Probé una clase de Ashtanga Yoga y estos son sus beneficios

Comenzaré admitiendo que no soy una fan del yoga, la verdad. Nunca he conseguido encontrarle el punto, aunque quizá es complicado si eres más de cardio o fuerza. Y palabra que lo he intentado. Pero pese a que he acudido a varias clases, no logro coordinar bien los movimientos ni hacer una postura que parezca decente. 

Sin embargo no me he rendido, y cada vez que tengo oportunidad suelo ir a probar un nuevo centro o una nueva disciplina. Así fue como me anime a apuntarme al YogaOne Day que organizó Born Living Yoga y descubrir el Ashtanga Yoga, una una clase guiada centrada en la fortaleza interior y la alineación. Así que olvida lo que sepas acerca de este deporte, porque esto es diferente. 

¿Qué es el Ashtanga Yoga?

La traducción sería yoga en ocho partes y, personalmente, nunca había salido con la sensación de haber practicado ejercicio físico, y de aquí salí sudando. Y tiene su sentido, pues el Ashtanga Yoga es una disciplina cuyo objetivo es sincronizar la respiración con el movimiento a través de una secuencia de posturas. Este hecho genera calor, lo que provoca el sudor y una purificación al liberar las toxinas del cuerpo. Se trata, por tanto, de una práctica más dinámica, con mayor movimiento y cuyo objetivo es que este fluya junto a la respiración.

El Ashtanga Yoga se practica siguiendo una serie específica de secuencias progresivas de asanas que van desde las posturas iniciales hasta las más avanzadas. Estas secuencias se practican de manera fluida y se sincronizan con la respiración ujjayi, que es una respiración profunda y sonora.

Entre los beneficios encontramos una mayor fuerza y resistencia, una mejora de la flexibilidad y el equilibro, además de corregir la postura corporal. Al acudir a una sola clase no puedo confirmar esto, pero si sentí unas intensas agujetas en los tríceps y los gemelos. 

Esta versión de una clase de yoga resulta desafiante y, debido a que se basa en repeticiones, estás en constante movimiento. Al fin sentí que con el yoga fortalecía, además de conectar con mi “yo” interior.