nos diagnostique el tratamiento más adecuado. Debemos siempre tener mucho cuidado con las manchas, y más, si son en el rostro”, explica Serras.
Cómo retener el bronceado
Pon en práctica estos sencillos trucos y conseguirás retenerlo unos días más de septiembre.
1. Hidrata en profundidad
La clave para mantener el bronceado radica aquí. Una piel bien hidratada no solo se siente más suave, sino que también retiene el color durante más tiempo. La razón es que cuando la piel está seca, tiende a descamarse, lo que provoca que el bronceado se vaya “desintegrando” en esa capa de la piel.
La recomendación: utiliza productos con textura rica y nutriente e ingredientes como el ácido hialurónico, capaz de retener la humedad.
2. Si quieres potenciarlo, utiliza hidratantes con color para darle un impulso adicional al brillo dorado.
3. Exfolia suavemente
Puede parecer contradictorio, pero una exfoliación suave es esencial. Esto elimina las células muertas de la piel, mejorando la textura.
Un peeling suave en cabina
Si tu piel está necesitada de un peeling, apunta lo nuevo de Hydrafacial, especialmente diseñado para las pieles sensibles por ser mucho más suave. Se llama Peel Sensitive y utiliza ácido lactobiónico y ácido fítico, dos ácidos de liberación lenta que ayudan a exfoliar de forma más suave que otros como el glicólico o el salicílico. Además de la terapia con luces LED y una hidratación profunda a base de un booster con antioxidantes, péptidos y ácido hialurónico de bajo peso molecular. (199 €/sesión, en función de los boosters que se utilicen. Más info en su web).
4. Ayúdate con el maquillaje
La tendencia ‘Bronzy’ no ha llegado de la nada: en las redes ¡todo el mundo quiere prolongar su bronceado! Consiste sencillamente en resaltar el tono actual de la piel a través del maquillaje dándole un aspecto luminoso y cálido. Para ello, comienza preparando la piel con una prebase o un primer efecto glow, aplica después tu base en tonalidades que se acerquen a tu tono natural de bronceado y con un bronzer (mejor en textura crema), resalta las zonas donde incide el sol de manera natural: parte alta de la frente y parte alta de pómulos y difumina, sin olvidarte del puente de la nariz. Elige coloretes en tonos tostados y cálidos y con iluminador, aplica puntos de luz en estas zonas para añadir más luminosidad a tu look.
5.Brumas bronceadoras: el trucazo
Si quieres prolongar tu bronceado sin usar demasiado el maquillaje, hazte con una bruma termal autobronceadora, lo último para crear un bronceado natural y uniforme en la piel en forma de bruma ligera. La opción ideal para mantener lo que has traído de la playa.
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